Nuevos datos en genética de la muerte súbita pediátrica: 1 de cada 10 casos presentan variantes de riesgo

Amparo Tolosa, Genotipia

 

Uno de cada 10 niños que mueren de forma súbita podría tener una enfermedad genética no diagnosticada relacionada en mayor o menor medida con su muerte. Estas son las conclusiones de un estudio dirigido por Investigadores del Hospital de Niños de Boston publicado en Genetics in Medicine el pasado 1 de abril.

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Un estudio genómico indica que 1 de cada 10 niños que mueren de forma súbita podría tener una enfermedad genética no diagnosticada relacionada con su muerte. Imagen: Darryl Leja, National Human Genome Research Institute, National Institute of Health https://www.genome.gov).

La muerte súbita es una muerte natural, inesperada y rápida que supone un gran impacto para las familias en las que se presenta. Entre los diferentes factores de riesgo a que se produzca durante el periodo de lactancia o en la infancia, la contribución genética está todavía por determinar de forma precisa, aunque un reciente estudio en el que se han analizado 352 casos plantea que podría ser responsable de al menos un 10% de los casos.

Ante los resultados obtenidos, los autores del trabajo defienden la realización de pruebas genéticas en casos de muerte súbita pediátrica sin diagnóstico y señalan que la información obtenida puede ayudar a las familias a entender las causas de la enfermedad y adaptarse a la pérdida. “No estamos en un punto en el que podamos realmente explicarlo todo, pero podemos decir a las familias que hemos buscado tanto como hemos podido”, señala Richard Goldstein, director del Programa Robert de Muerte Súbita Inesperada en Pediatría del Hospital de Niños de Boston y director del estudio. “Nuestro trabajo proporciona fuertes evidencias de que vale la pena realizar pruebas genéticas”.

Análisis genético de la muerte inesperada

Hasta el momento, la mayor parte de los estudios genéticos sobre muerte súbita infantil estaban enfocados en genes relacionados con condiciones cardiacas o metabólicas. En este caso, sin embargo, los investigadores abordaron el estudio considerando también la posible participación de genes implicados en procesos neurológicos.

El equipo secuenció exoma o parte codificante del genoma 352 casos de muerte súbita pediátrica, la mayor parte de los cuales (320) se correspondían a muertes producidas antes de los 12 meses de edad. En todos analizaron la presencia de cambios genéticos en una lista de 294 genes candidatos a tener un papel en la muerte súbita pediátrica.

Además, en 73 casos los investigadores analizaron tanto el exoma completo de los infantes fallecidos como el de sus progenitores. Esta segunda estrategia les permitió detectar si las variantes genéticas encontradas en los fallecidos eran de novo o habían sido transmitidas por los progenitores.

Tras los diferentes análisis genéticos los investigadores encontraron variantes patogénicas, probablemente patogénicas o de significado incierto con evidencias en 37 de los fallecidos. Entre ellas, 13 se localizaban en genes relacionados con enfermedad neurológica, 18 en genes relacionados con enfermedades cardiacas y 6 en genes implicados en alteraciones sistémicas o sindrómicas.

Los investigadores señalan también la presencia de un exceso de variantes dañinas en genes candidatos en los niños fallecidos por muerte súbita respecto a los controles, así como en los tríos familiares analizados, respecto a otros tríos control.  Dentro de estas variantes algunas de ellas no habían sido asociadas previamente a la muerte súbita.

Variantes genéticas relacionadas con enfermedades cardiacas, neurológicas y sistémicas

Una vez identificadas variantes genéticas potencialmente relacionadas con la muerte súbita, el siguiente paso de los investigadores fue determinar si había algún tipo de correlación con patologías o la historia familiar del fallecido. Para ello, el equipo consultó la información disponible de la autopsia, registros médicos y la historia médica del fallecido y su familia.

Los investigadores encontraron que tres de los fallecidos con genes relacionados con epilepsia habían presentado episodios de convulsiones febriles, lo que, por sí mismo, debido a ser relativamente común, no había llamado la atención hacia un posible riesgo elevado a una muerte súbita, aunque uno de ellos tenía un hermano con epilepsia. En otros dos casos, el equipo encontró historia familiar de enfermedades cardiacas: uno de los fallecidos tenía un padre que había recibido un trasplante de corazón siendo joven y otro en el que tres miembros de la familia materna habían fallecido por problemas cardiacos de forma temprana.

Implicaciones del estudio

Los resultados del trabajo proporcionan evidencias de un mayor papel de los factores genéticos en la muerte súbita pediátrica de lo que se estimaba previamente. Aunque la presencia de las variantes patogénicas no implica siempre casualidad los autores señalan que los niños que fallecen por muerte súbita podrían presentar características genéticas que los hacen especialmente vulnerables a este tipo de fallecimiento. Entre los genes más destacados señalan varios  relacionados con la epilepsia (SCN1A, DEPDC5, ALG13, CACNA1A, GABRB3, GABRG2 y SCN8A) o enfermedades cardiacas (TTN, SCN5A, MYBPC3, CAV3, FLNC, KCNE1 y TNNI3).

Dado que la mayor parte de los casos de muerte súbita siguen sin una explicación genética, los autores del trabajo señalan que serán necesarios más estudios que consideren toda la información posible ligada a cada caso. Además, señalan que las investigaciones dirigidas a conocer las causas genéticas de la muerte súbita deberían realizarse en colaboración con equipos especializados que puedan utilizar esa información en un entorno clínico. En este entorno se podría ofrecer información a los padres sobre las causas de la muerte de sus hijos, así como asesoramiento sobre la posible recurrencia y asistencia médica a otros miembros de la familia en riesgo.

A partir de los resultados obtenidos y sus posibles implicaciones en prevención o asesoramiento para las familias afectadas, los investigadores recomiendan realizar análisis genético en los casos de muerte súbita infantil analizados. “Como en otras condiciones sin explicación en niños, hemos mostrado que la muerte sin explicación de un infante o niño se merece una búsqueda exhaustiva de causas genéticas subyacentes”, ha resaltado la Dra. Annapurna Poduri, directora del Programa de Genética de la Epilepsia en el Hospital de Niños de Bostón. “Espero sinceramente que nuestra investigación convierta esta aproximación en norma y no sea la excepción”.

Referencia: Koh HY, et al. Genetic Determinants of Sudden Unexpected Death in Pediatrics. Genet Med. 2022 Apr;24(4):839-850. doi: http://dx.doi.org/10.1016/j.gim.2021.12.004

Fuente: Sudden, unexplained child deaths often have a genetic cause. https://answers.childrenshospital.org/sudden-child-death-genetics/

 

 

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