¿Existen evidencias suficientes para la realización de pruebas nutrigenómicas?

Amparo Tolosa, Genética Médica News

 

La nutrigenómica estudia cómo la composición genética de un individuo influye en su respuesta a los nutrientes y componentes de los alimentos que ingiere, así como en qué medida los alimentos pueden influir en la expresión génica.Imagen: MedigenePress S.L.
La nutrigenómica estudia cómo la composición genética de un individuo influye en su respuesta a los nutrientes y componentes de los alimentos que ingiere, así como en qué medida los alimentos pueden influir en la expresión génica.Imagen: MedigenePress S.L.

Debido a su relación con la salud humana y su potencial en la prevención o tratamiento de ciertas enfermedades, la nutrigenómica ha recibido una gran atención en los últimos años, lo que ha llevado a la aparición de diferentes pruebas genéticas en las que se analizan genes relacionados a condiciones humanas influidas por la nutrición. Este tipo de pruebas comerciales suelen ser directas al consumidor (sin prescripción médica) y estar destinadas al público general.

La nutrigenómica es una disciplina muy prometedora. No obstante, todavía es un área en desarrollo que requiere de más investigación y formación por parte de los profesionales. Un reciente estudio acaba de reforzar esta idea, al evaluar y considerar como insuficientes las evidencias genéticas que apoyan las pruebas nutrigenómicas que están disponibles comercialmente en la actualidad.

Los investigadores buscaron en la literatura científica información sobre 38 genes utilizados habitualmente en pruebas nutrigenómicas ofrecidas comercialmente en el contexto de las enfermedades humanas. En los trabajos encontrados evaluaron una serie de factores: si existía una asociación del gen con patologías relacionadas con la nutrición, si había evidencias clínicas, si la relación gen-enfermedades estaba validada, y si la información podría ser utilizada por los profesionales de la salud con fines terapéuticos. Inesperadamente, encontraron que en general, ninguna de las variantes de los genes presentaba una fuerte relación con los rasgos a los que son asociadas.

Los autores del trabajo indican que todavía no existen suficientes estudios como para afirmar de forma definitiva la relación entre las variantes genéticas localizadas en los genes considerados en las pruebas nutrigenómicas y las diferentes patologías. Por ejemplo, a pesar de conocerse que los ácidos grasos omega ayudan a combatir los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, no se encontraron muchos estudios en los que se investigue el papel de estos ácidos grasos según las variantes genómicas de cada individuo. “Este meta-análisis implica a más de medio millón de individuos y 38 genes analizados en pruebas nutrigenómicas disponibles comercialmente,” indica George P. Patrinos, director del estudio. “Los resultados nos dicen que los estudios anteriores de variación del genoma humano están en conflicto respecto a las asociaciones con patologías relacionadas con nutrientes y con su ingesta de la dieta.”

Los investigadores reconocen las amplias posibilidades que ofrece la nutrigenómica, como una disciplina dentro de la medicina personalizada. No obstante, manifiestan que la información disponible es insuficiente y será necesario realizar más estudios para que la nutrigenómica pueda utilizarse con el fin de llevar a cabo nutrición personalizada. “El hecho de que la nutrigenómica sea un amplio campo que implica genes, mutaciones, condiciones, enfermedades, alimentos, nutrientes, etc., no permite en este estado preliminar proceder hacia la utilización de las pruebas nutrigenómicas en el público general,” señalan en el texto.

“Necesitamos evidencias científicas sólidas antes de que las pruebas nutrigenómicas puedan ser proporcionadas como un servicio comercial por parte de los laboratorios genéticos,” afirma Patrinos.

Otro aspecto destacado por los autores es la falta de profesionales cualificados para interpretar los datos nutrigenómicos y para transmitir los resultados de forma comprensible al público general, así como la ausencia, por parte de las agencias reguladoras, de recomendaciones o pautas de trabajo para la realización de pruebas nutrigenómicas.

En definitiva, aunque el análisis del genoma permitirá en el futuro poder adaptar el tratamiento de los pacientes en función de su perfil genómico y las interacciones de sus variantes genómicas con los nutrientes y la dieta, el trabajo de Patrinos y colaboradores indica que en la actualidad es necesario ampliar la información de la que se dispone para obtener evidencias científicas que apoyen los análisis nutrigenómicos.

Referencia: Pavlidis C, et al. Meta-Analysis of Genes in Commercially Available Nutrigenomic Tests Denotes Lack of Association with Dietary Intake and Nutrient-Related Pathologies. OMICS. 2015 Sep;19(9):512-20. doi: 10.1089/omi.2015.0109.

Fuente: http://www.liebertpub.com/global/pressrelease/what-can-we-learn-from-nutrigenomics-testing/1749/

 

 

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