Rubén Megía González
Un horroroso crimen ha ocurrido en las oficinas de Medigene y te han llamado a ti, lector/a para resolverlo. Llamas al timbre número 10 mientras notas el potente sol en la nuca y una voz misteriosa te contesta.
-¿Quién es?
Dices tu nombre y el motivo de tu visita y el sonido de la puerta al abrirse te invita a adentrarte en el edificio. Subes con calma las escaleras hasta llegar al piso y una figura femenina te invita a entrar a las oficinas.
La luz se cuela entre las persianas mientras la señora L. te indica el camino hacia la escena del crimen. Te mueves entre los pasillos observando las habitaciones llenas de trastos. Unas voces suaves rompen el silencio y observas en la primera sala a dos mujeres charlando tras las pantallas de los ordenadores. Según dice la señora L, se trata de la señora M. y la redactora jefa, la señora A. Llegas hasta la cocina, donde se ha producido el crimen. Entonces lo ves, tirado en sobre la encimera de la cocina.
Apenas quedaba nada. Únicamente los restos. Lo habían devorado entero, dejando solamente el envoltorio.
-Alguien se ha comido mi chocolate. – espetó la señora L. con los ojos llenos de furia.
El resto de la habitación estaba impoluta a simple vista, como si no fuese realmente la escena de un crimen tan horripilante. Preguntas a la señora L. cuándo se enteró de lo ocurrido.
-Encontré el envoltorio esta mañana mientras buscaba la tableta de chocolate para desayunar. Ayer estaba intacta en el cajón del chocolate, junto al resto de dulces.
Te diriges al cajón del chocolate en busca de alguna prueba más que te pueda ayudar a resolver el crimen. Lo abres y un escalofrío recorre tu espalda. No puedes creer lo que estás viendo. Todos los dulces han desaparecido. ¡Se trata de una masacre calórica! La señora L. llama rápidamente a las señoras A. y M.
-¿Habéis sido alguna de vosotras? ¡Esto es intolerable! -Grita la señora L.
-¿Yo? ¿Cómo voy a ser yo? Sabes que solo me como un M&M de cada color al día para no pasarme -Comenta la señora A. con seguridad.
Dejas a las tres mujeres debatiendo mientras escuchas sus argumentos. La señora A. salió ayer de la oficina aproximadamente a las 17:00, tras acabar la última revisión. La señora M. salió antes y asegura que vio los dulces intactos poco antes de irse, a las 16:30. La señora L. estuvo en el despacho hasta las 20:00, pero salió aproximadamente a las 18:00 a tomar un café. El señor C. y el señor R. estuvieron de 9:30 a 16:00 trabajando en la primera sala con sus respectivos ordenadores. Todos salieron a comer aproximadamente a las 14:30. La señora A., la señora M. y el señor R. llegaron hoy a las 8:00, pero no miraron en el cajón del chocolate. La señora L. llegó a las 9:30. El señor R. se ha marchado hoy a las 13:00.
Descubres, además, que todos a excepción del señor R. tienen llave de las oficinas y pueden entrar en cualquier momento. Ninguno de ellos tiene antecedentes.
Deduces que alguien tuvo que devorar los dulces entre las 16:30 y las 9:30 de la mañana siguiente, cuando la señora L. descubrió los hechos. Conservas la calma y observas los alrededores de la escena del crimen y encuentras un trozo de chocolate mordisqueado y un post-it rallado. En el post-it se puede distinguir lo siguiente: epigenética, 21-22 SEFF, papel de envolver.
Además, encuentras un cuchillo ligeramente manchado de sangre junto a un trozo de turrón en la papelera. El autor del crimen debió haberse cortado mientras cortaba un trozo de turrón, pero sin embargo no se aprecia ninguna herida en ninguno de los presentes.
Lo ves claro. Tú, que sabes de genética, tomas una muestra del chocolate mordisqueado y encargas que se realice un análisis del ADN de la muestra y de los implicados. Las pruebas que mandas realizar al laboratorio son las siguientes:
- Prueba del grupo sanguíneo AB0.
