Amparo Tolosa, Genotipia
Realizar ejercicio físico de forma habitual es una de las estrategias más sencillas para prevenir múltiples enfermedades. La actividad física induce adaptaciones en diferentes tejidos del organismo que contribuyen a la salud metabólica y bienestar de las personas.
El biotecnólogo Pablo Vidal Souza investiga qué mecanismos intervienen en algunas de estas adaptaciones. Su trabajo y su tesis doctoral en progreso en el laboratorio de la Dra. Kristin Stanford en la Universidad del Estado de Ohio están centrados en conocer cómo afecta el ejercicio al tejido adiposo blanco. Hemos hablado con él, para conocer qué resultados están obteniendo y cuáles pueden ser sus repercusiones sobre la población.
Trabajas en un laboratorio especializado en la investigación de los mecanismos que intervienen en la adaptación del organismo al ejercicio físico. ¿Por qué es importante conocer estos mecanismos?
Está demostrado que el ejercicio tiene una multitud de beneficios, como una pérdida de grasa corporal, mayor tolerancia a la insulina, mejoras cardiorrespiratorias y osteomusculares, e incluso se ha visto que protege contra ciertos cánceres. A pesar de que todo el mundo sabe que el ejercicio es salud, enfermedades como la obesidad y la diabetes están aumentando a pasos agigantados. Por lo tanto, conocer los mecanismos que inducen estas adaptaciones es esencial para buscar nuevos tratamientos que sean efectivos contra estas enfermedades.
¿En qué proyectos estás participando?
Mis proyectos se podrían resumir en estudiar cómo distintos estímulos afectan al tejido adiposo blanco (lo que comúnmente conocemos como grasa). Mi tesis consiste en estudiar cómo afecta el ejercicio al tejido adiposo blanco. Además, también tengo un par de proyectos en colaboración con otros laboratorios. Una de estas colaboraciones, con el Dr. Doug Lewandowski, trata de entender cómo afectan las enfermedades cardiovasculares al tejido adiposo, y si el tejido adiposo puede tener una función protectora. Otra colaboración es con el Dr. Daniel Gallego-Pérez, en el que estamos utilizando Tissue Nanotransfection, una técnica muy novedosa desarrollada en su laboratorio, para desarrollar nuevas terapias contra la obesidad. Por último, tengo un pequeño proyecto casi finalizado en el que hemos estudiado cómo afecta una dieta alta en fosfato a las adaptaciones producidas por el ejercicio.
¿Qué estrategias de investigación utilizáis?
La mayor parte de mi laboratorio se centra en el trabajo con modelos animales, ratones en nuestro caso. Nuestro laboratorio está especializado en metabolismo, y hacemos uso de técnicas muy comunes en este campo como tests de tolerancia a la glucosa, cámaras metabólicas, y Seahorse XF analyzer. Para que los ratones hagan ejercicio, podemos hacer uso tanto de pequeñas máquinas de correr, o tenemos jaulas especiales que tienen una ruedecilla incluida donde los ratones pueden correr en cualquier momento.
¿Qué resultados habéis obtenido?
Una de las líneas de investigación que más repercusión ha tenido de mi laboratorio es el efecto del ejercicio en la salud de la descendencia. Mi laboratorio ha demostrado en ratones que el ejercicio materno o paterno mejor la salud metabólica de su descendencia cuando estos son adultos. Recientemente publicamos un estudio en Nature Metabolism donde demostramos que el oligosacárido 3’-SL de la leche materna es uno de los mecanismos por los que la madre transmite estas adaptaciones positivas del ejercicio a su descendencia.
¿Qué aplicaciones pueden tener los resultados que obtengáis?
Estos resultados pueden tener muchísimas aplicaciones. Por ejemplo, en el caso de 3’-SL, sería interesante estudiar si su suplementación en bebés mejora su metabolismo, al igual que ya hemos demostrado en ratones. No solo esto, sino demostrar que el ejercicio paterno afecta directamente a los hijos, es un motivo de peso para promover que la población sea más activa y haga más ejercicio, especialmente si están en el proceso de tener hijos.
