Amparo Tolosa, Genética Médica News
La combinación de la terapia celular y la terapia génica ha mostrado recientemente su potencial al ser utilizada con resultados prometedores en el tratamiento de diversas enfermedades humanas. La idea es simple, tomar células del paciente, convertirlas en luchadoras contra el cáncer, o en productoras de un factor del que carece el paciente o que podría minimizar los efectos de la enfermedad, y posteriormente, reintroducirlas en el mismo paciente para que puedan ejercer su función mejorada.
Un ejemplo de ello es el ensayo clínico en fase I/II, llevado a cabo por la Universidad de Pensilvania, en colaboración con otras instituciones internacionales, destinado a evaluar la seguridad y actividad del autotrasplante de linfocitos modificados para atacar de forma específica a las células tumorales del mieloma múltiple.
En el ensayo, los investigadores obtuvieron células inmunes de pacientes, las modificaron genéticamente para reconocer las células tumorales que expresan el marcador NY-ESO1 (presente en un 60% de los mielomas múltiples), las cultivaron hasta tener un número suficiente para el tratamiento y las administraron a los pacientes. Una vez dentro de los pacientes, las células modificadas, que fueron toleradas sin desencadenar ninguna respuesta inmune, pudieron expandirse y dirigirse a la médula ósea, lugar donde se acumulan las células plasmáticas, principales afectadas en el mieloma múltiple. En esta localización, las células modificadas, detectarían la presencia de células tumorales con el marcador NY-ESO1 y activarían la respuesta inmune necesaria para su eliminación.
Los resultados indican que, en la mayor parte de los pacientes que completaron el seguimiento, la persistencia de las células modificadas se correlacionaba con el descenso de los niveles de NY-ESO1 contra el que habían diseñado, indicando su actividad contra las células tumorales. Además, a nivel clínico, cerca del 70% de los pacientes mostraron una respuesta positiva completa o casi completa.
“Este estudio nos muestra que estos linfocitos con receptores específicos son seguros y factibles para los pacientes que expresan NY-ESO-1,” indica Carl H. June, profesor de Inmunoterapia en la Universidad de Pensilvania y codirector del trabajo. “También revela una actividad antitumoral alentadora y muestra una persistencia duradera de los linfocitos.”
“Este es un importante paso en la investigación de inmunoterapia para el mieloma múltiple, un cáncer duro de combatir que principalmente es incurable, con una tasa de supervivencia a los 5 años del 50%, lo que resalta la necesidad de nuevas aproximaciones para mejorar las opciones terapéuticas tras un trasplante de células madre autólogas,” indica Edward Stadtmauer, profesor de Medicina y codirector del trabajo.
En paralelo al estudio, otro trabajo, dirigido por la Universidad de Otawa, Canadá, muestra una mejora modesta en pacientes con hipertensión pulmonar arterial tratados con células progenitoras endoteliales modificadas. En este caso se trataba de un ensayo en fase I para evaluar la tolerabilidad a diferentes dosis de células modificadas. Al igual que en el caso anterior, se obtuvieron células de la sangre de los 7 pacientes que participaron en el ensayo, se modificaron para que produjeran una enzima relacionada con la producción de óxido nítrico – el cual es necesario para la reparación de los vasos sanguíneos y su regeneración – y se inyectaron en la circulación pulmonar de los mismos pacientes. Tras la terapia, la mayor parte de los pacientes mostraron una mejor circulación en los pulmones, mayor capacidad para realizar ejercicio y en general una mejor calidad de vida. No obstante, debido a la falta de un grupo control o placebo, los resultados, positivos aunque modestos, deberán ser confirmados en estudios posteriores.
“La hipertensión pulmonar arterial es una enfermedad mortal e incurable que a menudo sacude a la persona en la plenitud de la vida,” indica Duncan Stewart, profesor de medicina en la Universidad de Ottawa, y director del trabajo. “Necesitamos desesperadamente nuevas terapias para esta enfermedad y las aproximaciones de la medicina regenerativa han mostrado gran potencial en modelos de laboratorio y en ensayos clínicos para otras condiciones.” Steward afirma que la terapia de células madre mejoradas genéticamente es muy prometedora para el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar, aunque añade que será necesario realizar estudios más profundos para determinar si esta terapia produce beneficios perceptibles y duraderos en lo pacientes que sufren la enfermedad.
Lejos todavía de convertirse en una estrategia habitual, la combinación de terapias celulares con terapia génica está comenzando a mostrarse como algo viable y efectivo en el tratamiento de ciertas enfermedades humanas. La localización final o destino de las células modificadas sigue siendo una de las principales limitaciones para su éxito, ya que no es lo mismo desarrollar y administrar al paciente células cuya función es ejercida en sitios de fácil acceso, que células con grandes limitaciones técnicas para acceder a su lugar de acción (como por ejemplo, el cerebro). No obstante, puesto que los métodos para modificar o reintroducir las células están evolucionando continuamente, las aproximaciones basadas en estas terapias han aumentado, por lo que es de esperar que con el tiempo la terapia celular combinada con terapia génica pueda expandirse hacia un número cada vez mayor de enfermedades.
Referencias:
Rapoport AP, et al. NY-ESO-1-specific TCR-engineered T cells mediate sustained antigen-specific antitumor effects in myeloma. Nat Med. 2015 Jul 20. doi: 10.1038/nm.3910.
Granton J, et al. Endothelial NO-Synthase Gene-Enhanced Progenitor Cell Therapy for Pulmonary Arterial Hypertension: the PHACeT Trial. Circ Res. 2015 Jul 20. pii: CIRCRESAHA.114.305951.
Fuentes:
http://www.uphs.upenn.edu/news/News_Releases/2015/07/june/
http://www.eurekalert.org/pub_releases/2015-07/ohri-sct072015.php