Teresa Valdés: «Queremos que los pacientes pierdan el miedo a los tests genéticos”

Lucía Márquez Martínez, Genética Médica News

 

Teresa Valdés
Teresa Valdés, doctora en Biología Celular y CEO de Bemygene. Imagen cortesía de Teresa Valdés.

Durante el último congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO por sus siglas en inglés), Josep Tabernero (presidente electo de la entidad) subrayó con especial énfasis que “las campañas de prevención, el cambio de hábitos y los métodos de detección tempranos”, constituyen factores esenciales para lograr una disminución en los casos de cáncer.

Así, más allá de desarrollar nuevas terapias y tratamientos de mayor eficacia, anticiparse a la enfermedad se ha convertido en una herramienta clave no solamente para los profesionales de la oncología, sino también para los pacientes, que, a raíz de esta dolencia, se ven obligados a tomar decisiones trascendentales sobre sus proyectos vitales.

Bien lo saben en Bemygene, una joven compañía que, en pocos años, ha logrado convertirse en una de las empresas españolas de referencia en el sector gracias a sus servicios de asesoramiento genético y diagnóstico precoz.

Entrevistamos a Teresa Valdés, doctora en Biología Celular y CEO de Bemygene, para conocer tanto las últimas novedades en el ámbito del consejo genético y la prevención, como los vericuetos del siempre complejo proceso que supone entremezclar ciencia y empresa.

¿Qué papel juega la genética en las terapias contra el cáncer?

Constituye uno de los campos más importantes junto a la inmunología, no solamente desde el punto de vista de la herencia, sino también de la caracterización. Supone una nueva era en cuanto al tratamiento de esta enfermedad. Así, por ejemplo, se están empezando a abordar los tumores no por su ubicación, como sucedía hasta ahora, sino por su perfil molecular.

En este sentido, también hay que destacar que las grandes empresas se están centrando en la búsqueda de biomarcadores. Y, al mismo tiempo, la FDA ha aprobado la primera terapia génica…

Bemygene es una compañía pionera en pruebas de prevención del cáncer…

Se trata de un territorio muy incipiente dentro de la industria médica. Intentamos trabajar mucho la prevención, explicar su importancia. Queremos que los pacientes pierdan el miedo: el test no debe asustar, hay que recibirlo como una herramienta que te puede ayudar.

El consumidor parece que todavía no está preparado y a menudo no acaba de comprender el objetivo de estas pruebas. Debemos poner más énfasis en el marketing educativo: dar a conocer, concienciar…Por otra parte, no podemos olvidar que la sobreinformación bloquea. La genética está en nuestro día a día, es importante que la gente la entienda.

Entre los estudios que ofrecen podemos diferenciar dos tipos: los destinados a averiguar el riesgo a desarrollar un cáncer y los de diagnóstico precoz para localizarlo en las primeras fases. ¿Cómo enfocan estas dos áreas de trabajo?

En Bemygene nos consideramos un comercializador de productos especializados. Estudiamos los productos más innovadores que van apareciendo para intentar que al consumidor le llegue aquello que puede serle más útil.

En lo que respecta al diagnóstico precoz, contamos con dos iniciativas muy prometedoras en el horizonte: nuevos biomarcadores para detectar el cáncer con mayor precisión y la proliferación de las biopsias líquidas. De la parte del estudio hereditario existen muchos más avances hasta el momento, aunque todavía queda mucho por desarrollar.

Una de las cuestiones que destaca su empresa es la apuesta por un trato personalizado, ¿por qué es importante el contacto humano cuando se abordan este tipo de enfermedades?

No podemos olvidar que se trata de cuestiones importantes para la salud. Buscamos la proximidad con los usuarios para que cada uno pueda entender bien lo que le pasa y qué oportunidades de actuación tiene.

Los científicos nos quejamos mucho de la incorrecta difusión de información que existe en muchos casos en el ámbito de la ciencia, pero pocas veces actuamos para transmitir la información de manera que llegue a la máxima población posible.  Cuando tratamos con una persona que debe enfrentarse a este tipo de enfermedades, hay que entender que es una cuestión personal importante y atenderle en consecuencia. Debemos comprender al usuario para saber lo que quiere y necesita.

 

Teresa Valdés
Teresa Valdés, doctora en Biología Celular y CEO de Bemygene. Imagen cortesía de Teresa Valdés.

 

¿Es complicado poner en marcha una empresa como Bemygene? ¿Cuáles son los principales escollos que ha encontrado?

En estos años nos hemos topado con muchas dificultades. Para científicos sin formación empresarial previa, como era mi caso, poner en marcha un negocio resulta muy complejo. Hay que tener muchas ganas y ser capaz de resolver todo tipo de problemas. Tienes que ir adaptando tus expectativas y vivir en un proceso de aprendizaje constante.

A pesar de todo, estamos teniendo una buena aceptación en el ámbito sanitario, además de estar prestando un servicio beneficioso para la población. Estoy muy contenta y no me arrepiento de haber emprendido.

