Gema Escribano
Es una realidad. Las pruebas de paternidad han superado los límites de la ficción. Y no me refiero a que hoy en día podamos hacer test de paternidad durante el embarazo, antes del nacimiento del bebé, ni a que hayamos conseguido obtener resultados en dichos test cercanos a una fiabilidad del 100%. Lo que viene a continuación parece sacado de una película.
Hace un par de semanas los medios de comunicación presentaban a una posible descendiente del gran “Eungenio” Salvador Dalí. El hecho de que los genes y las dotes artísticas del pintor sigan entre nosotros no ha dejado indiferente a nadie.
¿Es en realidad Pilar Abel hija de Salvador Dalí?
Esta incertidumbre sobre la hipotética paternidad de Dalí, que ya ha traspasado las fronteras de nuestro país, podría ser aclarada gracias a la Genética Humana. La realización de una prueba de paternidad nos podría informar sobre la relación verdadera que hay entre el pintor catalán y Pilar Abel, despejando así cualquier incógnita. Sin embargo, se nos olvidaba añadir un pequeño dato: Salvador Dalí falleció hace 28 años.
¿QUÉ ES UN TEST DE PATERNIDAD?
Una prueba de paternidad es aquella que determina la relación de parentesco entre una persona y su supuesto progenitor. El objetivo principal de esta prueba es analizar y comparar los ADN de ambos sujetos con el fin de probar la relación padre-hijo. El primer paso para la realización de un test de este tipo es obtener una muestra biológica (saliva, cabello, uñas…) de la cual se puede extraer la información genética que hay en nuestro ADN.
Como sabéis, cada uno de nosotros hereda la mitad del ADN de su padre y la otra mitad de su madre. Esto quiere decir que estamos formados por un “mix” de genes que proceden a partes iguales de nuestros padres. Es por ello que nos parecemos tanto a nuestros progenitores de los cuales hemos heredado el color de ojos o la forma de la nariz.
Las pruebas de paternidad aprovechan este evento genético para estudiar la relación que existe entre dos personas.
¿Cómo se realizan los test de paternidad?
En nuestra doble cadena de ADN existen determinadas zonas que presentan una alta variabilidad de secuencia entre los individuos de la población. Las variaciones son conocidas como polimorfismos del ADN.
Os lo voy a poner un poco más fácil. Imaginad que esas zonas del ADN tan variables están coloreadas. Los polimorfismos harían referencia a todos los colores posibles en los que podía estar pintada esa región.
Las variaciones genéticas (o colores) se heredan de padres a hijos y pueden ser de varios tipos (o tonalidades): variaciones en un único nucleótido (SNP), variaciones en el número de repeticiones en tándem (VNTR)… La obtención de un conjunto de estos marcadores genéticos, como por ejemplo los SNPs, nos permite crear perfiles genéticos individuales, es decir, huellas genéticas personales invariables a lo largo de nuestra vida. En resumidas cuentas, la huella genética es como nuestro DNI genético.
Entre las principales aplicaciones de la huella genética está la asignación y establecimiento de relaciones de parentesco. Analizando dos huellas genéticas procedentes de dos individuos de los que se sospecha que son padre-hijo, podemos comprobar el grado de similitud que hay entre ellas. Si las muestras presentan un alto porcentaje de homología se puede afirmarse la relación padre-hijo. Si el porcentaje no supera un valor establecido, se descarta completamente la hipótesis de partida.
Hoy en día existen test que proporcionan una probabilidad de paternidad mayor al 99.97%, lo que consideraríamos una paternidad probada científicamente. Para que os hagáis una idea, el estudio de 17 marcadores genéticos (o zonas coloreadas) confiere un poder de discriminación de una persona entre… ¡3.000 trillones!
Una vez aclarado los conceptos teóricos, volvamos al caso de nuestra protagonista. Sabemos que obtener una muestra biológica de Pilar Abel no resultaría complicado. Pero ¿Y del mismísimo Salvador Dalí? Debo comunicaros que, aunque el pintor catalán lleve 28 años muerto, es posible obtener una muestra de ADN de una persona ya fallecida. En restos óseos como en los molares o en su peculiar bigote curvado hacia el cielo, sería posible encontrar material genético, una muestra de ADN mínimamente conservada para poder analizarla.
¿Hace falta realmente exhumar a Salvador Dalí para saber si es el padre de Pilar?
La genética es capaz de contestarnos a esta pregunta tan polémica. Parece que exhumar a Salvador Dalí para recoger una muestra biológica y poder realizar así la prueba de paternidad es la respuesta más lógica. Sin embargo, se han propuesto diferentes opciones alternativas a la exhumación. Examinemos cada una de ellas.
OPCIÓN 1: ADN DEL HERMANO DE PILAR
Esta opción considera que no haría falta “desenterrar” a Dalí para solucionar el problema de su supuesta paternidad y que bastaría con examinar a uno de los hermanos de Pilar.
Analizando el ADN del hermano de Pilar frente al ADN de Pilar podemos comprobar y analizar si ambos son descendientes del mismo padre o no. Si son hermanos biológicos compartirán muchos marcadores genéticos heredados de su padre o en este caso, compartirán el color GRIS.
Si tras analizar el ADN de cada uno y compararlo se observa que realmente son hermanos biológicos, significaría que comparten el mismo padre, lo que apoyaría la idea de que DALÍ NO ES EL PADRE DE PILAR. Fin de la cuestión.
Sin embargo, si los análisis de ADN demostraran que no son hermanos de padre, DALÍ PODRÍA SER, COMO CUALQUIER OTRO INDIVIDUO COTÁNEO, PADRE DE PILAR. El caso no estaría resuelto y volveríamos al inicio de la cuestión, reforzando la teoría de exhumación al genio.
No obstante, el juez sentenció que esta prueba no resultaría concluyente para el caso.
¿Por qué?
No podemos comprobar científicamente si los marcadores genéticos del hermano de Pilar pertenecen verdaderamente al padre del chico sin haber realizado un test de paternidad previamente.
La prueba definitiva para poder aclarar quién es el padre de Pilar vendría tras la examinación del ADN de los posibles candidatos.
OPCIÓN 2: ADN DEL SUPUESTO PADRE DE PILAR
Se trataría de realizar una exhumación al supuesto padre de Pilar (padre de sus hermanos) en vez de exhumar a Dalí. A partir de una muestra biológica del supuesto padre de Pilar se realizaría una prueba de paternidad para comprobar si realmente Pilar es su hija o no, y por lo tanto, analizar si comparten el mismo marcador “gris”. Sin embargo, descartar el supuesto padre no prueba que Dalí sea el padre de Pilar.
OPCIÓN 3: EXHUMAR AL GENIO
Ya hay fecha. El 20 de Julio se procederá a la exhumación de Salvador Dalí. Como hemos visto, parece ser la única forma de resolver el misterio. Hacer una prueba de paternidad a Dalí, 28 años después de fallecer y aclarar por fin su supuesta paternidad. Si Pilar Abel presenta marcadores genéticos “de color azul” como los de Dalí, estaríamos ante la única descendiente del gran genio de Figueres.
En cualquier caso y a la espera de los resultados de las pruebas de paternidad una vez más, la genética es la protagonista de otra noticia, como la de Pilar Abel, noticia que hace unos años hubieran parecido “surrealistas”.