¿Qué cuestiones quedan todavía por resolver?
Todavía quedan un sinfín de cuestiones que resolver. Como comenté antes, el ejercicio genera muchísimas adaptaciones y, por lo tanto, es altamente probablemente que haya varios mecanismos distintos que sean los causantes de estas adaptaciones.
Durante tu último curso del grado de Biotecnología participaste en un programa de intercambio con la Universidad de Vermont, ¿en qué consistió este programa? ¿qué impacto tuvo en tu carrera profesional?
Este programa, denominado Amicus (específico de la universidad de León), sería el equivalente a un Erasmus pero fuera de Europa. En mi caso, cursé todo cuarto de carrera en la Universidad de Vermont. Yo considero que tuvo un gran impacto en mi carrera, puesto que fue cuando pude sumergirme de lleno en el mundo de la investigación gracias a mi TFG, dándome cuenta de lo mucho que me gustaba. No solo esto, pero también aprendí muchas cosas que me han sido útiles a lo largo de mi doctorado. Estoy muy agradecido a mi tutor, el Dr. Seth Frietze, por guiarme y apoyarme en el proceso de mandar mi solicitud a los distintos programas de doctorado.
Desde tu perspectiva, como investigador en EE. UU, ¿cuáles son las principales diferencias entre España y EEUU en las primeras etapas de la carrera investigadora? ¿Qué aspectos crees que deben mejorar en ambos países?
La verdad es que esta pregunta es muy amplia y depende mucho de las universidades que estemos comparando. Una cosa que me gustaría destacar es el funcionamiento de la mayoría de los programas de doctorado en USA. Aquí, durante tu primer año, haces generalmente 3 rotaciones (de unos dos meses cada una) en distintos laboratorios afiliados a tu programa de doctorado. Una vez has acabado las rotaciones, tú puedes decidir en qué laboratorio hacer tu doctorado, usando tu criterio y experiencia durante las rotaciones para decidir cuál se adapta mejor a ti. Esto es totalmente distinto a España, donde no tienes la posibilidad de hacer ningún tipo de rotación y te la juegas un poco, puesto que no sabes cómo va a ser ese laboratorio. Otra diferencia que quiero destacar es el funcionamiento de las becas. A diferencia de España, donde tu nota académica básicamente dictamina si te darán o no la beca, aquí te otorgan la beca en base a tu proyecto y lo bueno que es a nivel científico. Personalmente opino que estos dos aspectos son infinitamente mejores aquí que en España, y sería algo muy interesante que debería adoptarse.
¿Qué consejo les darías a aquellos que como tú han decidido comenzar una carrera investigadora?
La verdad es que es complicado, cada persona tiene un camino distinto y es difícil dar recomendaciones que sirvan para todo el mundo. El primer consejo que daría es que disfrutes de lo que haces. La carrera de investigación no es precisamente fácil, y si no eres capaz de disfrutar de lo que haces al igual de la gente que te rodea, se te va a hacer cuesta arriba. Mi segundo consejo es que animaría encarecidamente a la gente a viajar y descubrir cómo se hace la ciencia en otros lados. Creo que mucha gente tiene miedo a marchar porque creen que no son lo suficientemente buenos, pero os aseguro que esto no es cierto. Aprender de otros sitios y otras culturas tiene un valor incalculable y de verdad te abre los ojos. Por último, quiero recalcar que la carrera del investigador no es solo estar encerrado en el laboratorio y hacer tus experimentos, sino mucho más. Atiende todos los seminarios que puedas e intenta establecer relaciones con distintos investigadores. El mundo de la investigación actual es muy complejo y altamente colaborativo, por lo que empezar a establecer esas relaciones y aprender a colaborar es un aspecto clave para poder ser exitoso en el futuro.
Esta entrevista forma parte de una colaboración entre Genotipia y la Federación Española de Biotecnólogos (FEBiotec)
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