Amparo Tolosa, Genotipia
La combinación de criterios clínicos y genéticos podría mejorar la identificación de personas en riesgo a desarrollar una enfermedad cardiovascular de forma prematura debido a la hipercolesterolemia familiar, indica un reciente estudio publicado en el Journal of the American Heart Association.
La medicina personalizada ofrece oportunidades tanto para el tratamiento, como para la prevención de enfermedades. Uno de los mejores ejemplos de su potencial es la identificación de personas con hipercolesterolemia familiar. Este trastorno de origen genético, que afecta a aproximadamente una de cada 200 personas, se caracteriza por la elevación de los niveles de colesterol LDL en sangre. Cuando no se trata, el exceso de colesterol puede derivar en la formación de depósitos en los vasos sanguíneos que comprometen la circulación y aumentan el riesgo a que se desarrolle enfermedad cardiovascular o se produzca un ataque al corazón.
El impacto de la hipercolesterolemia familiar se ve reflejado en la edad media a la que se produce un infarto de miocardio. En población general la edad media suele ser de 66 años para los hombres y 72 años en las mujeres. Sin embargo, en personas con hipercolesterolemia familiar causada por la alteración de una copia de uno de los genes responsables, la media es de 50 y 60 años respectivamente. En los pocos casos en los que la persona tiene alteraciones en ambas copias del gen, los problemas de salud aparecen mucho antes, en la infancia o adolescencia.
El diagnóstico temprano de la hipercolesterolemia ofrece la posibilidad de controlar los niveles de colesterol en sangre y reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. En la actualidad, el diagnóstico genético de este trastorno se recomienda para personas que ya han sido diagnosticadas a nivel clínico o para familiares de pacientes ya diagnosticados. Estos criterios de inclusión, sin embargo, dejan fuera a otras personas que podrían verse beneficiadas de saber, de forma temprana y antes de cualquier problema de salud, su riesgo a tener enfermedades cardiovasculares.
En este contexto, un reciente estudio publicado en el Journal of the American Heart Association ha estimado cuantas personas con hipercolesterolemia podrían identificarse si toda la población adulta de EE. UU. fuera evaluada siguiendo características clínicas, con pruebas genéticas o combinando ambas aproximaciones.
En una primera fase los investigadores utilizaron la información derivada de 49 738 participantes del Biobanco de Reino Unido y desarrollaron un modelo de regresión para predecir la probabilidad de tener hipercolesterolemia.
En una segunda fase, el equipo utilizó el modelo de regresión en una muestra de 39 790 participantes de la Encuesta Nacional de Evaluación de Salud y Nutrición de EE.UU., donde estimó el rendimiento de detección de personas con hipercolesterolemia a partir de datos clínicos (niveles elevados de colesterol, diagnóstico previo de enfermedad cardiovascular y historia familiar de infarto de miocardio o angina de pecho), genéticos (presencia de cualquier variante conocida relacionada con la hipercolesterolemia) o ambos.
Los resultados indican que la combinación de criterios clínicos y genéticos mejora la identificación de personas con hipercolesterolemia familiar. Los investigadores estiman que con ambos criterios podrían detectarse 6.6 casos de hipercolesterolemia por 1000 adultos evaluados, lo que representa más de 1.1 millones de casos identificados en EE.UU. Utilizando únicamente la información clínica, la detección sería de 3.7 casos de cada 1000.
El trabajo muestra la utilidad de utilizar información genética como complemento a la valoración clínica, especialmente tras detectar que no todas las personas con variantes propias de la hipercolesterolemia familiar muestran el perfil clínico de sospecha. No obstante, también tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, los investigadores destacan que el modelo predictivo fue elaborado a partir de una población de Reino Unido diferente en algunos aspectos (diversidad racial y edad) de la población estadounidense evaluada, por lo que podría haber algunas diferencias en la estimación.
En cualquier caso, ante los resultados, los autores del trabajo proponen algunas estrategias para favorecer el diagnóstico temprano de la hipercolesterolemia familiar, como ofrecer pruebas genéticas a los adultos con niveles elevados de colesterol o a personas entre 20 y 40 años. Estudios futuros deberán valorar cómo de factible sería introducir estas estrategias en la práctica clínica, así como cuáles son las perspectivas en otros países.
“En la actualidad la mayor parte de individuos no son identificados con hipercolesterolemia familiar hasta que están en los cincuenta años. Tenemos que hacer más para apoyar los programas de cribado de hipercolesterolemia familiar”, ha señalado Brandon K. Bellows, profesor de ciencias médicas en la Universidad de Columbia y director del estudio. “Las personas con niveles elevados de colesterol o con un miembro de la familia que tuvo un infarto a edad joven deberían realizarse pruebas genéticas de hipercolesterolemia familiar”. El investigador destaca que el diagnóstico y tratamiento temprano de la enfermedad son la mejor forma de reducir el riesgo a tener un infarto de forma temprana.
Referencia: Bellows BK, et al. Estimated Yield of Screening for Heterozygous Familial Hypercholesterolemia With and Without Genetic Testing in US Adults. J Am Heart Ass. 2022. DOI: https://doi.org/10.1161/JAHA.121.025192
Fuente: Health screening, genetic tests might identify people at risk of premature heart disease. https://newsroom.heart.org/news/health-screening-genetic-tests-might-identify-people-at-risk-of-premature-heart-disease?preview=3031
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