Amparo Tolosa, Genética Médica News
Estamos acostumbrados a leer sobre las biopsias líquidas en el contexto del diagnóstico y pronóstico del cáncer. No obstante su utilidad se extiende más allá y es aplicable a otras enfermedades. Por ejemplo, un reciente estudio plantea analizar el ADN mitocondrial libre en el fluido cerebroespinal como biomarcador en la enfermedad de Párkinson.
Animados por resultados previos, que indicaban que las personas con síntomas preclínicos de enfermedad de Alzhéimer presentan una menor concentración de ADN mitocondrial libre en el fluido cerebroespinal, y dado que tanto Alzhéimer y Párkinson comparten la muerte neuronal como uno de los rasgos característicos de su patología, el equipo de investigadores decidió evaluar la relación éntrelos niveles de ADN mitocondrial y el Párkinson.
A partir del número de copias de dos genes localizados en la molécula de ADN mitocondrial, los investigadores estimaron el contenido en ADN mitocondrial libre en el fluido cerebroespinal de 35 pacientes con Párkinson y 10 controles de características similares. De este modo encontraron una reducción en los niveles de ADN mitocondrial en los pacientes respecto a los controles.
Los investigadores reconocen desconocer la función exacta de la reducción de los niveles de ADN mitocondrial. La muerte neuronal es una característica de la enfermedad de Párkinson, por lo que podría esperarse que los niveles de ADN mitocondrial del fluido cerebroespinal aumentaran como consecuencia de la liberación del contenido celular de las neuronas al exterior tras su muerte. No obstante, su disminución sugiere que los niveles de ADN mitocondrial ya están afectados antes de la muerte neuronal, lo que es reforzado por el hecho de que el número de moléculas de este ADN está reducido en las neuronas en diferentes enfermedades neurodegenerativas. También queda por estimar si la reducción observada es consecuencia de una pérdida neuronal localizada o más generalizada.
De forma tradicional el diagnóstico del Párkinson se ha basado en la presencia de diferentes rasgos clínicos de la enfermedad, los cuales pueden manifestarse años después de que se inicie el proceso patológico responsable. Si los resultados del trabajo se confirman, la determinación de los niveles de ADN mitocondrial en el fluido cerebroespinal podría suponer un avance importante, no sólo en el diagnóstico de la enfermedad de Párkinson sino también en la detección de neurodegeneración en otras enfermedades.
Referencia: Pyle A, et al. Reduced CSF mitochondrial DNA is a biomarker for early-stage Parkinson’s disease. Ann Neurol. 2015 Sep 7. doi: 10.1002/ana.24515.