La enfermedad de Alzhéimer, que afecta a más de 20 millones de personas en el mundo, se caracteriza por la pérdida progresiva de memoria y habilidades cognitivas, asociada a la formación de placas beta-amiloides, acumulación anormal de proteína tau, la pérdida de sinapsis entre neuronas, y la eventual muerte de estas células nerviosas.
En un reciente artículo, un equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona dirigido por Carlos Saura, da un paso hacia adelante en el estudio de la enfermedad al identificar un conjunto de genes cuya expresión está alterada en los procesos de pérdida de memoria de las etapas iniciales del Alzhéimer y conseguir revertir los déficits de aprendizaje y memoria espacial de los ratones modelo para la enfermedad.
El equipo de investigadores utilizó como modelo de Alzhéimer ratones transgénicos que sobre-expresan la proteína beta-amiloide, con los que realizaron un test de comportamiento que evalúa habilidades cognitivas relacionadas con la adquisición de la memoria. Tras llevar a cabo microarrays de expresión, observaron un grupo de genes dependientes de la señalización mediada por la proteína CREB (cAMP-responsive element binding protein), cuya expresión se encontraba alterada en los ratones modelo sometidos a actividades que requieren la formación de memoria. El punto clave del estudio fue determinar al coactivador Crtc1 como regulador de estos genes. En condiciones normales, en presencia de actividad sináptica, Crtc1 se activa y migra desde el citoplasma al núcleo para favorecer la unión de CREB a los promotores de genes específicos. Los investigadores observaron que tanto en los ratones modelo para Alzhéimer como en pacientes humanos la regulación de Crtc1 se encuentra alterada lo que modifica a su vez la expresión de los genes que controla. Mediante terapia génica, consistente en la inyección de virus que contienen el gen Crtc1 en el hipocampo, área cerebral con un importante papel en la formación de la memoria, los investigadores consiguieron rescatar las deficiencias en la memoria espacial de los ratones transgénicos, al aumentar la expresión de los genes regulados por Crtc1.
Estudios previos han mostrado que la activación de la ruta de señalización CREB puede mejorar algunos de los déficits de memoria en los ratones modelo para Alzhéimer. Los resultados obtenidos por el equipo de la Universitat Autònoma de Barcelona plantean la posibilidad de utilizar Crtc1 como diana específica para tratar las alteraciones observadas en las etapas iniciales del Alzhéimer, antes de la formación de las placas amiloides. Aunque en la actualidad, la terapia génica dirigida empleada con los ratones no es aplicable a los humanos, el descubrimiento de Crtc1 como molécula implicada puede contribuir al desarrollo de nuevas terapias farmacológicas.