Hace algo más de un año, Bemygene estableció una alianza con la firma estadounidense Veritas Genetics, especializada en tests de diagnóstico precoz y medicina personalizada. ¿Qué ha supuesto esta unión para su compañía?

Es algo fantástico, apostaron con fuerza por nosotros a pesar de ser una empresa pequeña. Gracias a su confianza, hemos podido participar en muchas iniciativas y proyectos fascinantes, pues cuentan con un desarrollo de productos de tecnología punta y han dado pasos muy importantes en el ámbito de la secuenciación. Además, recientemente Veritas ha establecido colaboraciones con una de las compañías de software más innovadoras en su ámbito y estamos seguros que de esta unión van a surgir nuevos proyectos

¿Cree que este tipo de tests están al alcance del ciudadano medio o existe el riesgo de que se conviertan en un producto únicamente al alcance del público con mayores recursos?

Nuestra estrategia es siempre ofrecer precios accesibles. En la actualidad, todos sabemos lo que cuesta realizar una secuenciación del genoma. No es correcto establecer precios muy elevados, dado que esto provocaría que solamente una pequeña parte de la población pudiera beneficiarse de estos avances cuando, en realidad, cada año resultan más asequibles.

En Bemygene apostamos por intentar abaratar nuestros servicios en la medida en que lo permita la tecnología disponible, pues si no, es imposible que la ciencia llegue a todo el mundo.

¿Qué pasos debe seguir un usuario que desee adquirir uno de sus productos?

En primer lugar, todos nuestros usuarios deben contar con una prescripción médica previa. En ocasiones es su facultativo quien les indica que acudan a nosotros y, en otros casos, si nos solicitan consulta directamente, podemos ponerles en contacto con uno de nuestros médicos para que les guíen respecto al servicio que desean o necesitan.

Tras evaluar cada caso, se realizan las correspondientes pruebas y, además de dar a conocer los resultados obtenidos, se les proporciona un servicio de consejo genético para poder orientarles y explicarles de forma rigurosa el significado de la información conseguida. El asesoramiento genético viene incluido en el precio de cada prueba, pues consideramos que es un servicio esencial.

¿Qué planes de futuro tiene para su compañía?

Hasta el momento, nos hemos centrado en consolidar las bases de la empresa, entre las cuales se encuentran las cuestiones comerciales, la plataforma logística, y nuestra relación con los clientes. A partir de ahora tenemos la vista centrada en el lanzamiento de nuevos productos y ampliar nuestros servicios con productos muy interesantes e innovadores en el ámbito del diagnóstico genético y molecular. No puedo desvelar mucho todavía, pero se avecinan unos meses de anuncios importantes.

 

Teresa Valdés
Teresa Valdés, CEO de Bemygene junto al director médico de Veritas Genetics, Joseph V. Thakuria (izquierda) y Zachary Fernandes, responsable de negocio internacional (derecha).

 

Recientemente ha surgido un debate en torno a la comercialización de test genéticos que no incluyen un asesoramiento específico por parte de profesionales del campo. ¿Cuál es su postura al respecto?

Precisamente Bemygene es una de las primeras empresas que va con la ley en la mano explicando que es imprescindible siempre una prescripción médica, además de ofrecer siempre un servicio de consejo genético completo con cada uno de los servicios que ofrece. No hay que ser agresivos, pero debemos explicar que el asesoramiento no es un capricho de los genetistas, sino que existe un motivo para exigirlo.

Los resultados de las pruebas genéticas pueden afectar a la toma de decisiones vitales, por lo que es necesario que un profesional formado y acreditado en el ámbito explique el objetivo de la prueba y las implicaciones y potencialidades de sus resultados. Creemos que es tan importante el asesoramiento antes como después de las pruebas. Por ejemplo, hay que dejarle claro al paciente que, si no desea conocer los resultados, se puede desestimar la prueba. La clave está en cómo informar, debemos guiarnos siempre por el rigor.

 ¿Qué retos encuentra a la hora de compaginar el papel de científica con el de empresaria?

Es difícil, porque tienes que aprender muchas cosas mientras emprendes. Creo que uno de mis grandes aciertos fue rodearme de gente que sabe mucho de empresas. Sola no lo hubiera conseguido, siempre he tenido expertos de distintos ámbitos aconsejándome y apoyando a Bemygene en cada uno de sus éxitos. Por otra parte, como científica también debes renunciar a muchas cosas: no puedes ir a todos los congresos o conferencias a los que te gustaría ir, es inevitable. Cuando emprendes renuncias a muchas cosas, pero ver los resultados en tu día a día hace que valga la pena.

Como CEO de Bemygene, ¿cree que las mujeres están suficientemente representadas en los puestos directivos dentro de las empresas científicas?

Todavía no hay suficientes mujeres en puestos de responsabilidad, es cierto, pero el panorama está cambiando y cada vez hay más que alcanzan este tipo de cargos. El escenario empresarial sigue siendo un mundo de hombres, por así decirlo, pero yo soy optimista y prefiero fijarme en las que ya lo han conseguido.

 

 

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