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Pruebas genéticas de portadores: recomendaciones consenso de seis sociedades científicas

Seis sociedades científicas españolas publican un consenso sobre la implementación de pruebas genéticas de portadores, recomendando su realización en la etapa preconcepcional para facilitar la autonomía reproductiva y la toma de decisiones informadas.

Se estima que cada persona tiene, en promedio, dos variantes genéticas recesivas, variantes que no influyen significativamente en su salud, pero sí pueden tener un impacto en la salud de la descendencia al combinarse con variantes recesivas del otro progenitor. Como resultado, alrededor del 1-2% de las parejas está en riesgo de transmitir a sus hijos o hijas una enfermedad genética grave como la atrofia muscular espinal o la fibrosis quística . 

Las pruebas genéticas de portadores ayudan identificar a estas personas asintomáticas que portan variantes genéticas asociadas a enfermedades hereditarias autosómicas recesivas o ligadas al cromosoma X. Un ejemplo muy conocido de la utilidad de estas pruebas se observa en las comunidades de judíos ashkenazi, donde es habitual realizarse pruebas de compatibilidad para evitar la transmisión de la enfermedad de Tay Sachs. A nivel poblacional general, las pruebas genéticas de portadores no están implementadas, aunque podrían contribuir a reducir la incidencia de ciertas enfermedades graves.

En un esfuerzo colaborativo, seis sociedades científicas españolas, entre las que se incluyen la Asociación Española de Genética Humana (AEGH), la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), la Sociedad Española de Asesoramiento Genético (SEAGEN), la Asociación Española de Diagnóstico Prenatal (AEDP), la Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción(ASEBIR)  y la Sociedad Española de Genética Clínica y Dismorfología (SEGCD), han elaborado un consenso de recomendaciones para la implementación de pruebas genéticas de portadores en la población general

El documento consenso, publicado en European Journal of Human Genetics, aborda aspectos técnicos, éticos, y clínicos de este tipo de pruebas y propone estrategias para su integración en el sistema sanitario público.

Pruebas genéticas de portadores: accesibles y mejor en etapa preconcepcional

El documento consenso establece que la etapa preconcepcional es el momento óptimo para realizar las pruebas genéticas de portadores, ya que permite tomar decisiones informadas antes del embarazo. De esta forma, en caso de un riesgo elevado, las parejas pueden valorar opciones reproductivas como la fecundación in vitro con diagnóstico genético preimplantacional o el uso de gametos de donantes. 

Dentro de las recomendaciones sobre las pruebas genéticas de portadores se destaca que las pruebas deberían ser accesibles a toda la población, independientemente de su origen étnico. Esta aproximación es preferible al cribado dirigido a grupos específicos, que puede ser menos eficaz y contribuir a la estigmatización.

Otra de las consideraciones principales es que antes y después de la prueba, los pacientes deben recibir asesoramiento por parte de especialistas en genética. Este proceso, señala el documento, es crucial para explicar a las personas que se hagan las pruebas el alcance de las mismas, los posibles resultados, el concepto de riesgo residual y las opciones disponibles en caso de ser identificados como portadores. Esta estrategia ayuda a reducir la ansiedad y asegura que los pacientes comprendan plenamente las implicaciones de los resultados. En cualquier caso, conviene tener en cuenta que este tipo de pruebas no son una herramienta diagnóstica.

Muestra de sangre para análisis genético de portadores
El análisis genético de portadores puede realizarse a partir de una muestra de sangre. Imagen: Science Photo Library vía Canva.

Qué enfermedades deberían analizarse en pruebas genéticas de portadores

Según el consenso, las pruebas genéticas de portadores deberían enfocarse en enfermedades que cumplan ciertos criterios clínicos y técnicos. Entre estas enfermedades se incluyen condiciones autosómicas recesivas y ligadas al cromosoma X que sean graves, prevalentes y estén bien caracterizadas en términos de la relación genotipo-fenotipo. También deben ser trastornos que afecten negativamente la calidad de vida, provoquen discapacidad física o intelectual significativa y se manifiesten en etapas tempranas de la vida. Por último, es esencial que estas enfermedades puedan detectarse con las tecnologías disponibles y que existan opciones reproductivas o intervenciones preventivas para quienes resulten portadores. 

Por otra parte, se desaconseja realizar pruebas de portadores en enfermedades que carecen de un pronóstico claro o que presentan una penetrancia y expresión clínica variables. También se excluyen aquellas en las que no exista una correlación definida entre el genotipo y el fenotipo, así como trastornos con herencia dominante, mitocondrial o poligénica. Tampoco deberían incluirse variantes asociadas a condiciones leves, de significado clínico incierto o que carezcan de evidencia suficiente sobre sus efectos patogénicos.

Teniendo en cuenta estos criterios el consenso establece un mínimo de genes que deberían incluirse en cualquier prueba genética de portadores. Este panel básico de genes incluye enfermedades graves, frecuentes y bien caracterizadas, como la fibrosis quística (causada por mutaciones en gen CFTR), la atrofia muscular espinal (SMN1), la sordera neurosensorial no sindrómica (GJB2), las hemoglobinopatías más prevalentes (talasemias y anemia falciforme, asociadas a HBA1/HBA2 y HBB), y el síndrome de X frágil (FMR1). Este panel es ideal para la mayoría de las parejas en etapa preconcepcional, especialmente cuando no hay antecedentes familiares ni otros factores de riesgo conocidos

En situaciones específicas que requieren un análisis más exhaustivo, como en parejas consanguíneas (con mayor probabilidad de compartir variantes recesivas) o aquellas con antecedentes familiares de enfermedades genéticas raras  se recomienda utilizar un panel extendido de genes. Esta aproximación mejora la capacidad de identificar variantes genéticas menos frecuentes, aunque también exige más recursos para interpretar resultados y proporcionar asesoramiento genético especializado. 

Retos técnicos y operativos para la implementación

Potencialmente, la implementación de pruebas genéticas de portadores en el sistema público de salud podría contribuir a reducir la carga de ciertas enfermedades hereditarias graves. No obstante, existen numerosos retos a considerar. 

En el documento consenso las sociedades destacan que habrá de garantizar la validez analítica y clínica de las pruebas, así como la infraestructura tecnológica necesaria. Además, se requiere un marco regulatorio claro para definir los criterios de inclusión y exclusión de genes en los paneles de cribado. 

En paralelo, será esencial disponer de personal capacitado para asistir a los pacientes y realizar los análisis necesarios, lo que requerirá de una formación adecuada y programas de formación continua para los profesionales de la salud. Para esto, en el caso concreto de España, tendrán un papel muy importante las esperadas especialidades sanitarias de genética

Finalmente, habrá que fomentar campañas educativas que aumenten la concienciación pública sobre el valor de estas pruebas y las opciones reproductivas disponibles.

Artículo científico:

Vendrell, X., Abulí, A., Serra, C. et al. Population-based genetic carrier screening. A consensus statement from the Spanish societies: AEGH, AEDP, ASEBIR, SEAGEN, SEF and SEGCD. Eur J Hum Genet. 2024. https://doi.org/10.1038/s41431-024-01751-3

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