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Ana Ramírez de Molina: “Hay ejemplos muy sencillos de nutrición de precisión que ya se pueden aplicar”

Amparo Tolosa, Genotipia

 

Ana Ramírez de Molina
Ramírez de Molina es Directora del Programa de Nutrición de Precisión en Cáncer y líder del grupo de Oncología Molecular del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA Alimentación), donde también es directora adjunta.

La experta en nutrición de precisión Ana Ramírez de Molina investiga cómo utilizar factores nutricionales para mejorar la salud de cada persona.

Cuando Ana Ramírez de Molina (Madrid, 1975) habla de nutrición de precisión, se perciben inmediatamente los más de 20 años que lleva trabajando y formándose en esta nueva forma de entender la nutrición que considera las condiciones metabólicas, genéticas y el estilo de vida específicas de cada persona.

En la actualidad, Ramírez de Molina es Directora del Programa de Nutrición de Precisión en Cáncer y líder del grupo de Oncología Molecular del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados en Alimentación (IMDEA Alimentación), donde también es directora adjunta. Su equipo identifica alteraciones metabólicas que influyen en algunos tipos de cáncer y evalúa el potencial de diferentes factores nutricionales  para mejorar el tratamiento y la calidad de vida de los pacientes con  cáncer. Su objetivo es que la nutrición de precisión, adaptada a cada persona, se convierta en una herramienta de la medicina.

¿Cómo ha cambiado el concepto de la nutrición en el ámbito de la medicina?

Mi sensación es que, quitando enfermedades concretas y algunas especialidades como la endocrinología, la nutrición no estaba asociada realmente a la medicina en muchos casos, sino que se utilizaba para mantener un estado nutricional bueno. El cambio es que, cada vez más, muchas especialidades médicas se están dando cuenta de la gran influencia de abundantes parámetros nutricionales en el desarrollo y curso de la enfermedad. Además de que ahora se puede utilizar el conocimiento de los efectos moleculares de determinados compuestos, cuya ausencia o presencia influye en la salud. Por ejemplo, el tema de restricción calórica está siendo muy importante en envejecimiento y en cáncer. Los clínicos se empiezan a dar cuenta de que estos efectos moleculares tienen repercusiones importantes. El cambio está siendo revolucionario.

¿Cómo definirías la nutrición de precisión?

Darle a cada uno lo que necesita para mejorar su salud o cumplir sus objetivos según sus circunstancias, ya sean fisiológicas, clínicas, genéticas. En eso es muy parecido, aunque a un nivel mucho menor,  a la medicina, donde a cada uno se le da el fármaco que necesita para la alteración que tiene.

¿Cuáles consideras que son las repercusiones más importantes de esta disciplina a nivel médico?

Ayudar a los tratamientos a que sean lo más efectivos posibles. Por ejemplo, en la respuesta a inmunoterapia en cáncer de pulmón, se está demostrando la importancia de la inmunidad innata y la microbiota, ambos directamente relacionados con factores nutricionales. En este caso por ejemplo, una intervención nutricional que potencie la inmunidad podría ayudar a conseguir una efectividad mayor de la inmunoterapia.

Eso es una parte de nutrición de precisión. Hacer algo a nivel nutricional que prepara a un paciente de cualquier patología en la que se pueda ejercer ese efecto, para que responda mejor a  los tratamientos.

¿Consideras entonces que la nutrición de precisión es una herramienta para la medicina?

Exacto. Es una herramienta dentro de la medicina personalizada, que engloba todas las cosas que pueden impactar en la salud de una persona.

¿Cuáles son sus limitaciones?

La más evidente es que la dieta es muy compleja. Hay muchos componentes presentes en los alimentos y es muy difícil tener todo controlado. Ocurre como en la medicina donde hay muchos mecanismos moleculares y hay que ir controlando poco a poco distintos sistemas para poder ir avanzando. La nutrición de precisión es compleja pero se pueden establecer parámetros que empiecen a ayudar, desde la salud  o la prevención de enfermedades.

Hay ejemplos muy sencillos de nutrición de precisión que ya se pueden aplicar. Como saber si una persona es intolerante a la lactosa desde que nace o tiene predisposición a la celiaquía. Si una persona tiene predisposición genética a la celiaquía y se pasa toda la vida comiendo gluten porque no lo sabe, es probable que la desarrolle y se la diagnostiquen con 40 años. La pena es que no tenía por qué haber sufrido daños en el epitelio. Podía haber seguido una dieta adecuada para no desarrollar síntomas de celiaquía. Otro ejemplo es el de la intolerancia a la lactosa. Si no tienes el gen de la lactasa, aunque puedas tolerar la lactosa, realmente no la puedes procesar adecuadamente y, si esto es así, estás haciendo que el cuerpo esté “trabajando de más” para algo que no hay necesidad. Ahí la nutrición de precisión es muy aplicable desde el principio. Podemos ir desde estas cosas más sencillas y luego trabajar en enfermedades o situaciones concretas más complejas.

