Un equipo de investigadores del Mass General Brigham, la Universidad de Vanderbilt y la Universidad de Stanford ha encontrado evidencias de que la herencia materna podría ser un factor clave en la predisposición a desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Sus resultados sugieren que, si un paciente tiene antecedentes maternos para la enfermedad, presentará, por lo general, mayores niveles de proteína beta amiloide (una proteína asociada al desarrollo de la enfermedad) que si los tiene en su rama paterna.
El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa progresiva caracterizada por una pérdida neuronal que compromete la memoria, el pensamiento y el comportamiento de los pacientes afectados. Se trata de una enfermedad compleja, en la que influyen tanto factores ambientales como múltiples factores genéticos.
En los últimos años, diferentes estudios epidemiológicos han indicado que tener una madre con enfermedad de Alzheimer puede aumentar el riesgo más que tener un padre afectado. Este patrón sugiere que los factores hereditarios de la línea materna podrían ser particularmente relevantes. El nuevo estudio, publicado el pasado mes de junio en la revista JAMA Neurology, ha encontrado evidencias que apoyan que la herencia materna podría influir en el desarrollo del Alzhéimer en mayor medida que la herencia paterna.
«Encontramos que, si los participantes tenían antecedentes familiares por parte de su madre, presentaban un nivel de beta-amiloide más alto», explica el Dr. Hyun-Sik Yang, autor del estudio y neurólogo en Mass General Brigham y en la División de Neurología Cognitiva y Conductual del Brigham and Women’s Hospital.
Tener una madre con Alzhéimer, relacionado con niveles elevados de proteína beta-amiloide
Durante su estudio, el equipo de investigadores examinó los antecedentes familiares de 4.400 adultos de entre 65 y 85 años participantes en el estudio Anti-Amyloid Treatment in Asymptomatic Alzheimer (A4), un ensayo clínico para la prevención del alzhéimer. Concretamente, se preguntó a los participantes la edad de aparición de los síntomas de alzhéimer en cada uno de sus padres y sobre si se había llegado a realizar un diagnóstico formal o una confirmación en la autopsia de los mismos.
Tal y como explican los autores, enfocaron su trabajo en el fenotipo de pérdida de memoria y demencia, en lugar del Alzhéimer, pues muchas personas atribuyen la pérdida de memoria a la edad y no se les realiza el diagnóstico. Además, las técnicas diagnósticas para el alzhéimer han mejorado en las últimas décadas, por lo que es posible que los progenitores de los participantes recibieran un diagnóstico menos preciso en su momento.
En un siguiente paso del estudio, el equipo analizó los niveles de proteína beta-amiloide, una proteína estrechamente relacionada con el desarrollo del Alzhéimer, en cada uno de los participantes y lo comparó con los datos de sus antecedentes familiares. Los autores encontraron que los participantes cuyos padres habían desarrollado demencia en edades tempranas presentaban niveles más altos de proteína que los pacientes cuyos padres la habían desarrollado a edades avanzadas. Los pacientes con madres afectadas presentaban niveles altos de la proteína beta-amiloide, independientemente de la edad de aparición de los síntomas.
«Si tu padre presentó síntomas de inicio temprano, esto está asociado con niveles elevados en la descendencia», explica la Dra. Mabel Seto, autora del trabajo e investigadora postdoctoral en el Departamento de Neurología del Brigham. «Sin embargo, no importa cuándo tu madre empezase a desarrollar síntomas: si los tuvo, se asocia con niveles elevados de amiloide», añade.
Nuevos datos sobre los factores genéticos y herencia materna en el desarrollo del Alzhéimer
Los resultados de este nuevo estudio suponen una mejora en la comprensión de los factores de riesgo genéticos involucrados en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. “Este trabajo nos indica que la herencia materna de la enfermedad de Alzheimer podría ser un importante factor a la hora de identificar individuos asintomáticos para ensayos clínicos de prevención, tanto futuros como aquellos que se encuentren en curso”, explica la Dra. Reisa Sperling, autora del estudio, investigadora principal en el ensayo A4 y neuróloga clínica en el Mass General Brigham.
El siguiente paso de los investigadores será identificar cómo el historial clínico materno y paterno afecta al deterioro cognitivo y la acumulación de proteína beta-amiloide, así como determinar por qué la herencia materna tiene un efecto mayor sobre estos.
Los autores plantean, además, ampliar el estudio con personas de diferentes grupos étnicos. Es posible que sus resultados sean diferentes si se incluyen participantes que no sean blancos no-hispanos, quienes han constituido una gran parte de los participantes de este primer trabajo.
Fuente: Maternal Inheritance of Alzheimer’s Disease Tied to Increased Risk of Developing Disease. Mass General Brigham. https://www.massgeneralbrigham.org/en/about/newsroom/press-releases/maternal-inheritance-of-alzheimers-increases-risk-of-developing-disease
Artículo original: Seto M, et al. Parental History of Memory Impairment and β-Amyloid in Cognitively Unimpaired Older Adults. JAMA Neurol. 2024 Jun 17:e241763. doi: 10.1001/jamaneurol.2024.1763.
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