Un momento histórico para la genética y para la sociedad acaba de tener lugar. La  Sociedad Americana de Genética Humana (ASHG) ha publicado un documento que marca la ruptura entre la eugenesia y la genética. Este documento se titula “Facing Our History – Building an Equitable Future Initiative” (Encarando nuestra historia: construyendo un Futuro Equitativo) y se puede encontrar en la propia web de la ASHG y en The American Journal of Human Genetics.

Esta entidad, la Sociedad Estadounidense de Genética Humana (ASHG), se estableció en 1948 para trasladar y liderar la investigación, la educación sobre la genética y la genómica humana, así como los nuevos descubrimientos y aplicaciones en este campo. Según relata la ASHG, en el documento que acaban de presentar: “la credibilidad de la genética fue perturbada a consecuencia del auge de la ideología eugenésica en la ciencia, la política y la sociedad estadounidense en la primera mitad del siglo XX. Con esta razón, uno de los objetivos prioritarios de la creación de esta institución fue restaurar la credibilidad en el campo de la genética humana. Sin embargo, la ASHG no pudo distanciarse totalmente del legado de la eugenesia” (ASHG, 2023).

La eugenesia, un concepto acuñado por Francis Galton, ahora se define como una teoría científicamente errónea e inmoral de la “mejora racial” y la “reproducción planificada”, que ganó popularidad a principios del siglo XX. Los eugenistas de todo el mundo creían que podían perfeccionar a los seres humanos y eliminar los llamados “males sociales” a través de la genética y la herencia (NHGRI, 2022).

El documento que ahora presenta la ASHG aborda la histórica y perjudicial relación que ha habido entre la genética y la eugenesia. Así mismo aprovechan para disculparse por esta relación que ha sido tan dañina para la sociedad, especialmente para los colectivos vulnerables, como también para toda la comunidad científica, en particular para el campo de la genética. De manera adicional, el informe plantea que el futuro de los estudios en genética debe ser inclusivo. La aspiración de la organización con este escrito es reparar el daño causado y trabajar para que no vuelva a repetirse. Para ello muestran una recapitulación histórica al recordar momentos dolorosos en la historia de la ciencia, como por ejemplo el uso de métodos eugenésicos tales como la esterilización involuntaria, la segregación y la exclusión social para “librar” a la sociedad de personas que consideraban no aptas.

En palabras de Eric Green, director del Instituto Nacional de Investigación del Genoma Humano (NHGRI), publicadas en un tuit: “Aplaudo a la ASHG por reconocer la dolorosa relación entre la genética y la eugenesia, así como el reconocimiento transparente y público sobre su larga historia. Es muy importante reconocer que el silencio es inaceptable cuando la ciencia se utiliza para justificar el daño” (Green, 2023).

La intención más evidente de la ASHG en su documento es la de disculparse por la participación de algunos de sus primeros líderes que defendieron la eugenesia. Según revela un artículo publicado en The Washington Post, también se disculpan por la incapacidad que tuvieron como grupo para reconocer y oponerse a los daños e injusticias del pasado en el campo de la genética (Trent, 2023). Revisando la historia de la genética y la eugenesia, la ASHG confirma que existieron varias personas muy respetadas por sus contribuciones a la genética humana, que estuvieron de acuerdo con la ideología eugenésica. En estos casos, “el grupo se disculpa porque no supo de qué manera responder ante estas afirmaciones en defensa de la eugenesia. Entre algunas de las personas que defendieron la eugenesia se encuentra, por ejemplo, el destacado genetista, William Allen, promotor de la esterilización de personas con rasgos supuestamente indeseables” (Pérez, 2023).

Con todo ello, ahora, la ASHG acaba de protagonizar un momento histórico. Esta organización, en representación de toda la comunidad científica (especialmente de los genetistas) toma la palabra y denuncia estos actos, como también denuncia injusticias actuales que son similares a las ocurridas en el pasado. Además del actual pronunciamiento de la organización americana de genética humana contra estas malas prácticas, se pueden encontrar precedentes recientes de científicos preocupados por el mal uso de la genética. El artículo publicado en la revista Genética Médica News bajo el título “Debate sobre la ética de la genómica y la genética en las ciencias sociales y el estudio del comportamiento” detalla un interesante encuentro online en el que se han discutido las expectativas y peligros de la genómica social. En este encuentro se puso de manifiesto la preocupación existente por el mal uso de la genética aplicada a las ciencias sociales. Los científicos que han participado expresan gran preocupación debido a que la violencia y las injusticias sobre ciertos sectores poblaciones se intentan justificar con prejuicios sociales basados en la genética. A pesar de que estas ideas son científicamente erróneas, su difusión es muy rápida. Para evitarlo, toda la comunidad científica está ahora comprometida a desvincular la ciencia de la eugenesia y del racismo científico. El debate completo se puede encontrar en Youtube, en el perfil del NHGRI.

