Amparo Tolosa, Genotipia
Un estudio internacional dirigido por la Universidad de Utah, EE.UU., ha identificado nuevos factores genéticos relacionados con el riesgo a suicidarse. Los investigadores han utilizado la información genética de más de 3413 personas muertas por suicidio para calcular un valor de riesgo que estima la predisposición genética y contribuye a mejorar los modelos de predicción de suicidio disponibles en la actualidad.
Un problema de salud pública por resolver
Pese a los diferentes progresos en su prevención el suicidio sigue ocupando una posición relevante en las principales causas de muerte en todo el mundo. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud, más de 800 000 personas se quitaron la vida en 2016. Aproximadamente una cada 40 segundos.
El suicidio se puede prevenir a través de diversas medidas. Por esta razón es importante desarrollar programas que aborden este problema de salud pública desde diferentes aspectos. En este contexto, la posibilidad de detectar indicios de riesgo a morir por suicidio representa una de las áreas más interesantes de investigación. Para avanzar en la misma es necesario conocer las causas que impulsan a una persona a acabar con su vida de forma voluntaria.
Factores genéticos en el suicidio
En el suicidio intervienen múltiples factores, tanto ambientales como genéticos. Sin embargo, la investigación de esta característica se ha visto limitada en gran medida debido a escasa cantidad y calidad de los datos. Por ejemplo, hasta el momento se sabía que era una característica con componente hereditario, que se presenta en familias, pero se desconocía qué factores genéticos o genes concretos intervienen en ella.
En el nuevo estudio los investigadores han analizado el genoma de 3415 personas muertas por suicidio y lo han comparado con el de 14810 personas de similar ancestría genética muertas por otras causas. Tras los análisis estadísticos correspondientes, la estrategia ha permitido identificar 22 genes asociados a la muerte por suicidio, cuya relación exacta con esta característica será evaluada en futuros estudios.
Además, el equipo ha estimado un valor de riesgo poligénico con el que han podido predecir el estado de muerte por suicidio en dos muestras poblacionales independientes que incluían ADN de personas muertas por suicidio y controles. Esta estimación de riesgo poligénico no tiene aplicaciones inmediatas en la práctica clínica pero sí contribuirá a mejorar los modelos de predicción disponibles.
“Lo importante de este estudio es que, utilizando el genoma completo, hemos creado un valor de riesgo genético para el suicidio que predice el estado de caso o control en el laboratorio”, señala Anna R. Docherty, investigadora de genética cuantitativa en el Instituto Huntsman de Salud mental y profesora de psiquiatría en la Universidad de Utah, además de primera firmante del trabajo. “También puede ayudarnos a estudiar cómo interaccionan genética y medio ambiente para aumentar el riesgo al suicidio”. La investigadora considera que todavía se está lejos de poder utilizar los valores de riesgo genético en la clínica pero el estudio es el primer paso para cuantificar el riesgo biológico de un individuo a suicidarse.
Los autores también destacan que la elaboración de modelos predictivos de muerte por suicidio presenta retos éticos importantes que deberán considerarse tanto en el terreno médico como psiquiátrico.
Influencia de diversas condiciones psiquiátricas sobre el riesgo a morir por suicidio
Los investigadores han analizado si las personas muertas por suicidio muestran riesgo genético aumentado a otras condiciones y han detectado que tienen un mayor riesgo a presentar impulsividad, esquizofrenia y depresión, factores ampliamente reconocidos por su influencia sobre el comportamiento suicida.
“La muerte por suicidio requiere típicamente una cascada de eventos”, señala Douglas Gray, profesor de psiquiatría infantil especializado en la prevención de suicidios y uno de los autores del trabajo. “Esa cascada podría incluir una predisposición genética combinada con una enfermedad mental tratada o no tratada, el abuso de sustancias, las presiones de la vida diaria que llevan a que el cerebro no funcione bien, la disponibilidad de armas de fuego y agentes instigadores finales, como una ruptura romántica, que llevan a la tragedia”.
Un mejor camino hacia la prevención
El estudio representa el mayor estudio de asociación del genoma completo realizado hasta la fecha sobre muerte por suicidio.
Los investigadores señalan algunas limitaciones, como por ejemplo la falta de diversidad poblacional del estudio, realizado principalmente en personas de origen europeo. En este aspecto, deberán realizarse estudios con otras poblaciones para determinar si los resultados pueden extenderse más allá de la población europea. El equipo estima que en cinco años tendrán suficientes muestras de origen mexicano y americano para realizar un estudio similar.
“Este estudio y los que lo sigan nos permitirán entender mejor la constelación de factores de riesgo asociados al suicidio y ayudarán a reducir el estigma relacionado con el mismo”, indica la Dra. Docherty. “Esperamos que animará a las familias con una historia de suicidio a aprender más y discutir el riesgo y los factores protectores, del mismo modo que hablarían sobre otras condiciones médicas como la elevada presión sanguínea o las enfermedades cardiovasculares”.
Referencia: Docherty AR, et al. Genome-Wide Association Study of Suicide Death and Polygenic Prediction of Clinical Antecedents. Am J Psych. 2020. DOI: https://doi.org/10.1176/appi.ajp.2020.19101025
Fuente: Genetic Discovery Could Lead to Better Prediction of Suicide Risk Within Families. https://healthcare.utah.edu/publicaffairs/news/2020/11/11-suicide-genetics.php
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