Identifican una conexión genética entre ciertos ácidos grasos poliinsaturados y el riesgo a desarrollar acné.
El acné es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que afecta a cerca del 9 % de la población mundial, con mayor prevalencia en la adolescencia. Su aparición se asocia a múltiples factores tanto genéticos como fisiológicos o ambientales. En los últimos años diferentes estudios multiómicos han permitido identificar genes y rutas implicados en el metabolismo de los lípidos y en otras funciones que contribuyen al desarrollo del acné. Estos estudios han mejorado la comprensión sobre los mecanismos fisiológicos que participan en esta condición. Además han empezado a apuntar a potenciales dianas terapéuticas, además de ofrecer nuevas estrategias de prevención.
Dentro del metabolismo lipídico, uno de los grupos más estudiados es el de los ácidos grasos poliinsaturados (PUFAs), lípidos con funciones estructurales y reguladoras. Algunos, como el ácido linoleico y el ácido alfa-linolénico, son esenciales y deben obtenerse por vía dietética. A partir de ellos, el organismo puede sintetizar otros.
Los PUFAs se agrupan en omega-3, con propiedades antiinflamatorias, y omega-6, que pueden favorecer procesos inflamatorios si hay un exceso o desequilibrio. Ejemplos de ambos tipos han sido estudiados por su posible implicación en el acné, aunque no se ha demostrado una relación causal. Factores como que las personas que consumen más omega 3 suelen llevar estilos de vida más saludables pueden interferir en la interpretación de resultados.
Para superar estas limitaciones, recientemente se ha recurrido a metodologías genéticas que permiten explorar el papel directo de los PUFAs en el riesgo de acné, más allá de los estudios nutricionales tradicionales. En esta línea, un reciente estudio publicado en The British Journal of Dermatology, ha utilizado un análisis de randomización mendeliana para investigar el papel de los PUFAs en el riesgo de acné.

Randomización mendeliana para investigar efecto de los ácidos grasos en el acné
En un análisis de randomización mendeliana, las variantes genéticas se utilizan como instrumentos para estimar el efecto de una exposición (por ejemplo, los niveles de un nutriente, como un ácido graso concreto) sobre un resultado clínico (por ejemplo, el riesgo de desarrollar acné). La distribución de variantes genéticas durante la formación de los gametos es aleatoria y no cambia por el entorno o la enfermedad. Por lo tanto, estas variantes actúan como un «experimento natural» que permite observar relaciones más fiables entre causa y efecto.
En este caso, un equipo de investigadores de la Universidad de Seúl utilizó el análisis de randomización mendeliana para investigar el papel causal de los PUFAs en el riesgo de acné. Para ello, utilizaron datos genéticos de 115.006 participantes del Biobanco de Reino Unido y 363.927 personas de ascendencia finlandesa.
Al considerar las variantes genéticas asociadas a los niveles de distintos ácidos grasos, los investigadores observaron que una predisposición genética a niveles elevados de ácido docosahexaenoico (DHA), un omega-3 de cadena larga, se asociaba con un menor riesgo de acné. Esta relación se mantuvo también al considerar el porcentaje de ácido docosahexaenoico sobre el total de ácidos grasos.
Por el contrario, una predisposición genética a niveles elevados de ácido linoleico, un omega-6, y a un mayor cociente entre omega-6 y omega-3 se asoció con un incremento del riesgo de acné. Estas asociaciones fueron independientes del índice de masa corporal, lo que sugiere un efecto específico del metabolismo lipídico en la fisiopatología del acné.
Además, los autores identificaron que las asociaciones observadas se atenúan al excluir variantes del gen FADS1, que codifica una enzima clave en la síntesis de PUFAs. Este resultado sugiere una implicación directa del gen en la regulación del equilibrio entre distintos ácidos grasos y su repercusión en la inflamación cutánea.
Hacia una prevención más personalizada en el acné
La identificación de un efecto protector del ácido docosahexaenoico y perjudicial del ácido linoleico sugiere que la modulación del equilibrio entre omega-6 y omega-3 podría ser relevante en la prevención o manejo del acné, al menos en individuos con predisposición genética determinada.
Los resultados todavía no se traducen en una recomendación terapéutica directa. No obstante, sí aportan una base molecular que podría guiar estrategias de intervención nutricional personalizadas, especialmente en personas con variantes relevantes en genes reguladores del metabolismo lipídico. En este contexto, los autores destacan la relevancia del gen FADS1. Este gen codifica una enzima clave en la síntesis de ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga, cuya actividad puede influir en la disponibilidad de compuestos bioactivos con funciones inmunomoduladoras.
La relevancia clínica de las variantes de FADS1 no se limita al acné. Recientemente otro estudio demostró que los polimorfismos en este gen influyen en la respuesta a la suplementación con omega-3 en personas con obesidad y afectan tanto a la composición lipídica como a otros parámetros inflamatorios. Estos resultados apoyan la posibilidad de emplear información genética individual para orientar intervenciones dietéticas o terapéuticas en diversas enfermedades, entre ellas las dermatológicas.
Artículo científico
Kim BR, et al. Causal association between polyunsaturated fatty acids and acne: a two-sample Mendelian randomization study. Br J Dermatol. 2025 May 19;192(6):1106-1114. doi: 10.1093/bjd/ljaf052.
Otras fuentes
Reyes-Pérez SD, et al. FADS1 Genetic Variant and Omega-3 Supplementation Are Associated with Changes in Fatty Acid Composition in Red Blood Cells of Subjects with Obesity. Nutrients. 2024 Oct 17;16(20):3522. doi: 10.3390/nu16203522.
Ju R, Ying Y, Zhou Q, Cao Y. Exploring Genetic Drug Targets in Acne Vulgaris: A Comprehensive Proteome-Wide Mendelian Randomization Study. J Cosmet Dermatol. 2024 Dec;23(12):4223-4229. doi: 10.1111/jocd.16567.
Qiu X, Feng Y, Mo X, Ju Q. Multi-Omics Analysis Identifies Genetic Mechanisms and Therapeutic Targets for Acne Vulgaris. J Invest Dermatol. 2025 May 19:S0022-202X(25)00487-7. doi: 10.1016/j.jid.2025.04.032.
