¡Hola de nuevo, seguidores de nuestro blog! Hoy os vengo a hablar sobre un interesante evento que tiene lugar sobre estas fechas. Cada año, normalmente a principios de septiembre, tiene lugar una maravillosa entrega de premios en la que el humor y la ciencia convergen. ¿Sabes a qué me refiero? ¡Sea cual sea la respuesta, te animo a seguir leyendo nuestro post!
Los Premios Ig Nobel
Así es, hablaba de los Premios Ig Nobel, una especie de “parodia” de los Premios Nobel en los que te puedes encontrar la ciencia más inesperada del planeta Tierra. ¡Aunque no por ello deja de ser Ciencia!
Los Premios Ig Nobel, que son anualmente organizados por la revista de humor científico Annals of Improbable Research. se otorgan, cada año, a 10 grupos de científicos diferentes, uno por cada una de sus diferentes categorías. Este premio es concedido como reconocimiento de hallazgos científicos “divertidos” que, sin dejar de ser interesantes, resultan cómicos para el público en general (y mucho más, para la gente de ciencia).
El origen de los Premios Ig Nobel
Ya conoces los Premios Ig Nobel. ¿Pero no te intriga su origen? ¿A quién se le ocurrió esta fantástica idea de tomarse la ciencia con un poco de humor? La virtuosa mente tras el nacimiento de los Premios Ig Nobel fue Marc Abrahams, editor y cofundador de la revista Annals of Improbable Research, que, en 1991 decidió premiar a aquellos científicos que habían realizado estudios “que no podían, o al menos no debían, ser reproducidos”.
Desde el nacimiento de los Premios Ig Nobel en 1991, numerosos científicos de todo el mundo han sido galardonados. ¿Lo curioso? Todos los años la ceremonia de los Premios Ig Nobel es presentada por científicos que han ganado un Premio Nobel en años anteriores. Y es que, aunque graciosos, los Premios Ig Nobel sólo se otorgan a estudios realmente “serios”.
Para que veáis lo “serios” (a la vez que absurdos) que pueden ser los Ig Nobel, os diré que uno de los ganadores de un Premio Nobel de 2010 fue galardonado, años antes, con un Ig Nobel. Es el caso de Andre Geim, físico neerlandés al que se otorgó el Premio Ig Nobel de Físic del año 2000 por utilizar imanes para hacer levitar a una rana y a un luchador de sumo. Geim fue galardonado en 2010 con el Premio Nobel de Física por sus trabajos con el grafeno, convirtiéndose en la primera persona en tener un Premio Nobel y un Premio Ig Nobel en la historia.
Los Premios Ig Nobel de 2021
Las 10 categorías de los Premios Ig Nobel de este año son: Biología, Ecología, Química, Economía, Medicina, Paz, Física, Cinética, Entomología y Transporte. No obstante, las categorías cambian anualmente y nos hemos podido encontrar con asombrosos premios Ig Nobel de Literatura, Cognición, Obstetricia o Ciencia de Materiales en otros años. Para que os hagáis una idea de lo que va el asunto, os pongo el listado de Premios Ig Nobel de este 2021. Uno de ellos está estrechamente relacionado con la genética:
Premio Ig Nobel de Biología: Concedido a Susanne Schötz, Robert Eklund y Joost van de Weijer, por analizar las variaciones entre el ronroneo, el gorjeo, el parloteo, el trino, el murmullo, el maullido, el chillido, el siseo, el aullido, el gruñido y otros modos de comunicación entre gatos y humanos.
Premio Ig Nobel de Ecología: Concedido a Leila Satari, Alba Guillén, Àngela Vidal-Verdú y Manuel Porcar, cuatro investigadores españoles de la Universidad de Valencia. El premio les ha sido concedido por utilizar el análisis genético para identificar las diferentes especies de bacterias que residen en los restos de chicles desechados y pegados en las aceras de varios países.
Premio Ig Nobel de Química: Concedido a Jörg Wicker, Nicolas Krauter, Bettina Derstroff, Christof Stönner, Efstratios Bourtsoukidis, Achim Edtbauer, Jochen Wulf, Thomas Klüpfel, Stefan Kramer y Jonathan Williams, por analizar químicamente el aire del interior de las salas de cine para comprobar si los olores producidos por el público indican de forma fiable los niveles de violencia, sexo, comportamiento antisocial, consumo de drogas y lenguaje inapropiado de la película que está viendo el público.
