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Una terapia génica muestra eficacia duradera para la inmunodeficiencia combinada: 59 niños recuperados a largo plazo

Una única intervención de terapia génica mantiene su eficacia y seguridad durante más de siete años en 59 pacientes pediátricos con una inmunodeficiencia combinada grave de origen genético.

El tratamiento ha permitido una reconstitución inmunitaria sostenida en la mayoría de los pacientes, sin necesidad de recurrir a otras terapias.

Andy Cash fue diagnosticado de inmunodeficiencia combinada grave con apenas tres semanas de edad. Sus primeros meses transcurrieron en aislamiento hospitalario para protegerlo de posibles infecciones. Mientras tanto su familia era analizada para ver si algún miembro era compatible con Andy para realizar un trasplante de médula que restaurara su sistema inmunitario. Ninguno resultó ser compatible. 

Ante la falta de opciones terapéuticas el equipo del Hospital Great Ormond Street ofreció a la familia la posibilidad de participar en un ensayo clínico de una terapia génica para la inmunodeficiencia combinada. La terapia funcionó y nueve años después Andy es un niño sano y fuerte. Su caso es excepcional, pero no el único. Andy fue uno de los 62 niños tratados en un ensayo internacional cuyo seguimiento, ahora publicado en The New England Journal of Medicine, aporta evidencias sobre la eficacia y la seguridad del tratamiento a largo plazo. 59 de los niños tratados experimentaron un restablecimiento del sistema inmunitario a largo plazo tras la terapia génica.

El estudio representa la serie de casos más extensa y con mayor seguimiento publicada hasta la fecha para esta enfermedad. “Estos resultados son los que esperábamos cuando comenzamos a desarrollar esta estrategia”, ha señalado Donald Kohn, miembro del Centro Eli y Edythe Broad de Medicina Regenerativa e Investigación con Células Madre de la Universidad de California Los Angeles, uno de los centros que ha participado en el ensayo. “La durabilidad de la función inmunitaria, la consistencia a lo largo del tiempo y el perfil de seguridad continuado son increíblemente alentadores”.

Cómo funciona la terapia génica para la inmunodeficiencia combinada grave por déficit de adenosina desaminasa 

La inmunodeficiencia combinada grave por déficit de adenosina desaminasa (ADA-SCID) es una enfermedad genética poco frecuente caracterizada por un sistema  inmunitario comprometido desde el nacimiento. Está causada por alteraciones en el gen ADA, responsable de codificar una enzima esencial para la maduración y supervivencia de los linfocitos. Como resultado los pacientes son extremadamente vulnerables a infecciones potencialmente mortales desde los primeros meses de vida. De ahí que se les suela mantener en ambientes aislados, de donde viene el nombre de “niños burbuja”. 

La terapia génica utilizada en el ensayo se basa en la modificación ex vivo de las células madre hematopoyéticas del propio paciente, extraídas previamente. Mediante un vector lentiviral, los investigadores introducen una copia funcional del gen ADA en las células CD34+, que se introducen de nuevo en el paciente. Una vez reintroducidas, estas células comienzan a generar nuevas células sanguíneas con actividad inmunitaria normalizada, gracias a la expresión sostenida de enzima adenosina desaminasa.

Esta estrategia terapéutica evita la necesidad de encontrar un donante compatible, a la vez que reduce los riesgos y complicaciones asociados al trasplante de médula de donantes. 

Andy, casi 9 años después de ser tratado con una terapia génica para su inmunodeficiencia combinada severa.
Andy, casi 9 años después de ser tratado con una terapia génica para su inmunodeficiencia combinada severa. Imagen: Hospital Great Ormond Street.

Una sola intervención ofrece resultados a largo plazo

Entre 2012 y 2019, el consorcio internacional liderado por investigadores del Hospital Great Ormond Street, la University College London y la Universidad de California en Los Ángeles trató a 62 niños diagnosticados con ADA-SCID, procedentes del Reino Unido y Estados Unidos. El objetivo principal del estudio era evaluar la seguridad y eficacia de esta terapia génica a largo plazo, por lo que se seleccionaron pacientes a los que se pudiera realizar seguimiento durante al menos cinco años. Los prometedores resultados preliminares de la terapia se habían publicado en 2021

Los datos revelan una supervivencia global del 100% tras la terapia génica y una tasa de éxito clínico del 95%. Los 59 pacientes en los que las células modificadas sobrevivieron y progresaron en el paciente tras seis meses dejaron de requerir terapia de reemplazo enzimático y mantuvieron niveles estables de actividad de la enzima ADA. Estos niños han mostrado, además, una respuesta adecuada a la vacunación infantil, lo que indica que su función inmunitaria está restaurada. Por lo tanto se ha podido suspender tanto el tratamiento con inmunoglobulinas como la profilaxis contra infecciones.

Un aspecto importante de la terapia es que no se observaron efectos adversos graves asociados a la misma. Además, la eficacia entre los niños que recibieron células tratadas en fresco fue comparable a la de aquellos tratados con células criopreservadas. La posibilidad de utilizar células congeladas permite plantear nuevas estrategias para ampliar el acceso a esta terapia. Por ejemplo se podrían recoger las células madre en un hospital local, enviarlas a un centro especializado para su modificación genética y retornarlas al centro de origen para su administración. De esta forma se podría expandir geográficamente la posibilidad de tratamiento sin necesidad de desplazar a los pacientes. Esto es algo especialmente importante en enfermedades poco frecuentes y con escasos centros de referencia.

Resultados que podrían abrir un camino para el tratamiento de otras enfermedades

Los resultados del trabajo presentan a la terapia génica para la inmunodeficiencia combinada severa por déficit de adenosina desaminasa como alternativa válida y eficaz frente a tratamientos convencionales como el trasplante de médula ósea o la terapia de reemplazo enzimático. El tratamiento como intervención única y su durabilidad en el tiempo plantean un posible cambio en la gestión clínica de esta inmunodeficiencia congénita.

Más allá del caso de esta enfermedad rara, los investigadores destacan que los datos obtenidos son extrapolables a otras patologías tratadas con vectores lentivirales y células madre hematopoyéticas modificadas. La ausencia de complicaciones graves a largo plazo y la estabilidad funcional del sistema inmunitario a lo largo de los años avalan el uso de esta plataforma terapéutica en el tratamiento de otras inmunodeficiencias primarias.

En la actualidad, los equipos clínicos y académicos implicados trabajan para lograr la aprobación regulatoria de la terapia en Estados Unidos y Reino Unido. Además, el Hospital Great Ormond Street ha anunciado su intención de obtener la autorización comercial para administrar el tratamiento de forma autónoma, lo que podría convertirlo en el primer centro hospitalario británico con licencia para una terapia génica propia. 

Mientras tanto, niños como Andy siguen mostrando el impacto clínico y social que puede tener una terapia avanzada, aplicada de forma temprana y segura. 

Artículo científico

Booth C, et al. Long-Term Safety and Efficacy of Gene Therapy for Adenosine Deaminase Deficiency. N Engl J Med. 2025 Oct 16;393(15):1486-1497. DOI: 10.1056/NEJMoa2502754

Fuentes

Landmark gene therapy study shows safety for children.https://www.gosh.nhs.uk/news/landmark-gene-therapy-study-shows-safety-for-children/Gene therapy delivers lasting immune protection in children with rare disorder.https://www.uclahealth.org/news/release/gene-therapy-delivers-lasting-immune-protection-children

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