En este contexto de preocupación y debate, la ideología eugenésica es una pseudociencia que ha favorecido la exclusión y la violencia, así como también la falta de integridad científica. Según Harden, “la ideología que vincula los genes con las desigualdades sociales puede oscurecer la propia ciencia” (Harden, 2022) y eso mismo es lo que ha sucedido. “Para evitar que esta ideología eclipse a la ciencia, la ASHG rechaza en los términos más enérgicos posibles cualquier intento de tergiversar y distorsionar el conocimiento genético para promover una falsa ideología racista o tratar de legitimar, a través de la ciencia, el odio fundamental que forma el núcleo maligno de la supremacía blanca” ha declarado la ASHG en un comunicado emitido tras el tiroteo masivo de Buffalo (ASHG, 2022).

La perversión que la eugenesia ha hecho sobre la ciencia no es ninguna novedad. Esta falsa ciencia ha utilizado las diferencias genéticas entre las personas con objetivos perversos. Sin embargo, los esfuerzos por parte de la ciencia y la divulgación para enterrar a esta ideología no pueden negar la existencia de estas diferencias genéticas, ya que la existencia de diferencias genéticas entre las personas es un hecho conocido. En palabras de Harden, “las personas difieren genéticamente y esas diferencias importan para sus vidas” (Harden, 2021). Negar o ignorar esta realidad significaría no abordar en su totalidad la comprensión de los problemas sociales. En este sentido, “la ideología eugenésica ha utilizado esta realidad humana para justificar injusticias y afianzar una jerarquía biológica, en la que hay personas inferiores y personas superiores” (Martínez-Morales y Pérez-Alonso, 2023).

Como consecuencia de esta supuesta jerarquía biológica, actualmente existe un amplio rechazo social respecto a las diferencias genéticas entre las personas. Según explica Harden en un artículo publicado en AEON, “parte de esta confusión es provocada deliberadamente por personas que están irremediablemente convencidas de que respaldar la afirmación «las personas son genéticamente diferentes, y estas diferencias genéticas hacen que sus vidas sean diferentes» los comprometerá con una serie de creencias sobre la inferioridad y la superioridad humanas, además de a una serie de posiciones políticas de extrema derecha que encuentran abominables; y entonces lucharán con uñas y dientes, y se contorsionarán en todo tipo de posiciones intelectuales indefendibles, para evitar confrontar esta realidad básica sobre la vida humana” (Harden, 2023).

La defensa de la eugenesia, como recuerda la autora, Harden, en su libro La lotería genética, formula que “los genes causan la clase social a través de mecanismos universales, intuitivamente biológicos y difíciles (si no imposibles) de modificar” (2022). Precisamente, esta idea sobre la incapacidad para modificar los rasgos genéticos asociados al estudio de los problemas sociales y su vinculación con la ideología eugenésica es lo que ha perjudicado al prestigio de la genética en el estudio de estas problemáticas. Del mismo modo, también ha deteriorado la actual credibilidad de esta ciencia por parte de una sociedad dolida por las injusticias que se han fundamentado en la genética humana.

Así mismo, la incapacidad para modificar las diferencias genéticas ha sido una idea que la ideología eugenésica ha difundido fervientemente. De este modo, cualquier tipo de medida política o cambio social sería inútil, ya que este cambio sólo podría producirse mediante la edición genética (Harden, 2022). Sin embargo, al contrario de lo que proclama la eugenesia, la comprensión de las diferencias genéticas sí que puede tener una aplicación práctica para desarrollar políticas sociales de precisión. En un reciente artículo publicado en Génetica Médica News bajo el título “Una revisión sobre Sociología y Genética abre la era de la sociogenómica”, se consideran positivamente las aplicaciones que puede tener la genética en el estudio de las ciencias sociales. En este artículo también se discuten las potenciales limitaciones de estos estudios, como por ejemplo el mal uso de los datos genéticos, la falta de ética, el determinismo genético y la falta de diversidad y representatividad en las muestras analizadas.

Por otro lado, la lucha contra la eugenesia se lleva librando mucho tiempo. Algunos de los avances científicos acontecidos se han encarado directamente contra ella. “A principios de la década de 2000, el Proyecto Genoma Humano ayudó a confirmar que no había una base científica o genética para justificar la existencia de razas biológicas en los seres humanos. A pesar de estos y otros hallazgos, algunos científicos continuaron promoviendo la idea de que las diferencias significativas entre las razas se deben a la genética” ha indicado la ASHG (ASHG, 2023). Esto es lo que también se llama, racismo científico.

En conclusión, la eugenesia y racismo científico son un lastre que ha acompañado a la historia de la ciencia. Han ensombrecido los avances en la ciencia y provocado un rechazo general por parte de la sociedad. Sin embargo, la falta de integridad científica demostrada a lo largo de la historia se debe poner de manifiesto y hay que evitar, de la manera más activa posible, que esto vuelva a ocurrir.