Rubén Megía González, Coordinador del Área de Formación de Genotipia
Ya se acercan “esas” fechas y el gusanillo de la formación comienza a picarte más que nunca. Sin embargo, no tienes nada claro qué curso se ajusta mejor a tus necesidades. ¿Es mejor gastarte una pasta en un máster universitario o, en tu caso, es mejor optar por un cursillo de ampliación de conocimientos? Bien, pues has llegado al lugar indicado.
En este post pretendo “echarte un cable”, aconsejándote el tipo de curso que más te favorece, dependiendo de tu situación. Obviamente, esto es solo una “guía” basada en la experiencia de nuestro equipo y la decisión final depende totalmente de ti, pero aquí encontrarás una ayuda para esos momentos en los que no tienes claro qué formación es la adecuada para ti. ¿Entendido? Bien. ¡Vamos allá!
Evaluando un programa formativo
Todos nos hemos visto en esta situación. Quieres formarte y encuentras infinidad de cursos, cada uno con sus particularidades, ventajas y desventajas. ¿Cómo determinar cuál es el que mejor va a completar tu formación previa o te va a aportar una información más ajustada a la realidad, si todos parecen fantásticos?
En primer lugar, mi recomendación personal es que revises bien tanto el temario del curso como su funcionamiento. Cada programa formativo, universitario o no, tiene unas mecánicas particulares y es muy importante conocerlas antes de adentrarse en ellos. Esto parece algo muy obvio, pero te sorprendería la cantidad de veces que un alumno se inscribe a algún programa sin conocer las fechas de inicio o finalización o, ni tan siquiera, si hay examen final. Revisa bien toda la información que la entidad formadora te ofrece y, si no te queda claro, ¡pregúntales!
Una pieza clave en la valoración de un programa formativo es ver qué personas se encuentran detrás de esa formación. Igual que cuando vas al hospital esperas ser atendido/a por un/a médico, en un programa formativo sobre Epigenética, lo que deberás buscar es que esté impartido por profesionales del ámbito. Y esto no es aplicable sólo al ámbito de la Biomedicina, sino a todo el resto de cursos de cualquier materia. De nuevo, hago hincapié en que revises bien el profesorado del programa formativo y, si no lo indica claramente en ningún sitio, consúltalo con la entidad organizadora del mismo.
Evaluando tu situación
El segundo paso para seleccionar tu programa formativo perfecto es evaluar en qué situación te encuentras en el presente y qué quieres conseguir en un futuro gracias a este curso. ¿Estás trabajando en un Laboratorio de Análisis Clínico y quieres comprender mejor cierto tipo de técnicas para la práctica diaria? ¿Vas a ser padre/madre y quieres conocer las principales técnicas de análisis genético que se utilizan en diagnóstico prenatal? ¿O acabas de terminar la carrera de Biotecnología y quieres llegar a estudiar un doctorado? En cada situación, el objetivo es diferente y, por tanto, el “curso perfecto” no es el mismo.
Formación reglada vs. no reglada
A la hora de elegir un programa formativo, es esencial conocer el tipo de formación que te ofrece. La formación oficial o reglada es toda aquella que está dentro del Sistema Educativo Español, mientras que la formación privada o no reglada no está contemplada por el Ministerio de Educación. Cada una de ellas tiene ciertas ventajas y desventajas:
Formación reglada:
En la formación reglada, podemos encontrar desde educación preescolar e infantil hasta formación universitaria, pasando por enseñanzas artísticas e idiomas. Al finalizar estos cursos, el alumno obtiene un título oficial con validez académica, como puede ser un máster en gestión de proyectos, una licenciatura en Química o un B2 de inglés.
La formación reglada se encuentra dentro del Sistema Educativo Español y, en teoría, está pensada para aportar conocimientos y habilidades comunes. De este modo, un/a graduado/a en Biología en la Universidad de Santiago de Compostela debería haber adquirido los mismos conocimientos en su carrera que otra persona graduada en la Universidad de Granada.
Esta formación es, a veces, imprescindible para poder acceder a otras titulaciones. Por ejemplo, para poder acceder a un doctorado, en ocasiones es necesario haber superado un máster oficial. Además, muchas veces son habilitantes, es decir, te permiten acceder a nuevas opciones profesionales. Por ejemplo, un/a licenciado/a en Derecho no puede ejercer como abogado/a, a no ser que supere un Máster en abogacía.
En conclusión, deberás plantearte adquirir un programa formativo reglado si tu objetivo es ser legalmente apto para unas capacidades profesionales concretas o lo necesitas para poder acceder a unos estudios de nivel superior.
Formación no reglada:
Al contrario que la formación reglada, la formación no reglada ofrece una formación adaptada a tus necesidades. Este tipo de formación suele estar gestionado por empresas y universidades privadas, asociaciones y fundaciones.
Normalmente tenemos una idea un poco mala de estos programas formativos porque, al superarlos, no se obtiene un título oficial. Sin embargo, los programas formativos no reglados son realmente imprescindibles para la adquisición de competencias laborales. Un ejemplo sencillo son los cursos de ofimática, herramienta imprescindible para un gran abanico de puestos laborales de la cual no existe formación reglada. De igual forma, un profesional sanitario puede conocer nuevos conceptos y dominar nuevas habilidades formándose a través de cursos formativos no reglados.
Este tipo de cursos son imprescindibles, sobre todo, para profesionales que quieran aumentar su conocimiento sobre un tema concreto o ampliar su currículum. Además, este tipo de formación también es recomendable para estudiantes que ya estén cursando otro tipo de programa formativo y quieran reforzar sus conocimientos en un área concreta.
Formación práctica vs. teórica
Un punto importante a la hora de seleccionar un curso online es determinar si la formación que ofrece es más teórica o más “práctica”. Escribo “práctica” entrecomillado porque, por lo general, los cursos online tienen una capacidad limitada para ofrecerte un conocimiento de forma práctica. En este caso me refiero a programas formativos más instructivos, que pretenden enseñar a sus alumnos a utilizar una herramienta concreta, como puede ser un tipo de secuenciación o un programa informático.
Hago hincapié en este punto porque, aunque parezca obvio, muchas veces nos dejamos llevar por la emoción y no lo tenemos en cuenta. Por ejemplo, para el personal de un laboratorio de reproducción asistida puede ser mucho más importante conocer con detalle una técnica concreta que para una futura madre interesada en el funcionamiento básico de las técnicas de diagnóstico prenatal.
Para determinar este aspecto de un programa formativo, es vital que consultes bien el temario. Sin embargo, es difícil determinar de este modo si el programa es más práctico o más teórico, por lo que te recomiendo que consultes con los responsables de guiarte en este nuevo camino formativo. El personal del centro de formación atenderá tus cuestiones y resolverá tus dudas rápidamente.
Millones de cursos, millones de posibilidades
En nuestro planeta habitan más de 7 000 millones seres humanos, cada uno con su propia situación personal y laboral, sus propios gustos y aficiones y sus propios conocimientos. Es obvio, por tanto, que no puedo poner en este minúsculo post todas las posibilidades que existen para cada persona concreta, sobre todo teniendo en cuenta que para cada persona interesada en formarse, existen miles y miles de cursos online que ofrecen una gran cantidad de posibilidades diferentes. ¡No te preocupes! Lo importante es que evalúes estos aspectos y, en base a ellos, elijas el programa que mejor se adapta a tu situación.
¿Y bien? ¿Ya has decidido qué programa formativo online realizar?