Sofía M. Álvarez Ríos.
La nutrición es una cuestión que ha preocupado al ser humano durante toda su historia, pues dependemos de ella para garantizar el correcto funcionamiento del organismo, el crecimiento y el mantenimiento de las funciones vitales.
En los últimos años, ha habido distintas tendencias en lo que a la nutrición se refiere. Hace cuarenta años se popularizó y se extendió la nutrición basada en la evidencia, que considera que lo que es bueno para un elevado número de personas, será bueno para todo el mundo.
Sin embargo, la genética ha demostrado que cada ser humano es único, lo que hace que respondamos de forma diferente a las dietas y a los tratamientos, de manera que lo que le funciona a una persona, a otra puede no ayudarle en absoluto. Por ello, una de las tendencias que apunta con más fuerza actualmente en el ámbito de la alimentación y la salud es la nutrición de precisión o nutrición personalizada. Esta defiende que las dietas y tratamientos deben ser adaptados a las características concretas de cada individuo, ya que solo así se podrá obtener el mayor éxito en la consecución de cada objetivo.
Nutrigenética y nutrigenómica
El primer paso para conseguir personalizar la nutrición es entender la relación que se establece entre genes y nutrientes. Las disciplinas encargadas de profundizar en ello son la nutrigenética y nutrigenómica. La nutrigenética estudia cómo afectan los componentes genéticos (SNPs, CNVs) a la respuesta a la dieta, mientras que la nutrigenómica estudia lo contrario, es decir, cómo afectan los nutrientes que ingerimos a nuestro genoma.
Existen numerosas variantes genéticas o SNPs relacionadas con diferentes aspectos nutricionales. Por ejemplo, el SNP rs5082 ubicado en el gen APOA2 está asociado a las variaciones del índice de masa corporal (IMC) en función del consumo de grasas.
De la misma forma, existen numerosos componentes bioactivos de la dieta alteran la acción de los genes. Un ejemplo de esto es el α-tocoferol y algunos constituyentes del té verde que disminuyen los valores de mediadores inflamatorios.
Entonces, ¿qué es realmente personalizar la nutrición?
Hay que tener en cuenta que cada variante genética subdivide a la población en varios subgrupos (normalmente 3), que se verán beneficiados de diferentes intervenciones nutricionales. Por ejemplo, considerando el ejemplo anterior, la variante en el gen APOA2 subdivide a la población en tres subgrupos, de manera que generalmente dos de ellos podrán tolerar una mayor cantidad de ácidos grasos en la dieta sin que ello repercuta en su peso, mientras que el otro puede ver su peso muy afectado por dicho consumo.
Personalizar la nutrición es saber a qué subgrupo genético poblacional pertenece cada persona en cada caso. Por ello, cuántas más variantes genéticas relacionadas con la nutrición estén descritas en la literatura científica, más variantes se podrán analizar en cada individuo a través de una prueba genética, y mayor será la precisión con la que se le pueda pautar una dieta específica.
Nutrición de precisión: un trabajo conjunto
La nutrición de precisión es un trabajo conjunto en el que intervienen múltiples agentes: investigadores, empresas, nutricionistas, clínicos y hasta los propios pacientes.
El trabajo de los investigadores consiste en hacer estudios nutrigenéticos y nutrigenómicos para identificar cada vez más variantes genéticas relacionadas con la respuesta a la dieta y más componentes bioactivos que alteren la acción de los genes, respectivamente. Además, posteriormente deben entender qué pautas e intervenciones nutricionales beneficiarían a cada subgrupo y por qué, y cuál es el potencial de los distintos elementos bioactivos.
El papel de las empresas, por su parte, consiste en desarrollar pruebas nutrigenéticas que sean capaces de determinar a qué subgrupo poblacional pertenece cada persona. Cuántas más variantes analicen, más completo será el resultado obtenido y mejor será la intervención nutricional derivada.
El trabajo de nutricionistas y/o clínicos consiste en recabar el mayor número posible de datos del paciente (datos antropométricos, bioquímicos, de estilo de vida, etc.) así como ser capaces de interpretar los informes obtenidos tras la realización de pruebas nutrigenéticas.
De cara a la prevención de enfermedades a través de la nutrición de precisión, últimamente también se recomienda hacer un análisis de la microbiota, estudiando la diversidad y composición de la misma y utilizar scores de riesgo, que analizan simultáneamente el efecto de numerosos polimorfismos relacionados con la nutrición.
Una vez recabada la mayor cantidad de información y una vez hechos todos los análisis anteriores, nutricionistas y clínicos deben integrar todo ese conocimiento para pautar intervenciones nutricionales diseñadas específicamente para cada paciente, para conseguir:
- Cumplir los objetivos personales del paciente, sean cuales sean (bajada de peso, aumento de masa muscular, etc.)
- Prevenir la aparición de enfermedades crónicas (principalmente cáncer y enfermedades cardiometabólicas) y asegurar un envejecimiento saludable.
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