Premio Ig Nobel de Economía: Concedido a Pavlo Blavatskyy, por descubrir que la obesidad de los políticos de un país puede ser un buen indicador de la corrupción de ese mismo país.
Premio Ig Nobel de Medicina: Concedido a Olcay Cem Bulut, Dare Oladokun, Burkard Lippert y Ralph Hohenberger, por demostrar que los orgasmos pueden ser tan eficaces como los medicamentos descongestionantes para mejorar la respiración nasal.
Premio Ig Nobel de la Paz: Concedido a Ethan Beseris, Steven Naleway y David Carrier, por someter a prueba la hipótesis de que los humanos evolucionaron la barba para protegerse de los golpes en la cara.
Premio Ig Nobel de Física: Concedido a Alessandro Corbetta, Jasper Meeusen, Chung-min Lee, Roberto Benzi y Federico Toschi por realizar experimentos para saber por qué los peatones no chocan constantemente con otros peatones.
Premio Ig Nobel de Cinética: Concedido a Hisashi Murakami, Claudio Feliciani, Yuta Nishiyama y Katsuhiro Nishinari por realizar experimentos para saber por qué los peatones chocan a veces con otros peatones.
Premio Ig Nobel de Entomología: Concedido a John Mulrennan, Jr., Roger Grothaus, Charles Hammond y Jay Lamdin, por su estudio “Un nuevo método de control de cucarachas en submarinos”.
Premio Ig Nobel de Transporte: Concedido a Robin Radcliffe, Mark Jago, Peter Morkel, Estelle Morkel, Pierre du Preez, Piet Beytell, Birgit Kotting, Bakker Manuel, Jan Hendrik du Preez, Michele Miller, Julia Felippe, Stephen Parry y Robin Gleed, por por determinar mediante un experimento si es más seguro transportar un rinoceronte por el aire boca abajo.
Chicles y bacterias
Como os comentaba, este año 2021 se ha concedido un Premio Ig Nobel a un grupo de investigadores de la Universidad de Valencia. En su trabajo, “The wasted chewing gum bacteriome” (El bacterioma de los chicles desperdiciados), estos cuatro científicos han analizado 8 chicles de 5 localizaciones diferentes durante tres meses al aire libre y han determinado la composición y variabilidad de bacterias en cada una de ellas.
Podrías pensar que analizar genéticamente la microbiota de un chicle pegado al suelo es un disparate, pero nada más lejos de la realidad. Los resultados de este grupo de investigadores son realmente útiles en el ámbito forense, ya que pueden ayudar a identificar a la persona que ha mascado el chicle y cuánto tiempo ha pasado desde que fue abandonado. Además, los autores también han identificado varias especies bacterianas que podrían ser útiles para degradar los restos de chicle que ensucian las ciudades.
Por si os quedan dudas de lo interesante que es estudiar los restos de ADN de un chicle, os diré que esta práctica ya ha sido utilizada en otras ocasiones para conocer diferentes aspectos de nuestros antepasados.
Como explica Gemma Marfany en un artículo de El Nacional, hace miles de años, nuestros antepasados ya utilizaban diferentes tipos de materiales para mascar. Algunos humanos del Paleolítico y el Neolítico mascaban brea (resina de árbol alquitranada) como si de chicle se tratara, que luego utilizaban como adhesivo para fabricar herramientas. Algunos de estos “chicles” han llegado a nuestros días, cargaditos de “pistas genéticas” que nos han ayudado a conocer diferentes aspectos de la dieta o del aspecto de los humanos antiguos.
Por ejemplo, en 2019, un estudio analizó el ADN presente en un “chicle” de brea de abedul de hace 5700 años. El análisis determinó que la persona que había masticado la brea era una mujer de ojos azules, piel oscura y cabello moreno, que tenía intolerancia a la lactosa. Además del ADN de la mujer y del abedul, los investigadores encontraron ADN de pato y avellana, que correspondían a la anterior comida de la mujer. Por si fuera poco, los autores también encontraron ADN de 689 bacterias diferentes y del virus Epstein-Barr, causante de la mononucleosis. ¡Todo esto a partir de un “chicle” de hace 5700 años! Imaginad lo que somos capaces de determinar a partir de uno actual.
Y hasta aquí el post de hoy ¿Qué te parecen los Premios Ig Nobel? ¿Te gustaría que te premiaran con uno? ¡Hay quienes estarían encantados!
Fuentes:
