Lucía Márquez Martínez, Genética Médica News
“Me tomaron muestras de sangre y ADN. Me dijeron que eran las normas y que si no accedía, no me entregarían mi documentación. ¡Ahora hasta el ADN le pertenece al Partido Comunista chino!”, con estas palabras describía un ciudadano chino la recopilación forzada de material genético a la que había sido sometido por la policía al ir a renovar su documento de identidad. La queja se publicó en la red social Tieba el pasado agosto y forma parte de un extenso informe de Human Rights Watch (HRW) en el que se denuncia la recopilación forzosa de material genético por parte de las autoridades chinas con el objetivo de crear una base de datos a nivel nacional “sin protección, transparencia o medidas que garanticen la privacidad”. Entre los perfiles almacenados, a más de 40 millones de personas, se incluye información sobre grupos vulnerables, como disidentes, inmigrantes y minorías étnicas.
Las autoridades del país asiático aseguran que el ADN recopilado es utilizado para resolver diversos delitos (incluido terrorismo y tráfico de menores), así como para identificar a fallecidos o personas sin hogar. Sin embargo, HRW denuncia que la información almacenada por el Gobierno no parece estar relacionada con la resolución de casos específicos de delitos. “La policía ha llevado a cabo campañas para hacerse con la biometría de los ciudadanos comunes simplemente porque ha identificado la reunión de información básica como una meta importante para la necesidad no especificada de resolver crímenes” apunta la organización en una nota de prensa. “Debido a que al inmenso poder policial y a la falta de derecho de privacidad procesable en China, las personas tienen poca capacidad para rechazar la recopilación de dicha información personal”, informó HRW.
“La recolección masiva de ADN por parte de la poderosa policía china sin protecciones efectivas de privacidad o un sistema judicial independiente constituye una tormenta perfecta para los abusos”, explicó Sophie Richardson, directora del área de China en Human Rights Watch. Según relató, Pekín está así “trasladando su sistema orwelliano al nivel genético”.
El origen de este proceso se remonta a principios del s. XXI, cuando el Ministerio de Seguridad Pública de China comenzó a construir una base de datos nacional de ADN, denominada Sistema de Base de Datos de ADN de la Ciencia Forense, también conocido como Sistema Nacional de Aplicación de Base de Datos de ADN de Agencias de Seguridad Pública, como parte de un proyecto de información policial más grande conocido como el Escudo de Oro. Ya en 2015, el Ministerio de Seguridad Pública había acumulado 44 millones de “datos misceláneos” en un banco de información que, según el gobierno chino, es el más grande del mundo.
Algunas de las personas cuyo ADN fue tomado por la policía han detallado sus experiencias en distintas redes sociales asiáticas como Weibo, Zhihu, Baidu Zhidao, Tieba y Tianya. A través de estas plataformas los internautas relataron cómo los oficiales acudían sin previo aviso a sus hogares, escuelas y lugares de trabajo para recoger muestras de material genético. Otros afectados denunciaron que se les había exigido proporcionar muestras de ADN cuando solicitaron documentos legales de la policía, incluyendo permisos de residencia o carnets de identidad. Además, HRW recoge testimonios de individuos a los que se les ha exigido muestras de ADN tras haber sido llevados a la comisaría para ser interrogados, aunque en la gran mayoría de estos casos los individuos no eran sospechosos detenidos formalmente por ningún delito concreto. “Tengo miedo de lo que harán con mi muestra”, se quejaba en 2016 uno de los usuarios en la red social Tianya.
Uno de los casos más llamativos se produjo en la provincia de Shandong, donde la policía recolectó ADN de más de 5.000 universitarios varones en octubre de 2013. A los estudiantes no se les dio ninguna explicación sobre por qué se tomaron sus datos, y muchos “no lo entendieron ni se sintieron cómodos”, según relata HRW. Preguntados por los periodistas, los responsables del centro educativo señalaron que era para “cooperar con la petición de la policía para establecer una base de datos sobre las poblaciones migrantes”. Por el contrario, la policía aseguró que el objetivo era resolver “una serie de casos de robo en el campus”.
El proceso se acelera en Xinjiang
La situación parece especialmente grave en Xinjiang, región de China donde reside la minoría musulmana uyghurs y en la que el Gobierno lleva años ejerciendo una dura represión. Según el informe de HRW, el gobierno regional de Xinjiang está «acelerando la recolección de ADN en gran parte porque puede hacerlo en una región donde hay pocas voces disidentes que escudriñan sus acciones, pero también porque puede justificarla bajo sus esfuerzos de “lucha contra el terrorismo”»
“En nuestro informe nos hemos basado en múltiples testimonios en los que la policía recoge información de ADN de personas no sospechosas de delitos, de múltiples lugares en todo el país. Sin embargo, hemos destacado Xinjiang porque es el único territorio en China en el que los solicitantes de pasaportes están obligados a presentar muestras de ADN. Es posible que otras regiones también estén acelerando la recolección de ADN, sería un gran tema para futuras investigaciones”, explicó a Genética Médica News Maya Wang, investigadora para Asia de HRW.
La información presentada por esta organización defensora de los Derechos Humanos ha despertado la preocupación de numerosas instituciones en todo el mundo, entre ellas, la Sociedad Europea de Genética Humana (ESHG por sus siglas en inglés). Esta entidad señala en un comunicado que aunque las bases de datos “pueden utilizarse para la vigilancia gubernamental, incluida la identificación de familiares”, la recolección de ADN “sin el consentimiento informado completo del sujeto” sólo puede justificarse “en circunstancias extremadamente limitadas, por ejemplo para resolver un crimen muy grave”. “Tomar muestras de individuos si no se ha dado tal consentimiento ha sido declarado ilegal por muchos organismos internacionales, y la existencia misma de dicha base de datos es peligrosa «, apuntó la entidad.
Además, la ESHG ha exigido al gobierno chino “que siga las huellas de todas las autoridades responsables y se asegure de que el ADN humano se recoja sólo de personas sospechosas de haber cometido crímenes graves, y que el consentimiento informado se dé siempre que sea posible».