Rubén Megía González
El genoma, ese “libro de instrucciones” que interviene en el desarrollo de nuestras características físicas, también puede ser determinante en la aparición de diferentes enfermedades. Un ejemplo de esto es la Epidermólisis Bullosa (EB), comúnmente conocida como «piel de mariposa». En este nuevo post, hablaremos acerca de las causas genéticas de esta enfermedad y de cómo comprender sus bases genéticas puede ser crucial para el desarrollo de tratamientos específicos.
Piel de mariposa: características clínicas
La Epidermólisis Bullosa (EB) es un grupo de trastornos hereditarios caracterizados por la fragilidad extrema de la piel y las membranas mucosas. Los individuos afectados experimentan ampollas y heridas incluso ante el roce más mínimo, lo que conduce a la formación de cicatrices y erosiones cutáneas recurrentes. Esta fragilidad extrema hace que esta enfermedad se conozca comúnmente como “piel de mariposa”, por su similitud con las alas de las mariposas, cuyas coloridas escamas se desprenden fácilmente.
En cuanto a la gravedad de la enfermedad, existen varios subtipos clínicos, que van desde formas más leves más leves con ampollas localizadas hasta formas más graves que afectan extensas áreas de la piel y pueden conllevar complicaciones sistémicas. Por lo general, la EB se suele clasificar en tres subtipos, dependiendo del nivel epidérmico en el que se producen las lesiones:
EB simple: las ampollas o lesiones se producen en las células basales de la epidermis
EB juntural: las ampollas o lesiones se producen en la lámina lúcida, la capa más externa de la lámina basal
EB distrófica: las ampollas o lesiones se producen bajo la lámina densa, la segunda capa más externa de la lámina basal
Causas genéticas de la epidermólisis bullosa
Como comentaba anteriormente, la epidermólisis bullosa es causada por mutaciones genéticas que afectan la producción o estructura del colágeno tipo VII. Esta proteína es esencial para el anclaje de las células epiteliales en la placa basal, una capa formada por diferentes proteínas que se encuentra entre la dermis y la epidermis.
El principal gen relacionado con el desarrollo de la piel de mariposa, tanto en sus formas recesivas como en sus formas dominante, es COL7A1, que contiene las instrucciones para sintetizar una proteína determinante en la formación del colágeno tipo VII. Concretamente, se han identificado más de 400 mutaciones diferentes en este gen asociadas a la enfermedad.
En términos de herencia, la EB suele dividirse en tres subtipos:
Epidermólisis bullosa autosómica recesiva, tipo Hallopeau-Siemens: es la forma más grave de la enfermedad. Los síntomas se presentan desde el momento del nacimiento. Las personas con este tipo de EB tienen una mayor predisposición a desarrollar carcinomas de células escamosas.
Epidermólisis bullosa autosómica recesiva, tipo no Hallopeau-Siemens: los síntomas de esta forma de la EB son más leves que las de la epidermólisis bullosa autosómica recesiva tipo Hallopeau-Siemens. Las lesiones suelen aparecer en zonas más limitadas (manos, pies, rodillas y codos, principalmente).
Epidermólisis bullosa autosómica dominante: es la forma más leve de la enfermedad. Las lesiones son menos graves y suelen curarse más fácilmente que en las formas autosómicas recesivas de la enfermedad.
Diagnóstico genético y opciones terapéuticas
Los últimos avances en genética y genómica han mejorado sustancialmente el diagnóstico y las opciones terapéuticas de los pacientes con piel de mariposa.
En cuanto a diagnóstico, la Epidermólisis bullosa es una enfermedad que suele detectarse poco después del nacimiento, ya que los recién nacidos presentan ampollas y heridas en la piel. No obstante, las pruebas genéticas pueden ser de gran utilidad para realizar un diagnóstico más preciso de la enfermedad. Concretamente, el diagnóstico genético puede ayudar a:
- Realizar un diagnóstico temprano de la gravedad de la enfermedad
- Tomar decisiones en cuanto al manejo del paciente
- Ofrecer asesoramiento genético al paciente y su familia
- Ofrecer tratamientos de Medicina de Precisión
En cuanto a opciones terapéuticas, por el momento no existen tratamientos que curen totalmente la epidermólisis bullosa. No obstante la investigación en genética y genómica ha allanado bastante el camino en la búsqueda de tratamientos y diferentes terapias génicas han demostrado resultados prometedores en pacientes con EB. De hecho, a mediados de 2023, la FDA aprobó una terapia génica en gel que presentó muy buenos resultados en pacientes con EB distrófica autosómica recesiva. Otros enfoques terapéuticos que han demostrado ser de utilidad en pacientes se basan en el trasplante de células epiteliales modificadas mediante terapia génica.
Enlaces de interés
Orphanet – Epidermólisis Bullosa Simple
Orphanet – Epidermólisis Bullosa Distrófica
IVAMI – Pruebas genéticas para Epidermólisis Bullosa
Epidermólisis ampollosa o bullosa congénita. Actualización clínica