¿Cómo se forma una persona en nutrición de precisión? Porque tenemos Grado en Nutrición, Grado en Medicina, Grados en Biología o Genética…

Es complicado. Es una disciplina nueva por lo que no hay formación específica. En mi caso, soy química con especialidad de bioquímica, hice un doctorado en biología molecular y llevo más de 10 años trabajando en estrategias nutricionales y más de 20 en metabolismo. Aunar todo esto, metabolismo, estrategias nutricionales y biología molecular es lo que hace que pueda decir que me dedico a nutrición de precisión y entiendo bien todos los conceptos que abarca. Es verdad que es una ciencia multidisciplinar y necesitaría una formación específica, pero por otro lado, es lo que ha ocurrido también por ejemplo con la especialidad de oncología. Antes, los oncólogos eran médicos internistas porque no existía esa especialidad. La nutrición de precisión es una disciplina nueva. Ahora vemos que es necesaria, efectiva y que si queremos mejorar la salud de la sociedad,  deberíamos aplicarla. Eso supone una formación.

En estos momentos somos biólogos moleculares que nos hemos formado en nutrición, metabolismo y demás, o nutricionistas y gente de ciencia y tecnología de alimentos que se han formado en genética y biomedicina o biología. Lo ideal sería que se empezara a considerar una especialidad que considerara la Nutrición de Precisión. Igual que sería ideal que en el centro de salud hubiera un especialista en nutrición de precisión a quien la gente pudiera acudir para que les diera las pautas a seguir según sus necesidades y gente que estuviera en contacto con los médicos de atención primaria para establecer estrategias conjuntas.

Si no hay especialidad en nutrición de precisión, probablemente tampoco hay una regulación específica…

No, no la hay. Es una de las cosas que abogamos por que se haga. En ese sentido, IMDEA alimentación es un centro pionero, cuya seña de identidad es la investigación en Nutrición de Precisión y Salud.

nutrición de precisión¿Qué investigaciones realizáis en el IMDEA alimentación en relación a la nutrición de precisión?

Tenemos cuatro programas investigación en nutrición de precisión: cáncer, salud cardiometabólica, obesidad y envejecimiento. Además, tenemos una plataforma de ensayos clínicos que es nuestra marca distintiva en nutrición de precisión. Se llama  llamada GENYAL, de GEnética Nutricional y ALimentación. En esta plataforma se hacen ensayos de nutrición de precisión en casos específicos.

Por ejemplo, tenemos un ensayo piloto en siete colegios de la Comunidad de Madrid sobre prevención de la obesidad. Es interesante porque identificamos a los niños que tienen más predisposición a desarrollar obesidad y les damos unas pautas concretas a las familias. Tras cuatro años, estamos viendo los primeros resultados, que son muy positivos. Los niños con  más predisposición genética están desarrollando menos índices de masa corporal elevados que los niños que no la tienen. Además, en población oncológica tenemos ahora un ensayo de prevención de desarrollo de infecciones en pacientes oncológicos. En este ensayo se está utilizando un producto nutricional de precisión para estimular el sistema inmune.

Los estudios son diversos y están enfocados a objetivos muy concretos, por eso se analizan genes  relacionados con situaciones fisiológicas específicas y se dan pautas concretas. También hacemos  muchos estudios en red ya que la nutrición de precisión es muy multidisciplinar. Tenemos un proyecto financiado por la Comunidad de Madrid, ALIBIRD2020, en el que colaboramos con la Universidad Autónoma de Madrid, el Hospital La Paz, el Hospital Infanta Sofía, el CSIC y la Universidad Politécnica de Madrid, en el que se están desarrollando, desde productos específicos para diferentes pacientes oncológicos, a una aplicación de móvil. Con esta aplicación queremos identificar cualquier síntoma de efecto secundario de la medicación, interacción entre el tratamiento y la dieta, cuáles son los parámetros nutricionales más interesantes, y como se sienten los pacientes con las recomendaciones nutricionales. Es una forma de intentar implantar la nutrición de precisión teniendo un feedback continuo de los pacientes.

Por último, también participamos junto a la Universidad Autónoma de Madrid en el consorcio europeo EIT Food, un ejemplo es el proyecto de comunicación #AnnualFoodAgenda centrado en los consumidores, cuyo objetivo es que fomentar el pensamiento crítico sobre los alimentos que se consumen actualmente e inspirar a las nuevas generaciones para aumentar su conocimiento sobre el mundo de alimentación, impulsando la toma de decisiones saludables y sostenibles para el sistema. Es un signo positivo que Europa financie este programa para cambiar la forma en la que entendemos la nutrición y dirigirnos hacia un sistema sostenible que potencie nuestra salud, siendo la nutrición de precisión una de las principales prioridades del programa.

¿De qué trabajo o investigación os sentís más orgullosos?

