Precipita: impulsando la ciencia a través de las personas

Amparo Tolosa, Genotipia

 

Los días del científico encerrado en su torre de cristal y la sociedad ajena a lo que ocurre en la ciencia pertenecen al pasado. En la actualidad, el avance de la sociedad es impulsado por la ciencia y viceversa. Y si la sociedad está formada por todos, ¿por qué no favorecer que todo aquel que esté interesado pueda participar en la ciencia? Quizás no todos tengamos la vocación de trabajar entre microscopios, rocas, láseres, o análisis de datos, pero eso no quiere decir que no podamos contribuir a un proyecto de investigación y conocer los entresijos de un laboratorio.

La plataforma de financiación colectiva Precipita conecta investigadores y ciudadanos. En su página web las personas interesadas en la ciencia disponen de un catálogo de diferentes proyectos de centros o grupos públicos de investigación con los que es posible colaborar económicamente. Cada usuario decide a qué proyectos va a ayudar a precipitar, porque, si en química precipitar es producir materia sólida en una mezcla de homogénea de una o más especies químicas, en Precipita consiste en hacer posible un proyecto científico.

 

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Imagen cortesía del FECYT.

 

Precipita, que se define como punto de encuentro entre investigadores y personas interesadas en la ciencia, fue impulsada en 2014 por la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología (FECYT). El origen de su creación, nos comunica Belén Gillaranz, responsable de la plataforma, deriva de la búsqueda de FECYT de iniciativas que aumenten el interés y la participación en la ciencia. En ese momento, el auge del micromecenazgo y las redes sociales se presentaron como grandes oportunidades para acercar el trabajo de los científicos a los ciudadanos y favorecer su participación.

Precipita “promueve la socialización de la ciencia y la participación activa de la ciudadanía”,  destaca Belén Gilarranz. “Los investigadores tienen la oportunidad de acercarse a la sociedad y los ciudadanos la oportunidad de descubrir la increíble labor que se realiza en los centros de investigación”.

¿Por qué participar en Precipita? ¿Cómo es la experiencia de los investigadores y ciudadanos? ¿Qué repercusiones reales tiene? Desde Genotipia hemos contactado a diversos investigadores cuyos proyectos han sido precipitados, así como a personas que han decidido formar parte de la ciencia a través de Precipita, y les hemos animado a compartir sus experiencias y opiniones sobre esta iniciativa.

 

¿Qué es Precipita? Investigadores y ciudadanos descubren Precipita

Lo primero que nos preguntamos fue cómo se descubre Precipita. Como ocurre a menudo, el boca a boca suele funcionar bien y conocer la experiencia de alguien siempre puede ser una motivación para participar. Este es el caso de Daniel García Ovejero, que trabaja en el Hospital Nacional de Parapléjicos y es director de uno de los proyectos precipitados, centrado en la investigación de los tumores ependimarios. Daniel nos comenta que conoció Precipita hace unos años, cuando un laboratorio con el que mantiene buena relación se decidió a participar.

Otro camino para descubrir Precipita es buscar formas alternativas de financiación para un proyecto, (en el caso de los investigadores) o formas de contribuir a la investigación (por parte de los ciudadanos). Esta aproximación fue la utilizada por Marcel Vergés, investigador del Centro de Genética Cardiovascular de Girona y director de otro programa precipitado, centrado en las causas y mecanismos de las arritmias cardiacas. Marcel buscó plataformas de microfinanciación colectiva en España en internet y encontró la de Precipita.

También se puede descubrir Precipita a través de las redes sociales, megáfonos de la era digital, que tienen la capacidad de difundir información de forma simultánea a miles de personas. Así encontró José Alemán,  una de las personas que ha colaborado con Precipita, un proyecto sobre metástasis en tumores. Cuando decidió que quería contribuir al proyecto, José descubrió que la forma de hacerlo era a través de la plataforma Precipita.

Un medio de comunicación más tradicional, la radio, fue el que acercó a María Cuevas a un proyecto de la plataforma pública de microfinanciación. Tras escuchar una entrevista a María Salazar, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, en la que la científica hablaba de Precipita y de las dificultades y problemas de aquellos que se dedican a la investigación básica en España, María se interesó por los proyectos en los que se podía colaborar en ese momento.

Por último, la familia de María José Toraño descubrió Precipita de un modo más tradicional: gracias a la divulgación de la ciencia que se realiza en algunos colegios. María Salazar fue al colegio de sus hijas a dar una charla sobre su trabajo, que entusiasmó a su hija pequeña. Cuando al año siguiente María volvió al colegio a contar cómo iba su proyecto (con gran expectación por parte de la hija de María José), les habló de Match Point, el proyecto sobre cáncer de mama que presentaba en Precipita. Este fue el desencadenante de que decidieran buscar “qué es eso de la microfinanciación colectiva o crowdfunding” y cómo se puede colaborar con proyectos concretos.

 

A menudo, las personas ajenas a la investigación desconocen cómo funciona un laboratorio o exactamente qué hacen los investigadores. Imagen: Laboratorio aeroespacial. Kim Heimbuch en Pixabay

 

¿Por qué participar en Precipita?

