Una estatura baja en la edad adulta está asociada a un mayor riesgo a sufrir enfermedad coronaria, así como a otros factores relacionados con la enfermedad, como una elevada presión arterial o niveles altos de colesterol. Aprovechando los resultados de estudios de asociación del genoma completo en los que se han identificado variantes genéticas asociadas a la altura, rasgo con gran componente hereditario, un trabajo llevado a cabo en la Universidad de Leicester, Reino Unido, ha evaluado en qué medida los genes que determinan la altura podrían influir también en los procesos que aumentan la susceptibilidad a desarrollar una enfermedad cardiaca.
Los investigadores, dirigidos por Nilesh Samani, profesor de cardiología en la mencionada universidad, analizaron el material hereditario de más de 180.000 personas, en las que rastrearon variantes genéticas asociadas a la altura, identificando hasta 180 loci o localizaciones genéticas implicadas, ninguna de ellas relacionada previamente en la vulnerabilidad a desarrollar una enfermedad coronaria. A continuación, para cada variante asociada a la altura, calcularon su peso o influencia respecto a conocidos factores de riesgo cardiovascular, como los niveles de colesterol o triglicéridos, presión sanguínea, obesidad o presencia de diabetes. Y por último, calcularon el efecto global de las variantes sobre el riesgo cardiovascular.
Los resultados indican que cuanto mayor es el número de variantes genéticas relacionadas con una altura elevada que posee un individuo, menor es el riesgo a desarrollar una enfermedad coronaria, y viceversa, cuánto más variantes asociadas con una estatura baja, mayor es el riesgo. Concretamente, las variantes genéticas que contribuyen a determinar la altura de una persona mostraron correlación con los niveles de colesterol y triglicéridos en plasma, apuntando a que parte del riesgo a una enfermedad coronaria en las personas de menor estatura está relacionado con el metabolismo de los lípidos.
“Durante más de 60 años se ha conocido la relación inversa entre altura y riesgo de enfermedad coronaria,” indica Nilesh Samani, director del trabajo. “Utilizando una aproximación genética, los investigadores de la Universidad de Leicester que han llevado a cabo el estudio en representación del consorcio internacional de científicos CADIoGRAM+C4D (suma de los consorcios Coronary ARtery DIsease Genome wide Replication and Meta-analysis y Coronary Artery Disease (C4D) Genetics) han mostrado que la asociación entre menor altura y mayor riesgo de enfermedad coronaria es una relación primaria no debida a otros factores.”
Samani comenta que la belleza del ADN es que no puede modificarse debido al estilo de vida o las condiciones socioeconómicas y que por lo tanto, si la altura más baja está directamente conectada a un mayor riesgo de enfermedad coronaria, se esperaría que estas variantes estén también asociadas a la enfermedad coronaria. Exactamente lo que encontró.
“Este estudio no indica que las personas de menor estatura deberían estar excesivamente preocupadas por su salud, o que los médicos necesitan concentrarse en la salud de los pacientes más bajos,” comenta Peter Weissberg, director médico de la fundación Bristish Heart Foundation, que aportó parte de la financiación del estudio. “Indica que algunos de los genes que determinan nuestra altura podrían tener también una influencia en los factores que nos hacen más susceptibles a tener una enfermedad cardiaca, como por ejemplo los lípidos en sangre.”
Aunque el trabajo no tiene una aplicación clínica directa todavía, es el primero en mostrar que la asociación entre altura y riesgo cardiovascular se debe en parte a factores genéticos y no únicamente a la nutrición o estilo de vida. El equipo de Samani confía en que investigaciones futuras basadas en el estudio permitirán la identificación precisa de los procesos biológicos y rutas moleculares que relacionan la altura de una persona y el riesgo cardiovascular. De momento los investigadores recuerdan que independientemente de su altura, todas las personas deberían hacer lo posible para reducir su riesgo a enfermedades cardiovasculares a través de una dieta sana, ejercicio y ausencia de tabaco.
Referencia: Nelson CP, et al. Genetically Determined Height and Coronary Artery Disease. N Engl J Med. 2015 Apr 8. Doi: 10.1056/NEJMoa1404881