- Microsatélites (STR):
- D8S1179
- CSF1PO
- TPOX
- D19S433
- vWA
- FGA
- D5S818
- Prueba de la Amelogenina
Al volver a casa tras tomar las muestras y pedir las pruebas al laboratorio, tu pareja te pregunta qué tal el día y tú, alegremente, le cuentas lo que ha pasado hoy. Te pregunta qué son los STR y la Amelogenina y tú se lo explicas rápidamente.
¿Qué son los STR?
Los STR (del inglés short tandem repeats) o microsatélites son secuencias de ADN en las que un fragmento (normalmente de entre 2 y 6 pares de bases) se repite. Es el número de repeticiones de esta secuencia la que crea el alelo y no la alteración de esta. Normalmente se encuentran en zonas no codificantes del DNA y son codominantes.
Los STR se suelen utilizar en genética forense, ya que existen muchos diferentes y, además, son muy variables entre individuos.
¿Qué es la Amelogenina?
La amelogenina como tal es una proteína sintetizada por los ameloblastos durante la formación del esmalte de los dientes, pero ahí no radica su valor en una prueba genética.
Los genes que codifican esta proteína están el los cromosomas sexuales. En el caso del cromosoma X es AMELX y en el caso del cromosoma Y es AMELY. Ambos genes tienen la misma función, pero si se realiza una amplificación del gen con una PCR, se producen fragmentos de diferente longitud. Así, observando el desplazamiento en una electroforesis, podemos identificar el sexo biológico de las muestras. En esta electroforesis, las mujeres tendrán una única banda (106 pares de bases de longitud), mientras que los hombres tendrán dos (106 y 112 pares de bases).
Tras haberle contado todo esto a tu pareja, te vas a descansar después del duro día de trabajo. Durante la mañana siguiente, te llegan las pruebas del grupo sanguíneo AB0 y recibes una notificación avisando de que el resto de pruebas tardarán unos días en llegar.
Los resultados son los siguientes:
- Muestra de sangre: O
- Señora L.: O
- Señora A.: O
- Señora M.: AB
- Señor C.: O
- Señor R.: O
Sabes que la muestra de sangre que tomaste del cuchillo en el cubo de la basura es del grupo O, pero casualmente es el grupo sanguíneo más común en el mundo. De todos modos, esta muestra excluiría a la señora M.
Mientras esperas los resultados del resto de pruebas, revisas las coartadas de los sospechosos…
Señora A.:
La señora A. salió ayer de la oficina aproximadamente a las 17:00, tras acabar la última revisión. El día que la señora L. se encontró con el envoltorio, la señora A. llegó a las 8:00, 1 hora y media antes que ella. Tiene llaves de las oficinas.
Asegura no comer más de un M&M de cada color, pero se pone nerviosa al preguntarle sobre dietas. No se considera una persona golosa.
Ayer le prestó las llaves al señor R. para que terminase un artículo a las 17:00. Se las devolvió por la mañana, a las 8:00. El señor C. asegura haberlo visto.
Señor C.:
El señor C. trabajó desde las 9:30 a las 16:00. Paró para comer a las 14:20 y salió a tomarse un café a las 12:00. Por la mañana llegó junto a la señora A. y el señor R. a las 8:00. Tiene llaves de la oficina.
En su defensa dice que ha comenzado una estricta dieta que le prohíbe comer dulce, pero la señora M. y la señora L. le han visto coger alguna magdalena para acompañar al café.
Señor R.:
El señor R. trabajó desde las 9:30 a las 16:00. Paró para comer a las 14:25. Por la mañana llegó junto a la señora A. y el señor C. a las 8:00, 1 hora y media antes de que apareciese la señora L. Le pidió las llaves de la oficina a la señora A. para volver a las 17:00 a terminar una tarea. Volvió a casa a las 19:00. La señora L. asegura no haber visto al señor R.
Asegura que, aunque no es alguien poco comedor, es reacio a coger comida en sitios ajenos a su hogar.
Señora L.:
La señora L. estuvo en el despacho hasta las 20:00, pero salió aproximadamente a las 18:00 a tomar un café. Descubrió el envoltorio del chocolate al llegar a la oficina a las 9:30. Tiene llaves de la oficina.
A simple vista parece una persona responsable. Asegura que ella misma es la que compra los dulces del cajón del chocolate.
Los resultados aún tardarán unos días en llegar. Probablemente los tengamos para el próximo post. ¿Quién crees que ha sido? Ponlo en los comentarios.