Relacionan hongos de la microbiota intestinal con el COVID-19 grave
Amparo Tolosa, Genotipia
La presencia de ciertos hongos en el intestino podría amplificar la respuesta inflamatoria en personas con COVID-19 grave, según señala un reciente estudio de la Universidad Weill Cornell.
Aún con menor presencia que las bacterias, los hongos que forman parte del microbioma humano también participan en la regulación del sistema inmunitario. E igualmente, el desequilibrio en sus poblaciones puede tener un efecto negativo para la salud.
En el caso de COVID-19, hasta el momento se había detectado que los pacientes con la enfermedad muestran alteraciones en la microbiota intestinal y que ciertos productos y toxinas derivados de las bacterias pueden acceder a la circulación y modular la inmunidad. Sin embargo, todavía no se había establecido la posible contribución de los hongos.
Un reciente estudio, realizado por investigadores de la Universidad Weill Cornell apunta a que los hongos de la microbiota podrían tener un impacto en la inflamación asociada a la infección por SARS-CoV2 y contribuir mantener una respuesta a largo plazo.
Aumento de Candida albicans en el intestino de pacientes con COVID-19 grave
Al analizar el microbioma de pacientes con COVID-19 de diversa gravedad y personas sanas, los investigadores detectaron niveles elevados de anticuerpos frente a ciertos hongos en los pacientes con enfermedad grave. Interesantemente, se trataba de hongos presentes en el intestino, no en pulmón o en piel.
A continuación, los investigadores se plantearon si estas poblaciones de hongos del intestino estarían alteradas en los pacientes con COVID-19. Para estimar esta posibilidad, el equipo analizó muestras fecales de 10 pacientes con COVID-19, tres de ellos con enfermedad grave, así como 10 personas sanas. Al analizar el ADN ribosómico de las especies presentes, el equipo detectó un aumento en la presencia de especies del género Cándida en los pacientes con COVID-19.
A partir de varios experimentos en cultivo de heces y en ratón los investigadores estimaron que el crecimiento de hongos Candida, y más concretamente la especie Candida albicans, estaba correlacionado con la severidad de la enfermedad. Además, el aumento de C. albicans estaba también correlacionado con dos características: un aumento en la frecuencia de neutrófilos polimorfonucleados en sangre y pulmones y los niveles de calprotectina. En cuanto a los neutrófilos, su presencia en los pulmones de los pacientes aumenta y empeora la respuesta inflamatoria que puede llegar a dañar este tejido. Por otra parte, la calprotectina es un marcador de inflamación relacionado con los daños en los tejidos causados por patógenos y con la conocida tormenta de citoquinas que se ha observado en algunos pacientes con COVID grave.
Cambios permanentes en el sistema inmunitario y una posible solución para restaurar el equilibrio
La investigación también sugiere que las alteraciones detectadas en las poblaciones de hongos y en los niveles de anticuerpos frente a los hongos persisten durante cierto tiempo en el organismo tras la recuperación de la enfermedad. Los niveles de calprotectina, sin embargo, se recuperan tras la convalecencia. Además, el equipo detectó que las células madre que dan lugar a los neutrófilos estaban preparadas para responder a los hongos hasta un año después de la recuperación de COVID-19.
Por último, el estudio plantea también una posible estrategia farmacológica para evitar la modulación del sistema inmunitario por parte de la microbiota fúngica. En un modelo en ratón, los investigadores encontraron que el tratamiento con un inhibidor de la acción de la interleucina IL6 bloquea en gran medida el aumento de neutrófilos causado por la alteración de la microbiota fúngica, en los animales con aumento de C. albicans.
El análisis de expresión de muestras de pacientes tratados y no tratados con el inhibidor ofrece resultados indirectos compatibles con los observados en ratón, que apuntan a una misma conclusión: la IL-6 media los efectos del hongo C. albicans del intestino en la enfermedad COVID-19 grave.
Potencial terapéutico para algunos pacientes
A partir de los resultados, los investigadores plantean que antígenos u otras moléculas procedentes de los hongos pueden entrar en la circulación sanguínea desde el intestino y amplificar la respuesta inflamatoria de las personas con COVID-19.
El equipo de investigadores también sugiere diferentes aplicaciones clínicas para los resultados obtenidos en el estudio. Por una parte, la presencia de anticuerpos antifúngicos podría servir como marcador para detectar si una persona está en riesgo de desarrollar COVID-19 grave. Por otra parte, también podría identificar qué pacientes podrían beneficiarse de terapias dirigidas a recuperar el equilibrio de las poblaciones de hongos de la microbiota, o terapias dirigidas a cambios inmunológicos provocados por la alteración de estas poblaciones, como ocurre con IL-6.
“En conjunto, nuestros hallazgos pusieron de relieve un mecanismo por el cual los hongos patógenos intestinales podrían contribuir a alteraciones inmunitarias duraderas durante las enfermedades inflamatorias y la reprogramación de los progenitores de la médula ósea, y sugieren el potencial de los enfoques basados en la inmunomicobiota para identificar a los pacientes con riesgo de COVID-19 grave y alteraciones inmunitarias duraderas”, concluyen los autores en el trabajo.
Artículo científico: Kusakabe T, et al. Fungal microbiota sustains lasting immune activation of neutrophils and their progenitors in severe COVID-19. Nat Immunol. 2023 Nov;24(11):1879-1889. doi: 10.1038/s41590-023-01637-4.
Fuentes:
Gut Fungi’s Lasting Impact on Severe COVID-19 Immune Response. https://news.weill.cornell.edu/news/2023/10/gut-fungis-lasting-impact-on-severe-covid-19-immune-response
Lagree K, Chen P. Candida makes a lasting impression in COVID-19. Nat Immunol. 2023 Nov;24(11):1782-1784. doi: 10.1038/s41590-023-01648-1.
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