Amparo Tolosa, Genética Médica News
Investigadores de la Universidad Johns Hopkins han diseñado un método que permite detectar de forma temprana el cáncer de endometrio o de ovario a partir de muestras tomadas en la prueba Papanicolau.
La prevención y la detección temprana son dos objetivos principales en la lucha del cáncer. Cuanto antes se detecta un cáncer, mayores son las probabilidades de poder diseñar e iniciar una estrategia terapéutica para hacerle frente. Del mismo modo, un diagnóstico temprano puede favorecer la utilización de tratamientos menos agresivos, lo que es especialmente importante en aquellos casos en los que la quimioterapia o radiación pueden comprometer la fertilidad, como son los cánceres ginecológicos.
En los últimos años, las biopsias líquidas se han presentado como una aproximación muy prometedora para el diagnóstico del cáncer. Esta técnica está basada en el análisis de los diferentes fluidos corporales, con el objetivo de detectar la presencia de células o material genético de origen tumoral que procedan de tejido tumoral. Estas células o ácidos nucleicos pueden ser diferenciados de las células y material genético de tejidos sanos en función de la presencia de mutaciones o perfiles característicos del cáncer. Y como son liberadas de los tumores en sus etapas iniciales, pueden detectarse incluso antes de que se manifiesten los síntomas de la enfermedad.
Los cánceres de ovario y endometrio constituyen las enfermedades ginecológicas más agresivas y letales en Europa y Estados Unidos, con una tasa de mortalidad muy elevada. Una de las principales causas de que la supervivencia a los cinco años del diagnóstico sea tan solo del 30% es que en la mayoría de los casos los síntomas se manifiestan cuando la enfermedad ya está avanzada, lo que minimiza las posibilidades de tratamiento. Urge por lo tanto, desarrollar métodos que permitan detectar la presencia de estos tipos de cáncer lo antes posible, especialmente antes de que se extiendan a otros tejidos.
La prueba de Papanicolau es conocida como uno de los métodos más habituales para detectar y prevenir el cáncer de cuello uterino. Esta prueba consiste en tomar células del cuello uterino y analizar su morfología y características en un microscopio para determinar si son normales o muestran cambios que podrían estar relacionados con un proceso tumoral. Tras la toma de la muestra las células se extienden directamente sobre un portaobjetos y se preparan para su visualización o se depositan en un líquido preservativo para posterior análisis. La muestra obtenida en la prueba de Papanicolau puede contener células del endometrio o de los ovarios, lo llevó a pensar a los investigadores que podría ser utilizada para detectar de forma temprana tumores presentes en estos tejidos.
Los investigadores utilizaron ADN extraído del fluido tomado en la prueba de Papanicolau de 245 mujeres con cáncer de ovario, 382 mujeres con cáncer de endometrio y 714 mujeres sin cáncer. A partir de este ADN, mediante una técnica de amplificación del ADN que reduce la presencia de errores, los investigadores analizaron la secuencia de 139 regiones de 18 genes relacionados con el cáncer, así como la presencia de alteraciones en el número de cromosomas.
“Los cánceres ginecológicos son responsables de aproximadamente 25.000 muertes por año y son la tercera causa de mortalidad relacionada al cáncer,” señala Nickolas Oapadopoulos, investigador en el Ludwig Center en la Universidad Johns Hopkins y uno de los autores principales del trabajo. “La mayoría de las muertes son causadas por tumores que metastatizan antes de la aparición de los síntomas. Con PapSEEK tenemos como objetivo detectar estos cánceres de forma temprana, cuando son más curables.”
Un 81% de las muestras obtenidas de pacientes con cáncer de endometrio y un 33% de las obtenidas de pacientes con cáncer de ovario resultaron positivas para la presencia de mutaciones asociadas a estos tipos de cáncer. Por el contrario, únicamente un 1.4% de las muestras de mujeres sin cáncer diagnosticado fueron positivas. Estos resultados fueron mejorados al utilizar muestras cervicales obtenidas mediante un cepillo Tao que permite tomar células de regiones más cercanas a los tejidos afectados en el cáncer de endometrio y ovario. En este caso un 93% de las muestras de cáncer de endometrio y un 45% de las muestras de cáncer de ovario resultaron positivas, mientras que ninguna de las muestras de controles lo fue.
Por último, la combinación del análisis de fluido de la prueba de Papanicolau con el análisis de ADN tumoral libre en plasma en pacientes con cáncer de ovario permitió mejorar la sensibilidad para detectar este tipo de cáncer hasta un 63%.
Los resultados del trabajo presentan a PapSEEK, nombre que recibe la prueba, como una aproximación muy prometedora para detectar de forma temprana dos de los cánceres más agresivos en la actualidad. PapSEEK, cuyo rendimiento puede mejorarse utilizando un cepillo Tao para tomar la muestra, con el análisis de células de muestras del cuello uterino o cérvix o con el análisis del ADN presente en plasma, muestra el potencial de las pruebas diagnósticas basadas en análisis de mutaciones.
“Las pruebas diagnósticas no siempre distinguen de forma robusta las condiciones benignas del cáncer, lo que lleva a procedimientos innecesarios,” señala Amanda Nickles Fader, directora del servicio Kelly de Oncología Ginecológica del Hospital Johns Hopkins e investigadora principal del trabajo. “La elevada mortalidad asociada a algunos cánceres ginecológicos hace que el rastreo sea una prioridad y son necesarias con urgencia nuevas aproximaciones de diagnóstico.”
Investigación original: Wang Y, et al. Evaluation of liquid from the Papanicolaou test and other liquid biopsies for the detection of endometrial and ovarian cancers. Sci Transl Med. 2018. Doi: http://dx.doi.org/10.1126/scitranslmed.aap8793
Fuente: Pap Test Fluids Used In Gene-Based Screening Test for Two Gyn Cancers. https://www.hopkinsmedicine.org/news/media/releases/pap_test_fluids_used_in_gene_based_screening_test_for_two_gyn_cancers