Llevo más de 20 años trabajando en cáncer y metabolismo. Me ilusiona ver la evolución del interés de los clínicos en investigaciones básicas y en estudios de metabolismo y nutrición. Nos encontramos incluso  situaciones en las que son los oncólogos quienes nos proponen proyectos que podrían tener impacto en sus pacientes en esta área. Me siento orgullosa de contribuir de alguna forma a que la nutrición de precisión esté llegando a esta especialidad médica, hayamos despertado el interés de los oncólogos y estemos viendo resultados positivos en la clínica. Que todo esto llegue al paciente y pueda ayudarle es de lo que me siento más orgullosa.

Datos genómicos, nutricionales, de hábitos…Generáis muchísimos datos. Todo esto requiere una importante capacidad informática…

Sí. La plataforma GENYAL se creó al principio del proyecto IMDEA Alimentación,  y una de las primeras cosas que establecimos  para constituirla  fue una aplicación web de control de proyectos, antes incluso de generar la base de datos. Esa aplicación nos permite recoger manteniendo siempre la Ley de Protección de datos y de Investigación Biomédica, los datos genómicos y de estilo de vida, historial clínico, medidas antropométricas…Trabajamos mucho con cuestionarios de estilo de vida o factores nutricionales. Gracias a esta aplicación hemos podido desarrollar todo bien. Además tenemos una unidad de biología computacional en el centro, lo que es muy importante para hacer los análisis complejos.

A día de hoy, ¿cuál crees que es el grado de implantación real de las dietas personalizadas en función de perfiles moleculares?

Muy bajo. Es verdad que cada vez se empieza a implantar más y hay compañías que han hecho test ofertados por algunos servicios de endocrinología, pero es bajo. No obstante, cada vez hay más demanda social e interés clínico. Espero que en dos años la respuesta pueda ser muy diferente.

Además de la falta de especialidad que has comentado antes, ¿a qué retos se enfrenta la nutrición de precisión?

La aplicación clínica. Yo espero que llegue el día que, igual que se hace la prueba del talón a los niños cuando nacen, se pueda hacer un análisis genético de parámetros nutricionales y se pueda decir si tienes predisposición a celiaquía, tolerancia a la lactosa, o como es tu metabolización de ácidos grasos. Creo que hay cosas sencillas que sí se pueden ir implantando pero que llegar a la clínica es difícil porque no hay una figura clara a la que dirigirse, todavía se tiene que generar una estructura en Nutrición de Precisión.

También es necesaria mucha política porque hace falta una regulación específica para esta nueva disciplina. Las empresas que suministran un fármaco, tienen que haber pasado por una regulación previa y demostrar que el fármaco es el adecuado. En el ámbito nutricional estamos llegando ya a un nivel de efectividad terapéutica que necesita algo así. Por ejemplo, para aplicar consejo personalizado en nutrición, no se está realizando diagnóstico genético ya que sólo se habla de susceptibilidad o predisposición, no podemos por tanto pretender entrar dentro de la regulación sanitaria de diagnóstico genético, pero si se hace un análisis genético y se dan recomendaciones personalizadas que afectan a nuestra salud. Por ello, si debe estar comprobada la calidad y validación científica de la información que se da, probablemente a través de una regulación específica.   Si no se puede caer en que haya alguien que desarrolle algo que no tiene validación clínica y cree confusión sobre la efectividad real de algo que sí tiene mucha ciencia y demostración.

¿Cómo crees que será en el futuro?

Creo que como todas las cosas que empiezan a demostrar efectividad llegará a ser algo implantado que ayude a promocionar la salud de las personas, desde la prevención hasta el tratamiento. Mucha gente habla de nutrición, porque todos pensamos que sabemos de nutrición ya que es algo que hacemos todos los días, lo que por una parte es un hándicap.

En los tiempos de COVID-19 en los que nos encontramos, ¿hay algo que se pueda hacer a nivel nutricional? ¿O todavía no sabemos lo suficiente como para decir algo concreto?

A nivel genómico lo más importante es conocer qué hace que sea tan variable y unas personas tengan enfermedad muy grave y otras no. Dentro de esa predisposición genética, en la que muchas veces está relacionada con parámetros nutricionales, sí se podrían establecer medidas concretas.

La aproximación más sencilla sería la inmunitaria. Si los síntomas de COVID-19 claros asociados a gravedad son linfopenia y una inflamación sostenida, hay factores nutricionales que tienen un efecto antiinflamatorio y un efecto potenciador del sistema inmunitario. Eso sí que creo que puede ser de ayuda. De hecho hay bastantes ensayos clínicos en hospitales de casi toda España donde se está estudiando el efecto de suplementos nutricionales que favorecen el sistema inmunitario o regulan mecanismos relacionados con el sistema inmunitario. Es verdad que todavía no hay nada demostrado porque los ensayos están en marcha, pero se está investigando.

 

 

ACTUALIZACIÓN 23-06-2020: Se añade información correspondiente al proyecto de comunicación #AnnualFoodAgenda.

 

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