La inversión en genética médica gana terreno en España y en el mundo, empujada por la necesidad de hacer sostenibles los sistemas de salud y ofrecer soluciones personalizadas a las enfermedades crónicas.
Ante el incremento de enfermedades crónicas y el envejecimiento poblacional, la sostenibilidad del sistema sanitario se ha convertido en una prioridad global. En este contexto, la genética médica emerge como una herramienta clave, no solo para mejorar el diagnóstico y tratamiento, sino también para reducir los costes actuales a largo plazo mediante terapias más eficaces y personalizadas.
Esta realidad ha puesto al sector de la genética en el punto de mira de gobiernos, inversores y empresas biotecnológicas. La búsqueda de soluciones basadas en genética y genómica está generando nuevas oportunidades de negocio, al tiempo que se redefinen modelos de inversión enfocados en las tecnologías de base genética.
Crecimiento de la inversión global en genética en medio de desafíos
A nivel mundial, la inversión en genética está en plena expansión. Se estima que solo el mercado global de edición genómica podría superar los 10000 millones de dólares en esta década (Grand View Research, AlliedMarketResearch, MarketsandMarkets). Aunque Estados Unidos sigue liderando la captación de capital, tanto Europa como Asia están reforzando su presencia, con ecosistemas cada vez más maduros.
No obstante, el contexto económico actual no ha sido ajeno a tensiones. En la última Cell & Gene Therapy Summit, celebrada el 4 de marzo en San Francisco, la directora de operaciones de la Alliance for Regenerative Medicine (ARM), Rita Johnson-Greene, reconoció que 2024 fue un año particularmente complejo para el sector. Los elevados costes de los bienes necesarios para la producción —incluyendo infraestructuras, materiales, equipos especializados y personal cualificado— suponen un reto para muchas compañías emergentes. Esto debe hacernos aterrizar y reconocer que investigar también es caro, lo que es un factor limitante.
A pesar de estas dificultades, el dinamismo no cesa: actualmente se contabilizan más de 3.000 estudios activos (en los que se incluye la regulación genética y el uso de CRISPR-Cas9 entre otros) y cerca de 2.000 ensayos clínicos en marcha relacionados con terapias génicas y celulares, lo que representa un incremento del 6% y 3%, respectivamente, respecto al año anterior (ARM, 2024).

España: pasos firmes hacia un ecosistema genómico
En el panorama europeo, España está consolidando un entorno cada vez más favorable para la genética médica, gracias a una combinación de inversión pública y apoyo del sector privado.
El Gobierno español incluyó en los Presupuestos Generales del Estado de 2023 una partida de 100 millones de euros específicamente destinados a impulsar la medicina genómica. Asimismo, la Agencia Estatal de Investigación (AEI) aprobó para 2024 una dotación de 675 millones de euros en ayudas a la I+D, de los cuales una parte fue dirigida a proyectos en genética.
También cabe destacar el papel del programa GenES (Genómica en el Sistema Nacional de Salud), liderado por el Ministerio de Sanidad, que busca integrar progresivamente tecnologías genómicas en la sanidad pública, marcando un hito en la medicina personalizada.
El sector privado también muestra signos de vitalidad. Las empresas biotecnológicas españolas captaron 228 millones de euros en 2023, según datos de ASEBIO, principalmente a través de rondas de inversión y capital riesgo. Startups centradas en genética están cada vez más en el radar de los fondos internacionales, lo que confirma el atractivo creciente del sector a futuro.
Formación en genética: la otra gran inversión pendiente
De nada servirán todas las inversiones si los profesionales no cuentan con formación adecuada para trasladar los avances y aplicaciones de la genética en salud a quienes más lo necesitan. El impulso económico no será suficiente sin una inversión paralela en formación y capacitación profesional.
Los avances en genética requieren una actualización constante del conocimiento clínico y técnico. Instituciones académicas, centros de investigación y plataformas educativas especializadas tienen un papel crucial en garantizar que los profesionales de la salud puedan trasladar con éxito los desarrollos científicos a la práctica médica. En otras palabras, “invertir en genética sin formar a los profesionales equivale a construir hospitales sin médicos” o “a veces lo barato termina siendo más caro”.
Una apuesta de presente con impacto futuro
La genética médica no es ya una promesa de futuro, sino una herramienta esencial en el presente. Desde el diagnóstico precoz hasta la terapéutica dirigida, las tecnologías genómicas están redefiniendo la manera de abordar las enfermedades complejas. Y con el respaldo creciente de políticas públicas e inversores, todo indica que su papel seguirá expandiéndose.
En definitiva, invertir en genética médica no es solo una cuestión de innovación: es una apuesta estratégica por la sostenibilidad y la eficiencia del sistema sanitario.