En ocasiones, cuando surgen complicaciones cardíacas, la genética puede tener algo que decir. Es el caso de la miocardiopatía hipertrófica, una de las enfermedades cardíacas hereditarias más comunes y un ejemplo de cómo las alteraciones en nuestro ADN pueden provocar problemas clínicos relevantes. Identificar las variantes genéticas implicadas no solo puede ayudar a afinar el diagnóstico, sino que también permite anticiparse a complicaciones graves, orientar el tratamiento o asesorar a los familiares. ¿Quieres saber más sobre este tipo de miocardiopatía y cómo influye la genética en su pronóstico? ¡Sigue leyendo!
¿Qué es la Miocardiopatía Hipertrófica?
La miocardiopatía hipertrófica es una afección del corazón en la que se observa un engrosamiento anormal del músculo cardíaco (miocardio), especialmente en los ventrículos. Actualmente, se considera la enfermedad cardiovascular monogénica (causada por mutaciones en un solo gen) más prevalente y afecta a aproximadamente 1 de cada 500 adultos a nivel mundial.

Si bien la mayoría de las personas con miocardiopatía hipertrófica no presentan síntomas severos, en algunos casos, especialmente en pacientes jóvenes, puede resultar en muerte súbita. Entre los síntomas comunes, encontramos:
- Dolor torácico
- Sensación de vértigo y desmayo
- Fatiga y mareos tras la actividad física
- Sensación de latidos rápidos o irregulares
- Dificultad para respirar en momentos de actividad o después de acostarse
Causas y diagnóstico genético de la miocardiopatía hipertrófica
El desarrollo de miocardiopatía hipertrófica es, generalmente, de origen genético. En la mayoría de los casos (aproximadamente el 40-60%), el engrosamiento del miocardio es debido a mutaciones en genes que codifican para proteínas del sarcómero, la unidad contráctil del músculo cardíaco. Estas mutaciones alteran el ensamblaje y la función de los sarcómeros, desencadenando una respuesta adaptativa anómala del miocardio que da lugar al engrosamiento ventricular.

Las mutaciones más frecuentes en genes de proteínas sarcoméricas se producen en:
- MYBPC3: que codifica la proteína C de la miosina cardíaca
- MYH7: codificante de la beta-miosina
- TNNT2, TNNI3 y TPM1, entre otros
En una minoría de casos (5–10%), la causa de la cardiomiopatía hipertrófica puede estar en genes no sarcoméricos o asociados a síndromes metabólicos. Además, hasta un 30% de los casos siguen teniendo una causa genética desconocida, lo que recalca la importancia de seguir investigando las causas genéticas de esta enfermedad.
En cuanto al diagnóstico de la miocardiopatía hipertrófica, suele basarse en criterios diagnósticos clínicos, como la presencia de sintomatología compatible, y pruebas como el electrocardiograma y la resonancia magnética cardíaca. No obstante, en casos en los que el diagnóstico es ambiguo, una prueba genética puede ser crucial para confirmar el diagnóstico de la miocardiopatía hipertrófica. Además, este tipo de pruebas pueden ayudar a predecir cómo va a ser la evolución del paciente.
Genética y pronóstico de la miocardiopatía hipertrófica
El pronóstico de la miocardiopatía hipertrófica es variable y dependiente de múltiples factores. Se estima que, en aproximadamente el 46% de los casos, la patología es benigna o estable, mientras que en otros casos puede conllevar sintomatología moderada e incluso grave, como fallo cardíaco progresivo (39% de los casos), fallo cardíaco avanzado (4%), fibrilación atrial e infarto (17%) o muerte súbita (6%).

Uno de los factores que pueden influir en el pronóstico del paciente con miocardiopatía hipertrófica es su genética. Por ejemplo, se ha observado que los pacientes con mutaciones que afectan a las proteínas sarcoméricas (especialmente las que afectan a la troponina) suelen presentar complicaciones antes que aquellos que tienen mutaciones no asociadas a la función de las proteínas sarcoméricas. Además, aquellos pacientes que presentan varias mutaciones patogénicas tienen un riesgo de arritmias ventriculares mucho mayor (cuatro veces más) que aquellos que solamente tienen una mutación patogénica.
Dado el papel tan relevante que juega la genética en el desarrollo, evolución y tratamiento de las miocardiopatías hipertróficas, resulta esencial una formación especializada en este campo. Comprender las bases moleculares, interpretar correctamente los resultados genéticos y aplicar este conocimiento en la práctica clínica puede marcar una diferencia significativa en la vida de los pacientes. Si quieres profundizar en estos aspectos y convertirte en un experto en este ámbito, te interesa nuestro Experto Universitario en Cardiogenética.
Tratamiento y Terapia Génica
El tratamiento de la miocardiopatía hipertrófica se basa, principalmente, en el abordaje de la obstrucción del flujo sanguíneo que sale del corazón. Esto, generalmente, se realiza mediante la administración de betabloqueantes, antagonistas de calcio y, en algunos casos, inhibidores de miosina como el mavacamten.
Actualmente, se está evaluando la posibilidad de tratar la miocardiopatía hipertrófica mediante terapia génica y, de hecho, existen varias aproximaciones. Por ejemplo, se ha utilizado terapia génica para silenciar la producción de proteínas sarcoméricas alteradas en modelos animales para revertir el fenotipo hipertrófico característico de la enfermedad. Otra estrategia es el reemplazo del gen MYBPC3 alterado por una versión funcional. Esta aproximación ha demostrado ser efectiva en modelos de ratón y actualmente se encuentra en ensayo clínico en humanos.
Artículos de interés:
Miller EM, et al. Genetic testing and counseling for hypertrophic cardiomyopathy: An evidence-based practice resource of the National Society of Genetic Counselors. J Genet Couns. 2025 Jun;34(3):e1993. doi: 10.1002/jgc4.1993.
Jiang J, et al. Allele-specific silencing of mutant Myh6 transcripts in mice suppresses hypertrophic cardiomyopathy. Science. 2013 Oct 4;342(6154):111-4. doi: 10.1126/science.1236921
Reichart D, et al. Efficient in vivo genome editing prevents hypertrophic cardiomyopathy in mice. Nat Med. 2023 Feb;29(2):412-421. doi: 10.1038/s41591-022-02190-7