Lucia Márquez Martínez, Genética Médica News
La reciente publicación en Nature de un trabajo en el que se anunciaba la primera aplicación exitosa de CRISPR sobre embriones humanos ha revolucionado el panorama científico y se ha convertido, sin duda, en una de las noticias del año. El hallazgo ha suscitado todo tipo de reacciones, desde el entusiasmo hasta la prudencia. Así, expertos de 11 organizaciones relacionadas con la genética han emitido una declaración -publicada por The American Journal of Human Genetics– en la que se muestran cautelosos ante los potenciales usos de esta herramienta y realizan ciertas recomendaciones éticas en torno a la modificación del genoma.
En concreto, las entidades participantes se posicionan en contra de una hipotética edición genética en humanos que culmine en embarazo, pero apoyan la investigación in vitro sobre sus posibles aplicaciones clínicas y la financiación de ésta a través de fondos públicos. De igual modo, en este documento, liderado por la Sociedad Americana de Genética Humana (ASHG, por sus siglas en inglés) y en el que también participan organizaciones como la Sociedad Nacional de Asesores Genéticos de EE UU; la Asociación de Enfermeras y Asesores Genéticos o la Sociedad Internacional de Epidemiología Genética, se incluyen las pautas científicas y sociales que deberían seguirse antes de desarrollar estas aplicaciones.
En este sentido, señalan que antes de que poner en marcha un proceso de edición en la línea germinal debe haber una razón médica convincente para emplear esta técnica; una justificación ética; una base de evidencia para apoyar su uso clínico y un proceso transparente y público para que englobe a todas las partes interesadas. Otros de los organismos firmantes son la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva, la Sociedad de Genética Humana de Australasia, la Sociedad Asia-Pacífico de Genética Humana, la Sociedad Profesional de Asesores Genéticos de Asia, la Sociedad Británica de Medicina Genética y la Sociedad Sudafricana de Genética Humana.
Según apuntó Derek T. Scholes, Director de Política Científica de ASHG, aunque la edición del genoma de la línea germinal “podría teóricamente ser utilizada para prevenir que un niño nazca con una enfermedad genética, su uso potencial también plantea una multitud de preguntas científicas, éticas y políticas”. “Estas preguntas no pueden ser respondidas solamente por los científicos, sino que también deben ser debatidas por la sociedad «, indicó Scholes.
«Nuestro grupo de trabajo sobre la edición del genoma ha incluido a expertos en varios subcampos de la genética humana, así como de países con diferentes sistemas de salud e infraestructura de investigación. Dada esta diversidad de perspectivas, nos sentimos alentados por el acuerdo que hemos podido alcanzar y esperamos que refleje la solidez y aceptabilidad de nuestras recomendaciones», explicó Kelly E. Ormond, autora principal de la declaración y profesora de genética en la Universidad de Stanford. . «A medida que la investigación científica básica en la edición del genoma progrese en los próximos años, instamos a los interesados a tener estas importantes discusiones éticas y sociales en equipo», subrayó Ormond.
“Existen alternativas más seguras y eficaces”
En España- donde el experimento publicado en Nature sería ilegal-, investigadores como Lluís Montoliu, miembro del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) y del Centro de Investigación Biomédica en Red en Enfermedades Raras (CIBERER-ISCIII) también han mostrado sus recelos ante las intervenciones en la línea germinal.
“Aunque aplaudo el conocimiento que nos aporta este trabajo sobre los sistemas de reparación génica que operan en embriones humanos –que seguiríamos ignorando de no haberse realizado estos experimentos–, sigo pensando que la edición genética en embriones no debería ser por el momento un procedimiento de elección, principalmente porque existen otras alternativas mucho más seguras y eficaces, como el diagnóstico genético preimplantacional (DGP), que son válidas para la inmensa mayoría de las parejas”, expone Montoliu en un artículo publicado por la Agencia Sinc.
Para el científico “los riesgos que se asumen, aparentemente reducidos tras la propuesta innovadora de este artículo, y los beneficios potenciales deben analizarse caso por caso, y la oportunidad y la necesidad deben valorarse éticamente antes de aplicar esta técnica, todavía imprecisa, para alterar el genoma humano”.
“Personalmente considero que antes de abordar los experimentos en embriones hay muchos más pacientes de enfermedades congénitas, incurables, raras o no, que pueden ser objeto de aproximaciones terapéuticas somáticas, tratando a las personas afectadas con reactivos CRISPR encapsulados en virus o acomplejados con nanopartículas, para que corrijan un número significativo de células del tejido u órgano afectado”, puntualiza el miembro del Comité de Ética del CSIC.
Lo que parece seguro es que la edición genética mediante el uso de CRISPR constituye una realidad que ha llegado para quedarse. Dos tareas se presentan ahora como urgentes: por un lado, conocer y perfeccionar los usos de este ‘bisturí molecular’; por otro, establecer el marco ético y legal en el que dicha herramienta deba desarrollarse. El tiempo apremia.
Referencias:
Ma H, et al. Correction of a pathogenic gene mutation in human embryos. Nature. 2017. Doi: 10.1038/nature23305
Ormond KE et al. ASHG policy statement on human germline genome editing. The American Journal of Human Genetics. DOI: 10.1016/j.ajhg.2017.06.012. (2017 Aug 3).
Fuentes :
El polémico experimento de edición genética en embriones humanos http://www.agenciasinc.es/Opinion/El-polemico-experimento-de-edicion-genetica-en-embriones-humanos