Desde su creación en 2014 Precipita ha impulsado más de 70 proyectos de investigación o divulgación de la ciencia. La mayor parte de ellos son proyectos de investigación, principalmente centrada en la biomedicina. Los proyectos ofrecidos en Precipita pasan por un proceso de revisión para garantizar su idoneidad y están disponibles durante 90 días en la plataforma. Pasado ese tiempo, si no se ha alcanzado un mínimo, es posible recuperar la aportación (que tiene beneficios fiscales) o destinarla a otro proyecto.

La posibilidad de conseguir una fuente de financiación extra para sus laboratorios es una buena razón para que los investigadores apuesten por precipita. Como Marcel Vergés, que pensó que al estar impulsada por FECYT era una buena opción para microfinanciar su investigación. Esta misma idea se le ocurrió a Daniel García Ovejero, quien pensó que participar en Precipita era una buena y fiable opción de poder abordar un proyecto para el que no tenía suficiente apoyo económico y hubiera tenido que abandonar de otro modo.

En el caso de los investigadores, la principal motivación, sacar adelante un proyecto, es obvia. Pero, ¿qué es lo que impulsa a una persona a contribuir a un proyecto? La motivación puede ser, tanto el interés particular en un tema cercano, como la curiosidad por una cuestión que crea que es necesario investigar y podría beneficiar a muchas personas, entre otras opciones.

Por ejemplo, para José Alemán, que ya colabora con diversas asociaciones sociales y ONGs, la salud gastrointestinal es algo que le toca de cerca. Por esta razón, al descubrir el proyecto de Irene Martínez sobre metástasis y trombosis de tumores digestivos, decidió colaborar.

Una situación parecida es la de María José Toraño. Ella es enfermera y su familia ya está sensibilizada con el cáncer y las enfermedades raras, además de colaborar con distintas ONGs. Sin embargo, tras la visita de María Salazar al colegio de su hija, conocer tan de cerca a una persona que se dedica directamente a la investigación y que les contó de primera mano sus progresos y sus dificultades les llegó de manera especial. “A veces cuando colaboras con distintas ONGs no ves tan de cerca los proyectos a los que llega tu dinero”, destaca María José.

María Cuevas, ingeniera técnica industrial de formación, es una apasionada de la investigación y del trabajo de laboratorio, así como una firme defensora de la necesidad de invertir tiempo y recursos a investigar. Además de participar en Precipita, María ha colaborado con diversas ONGs e iniciativas culturales “Creo que nos falta cultura y empatía en muchos aspectos y por eso, cuando puedo o me entero de algo en lo que puedo aportar un granito de arena, intento hacerlo y no sólo para investigar, sino para promoción de cultura”, señala María. “En mi opinión, se está yendo hacia atrás y si no conocemos nuestra historia y pasado (con sus aciertos y errores), no avanzaremos en el buen camino y volveremos a repetir los mismos errores y fracasos“.

 

 

La biomedicina tiene una presencia destacada en los proyectos de Precipita. Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay.

 

Acercando personas a la ciencia

El laboratorio es el espacio por excelencia donde uno imagina que se materializan los descubrimientos científicos. Casi podríamos decir que es donde “precipita” el conocimiento. Además de contribuir a que un proyecto se lleve a cabo, las personas que realizan una aportación en Precipita pueden recibir recompensas individuales por parte de los directores del proyecto, según su contribución. En algunos casos, como el de José, María y María José, se ofrece a las personas que donan la posibilidad de visitar el laboratorio, para ver de primera mano cómo se investiga y en qué se invierte su ayuda.

José Alemán fue al centro de investigación de Irene Martínez (el Instituto Murciano de Investigación Biosanitaria Virgen de la Arrixaca, en Murcia) con su hija de 6 años, “A mi hija le gustó mucho porque incluso le dejaron ponerse una bata de investigadora y usar una pipeta, así que la experiencia fue total para ella”, comenta José. “La vista al centro, estupenda. Irene nos enseñó distintos lugares y nos hizo partícipes de cómo iba la investigación”. ¿Y cómo se vivió la experiencia desde el lado de los investigadores? Irene también  nos comenta que la experiencia fue muy gratificante y que disfrutaron mucho explicando in situ su trabajo.

En el caso de María José Toraño, al participar en el proyecto de María Salazar se le dio la posibilidad de visitar el CNIO, donde fue acompañada de una de sus hijas que había terminado Biología Sanitaria. “Fue una experiencia única ver directamente los laboratorios y hablar con las personas que colaboran en el proyecto de María o en el resto del CNIO”, destaca María José. “La cercanía de María, su accesibilidad y lo impresionante de la importancia de sus investigaciones hacen que estemos muy contentos de haber podido colaborar con este proyecto y estamos decididos a seguir colaborando en el futuro”. María Salazar también está encantada: “Les enseñé el centro en el que trabajamos, nuestro laboratorio, hablaron con varios compañeros, conocieron de primera mano la investigación que hacemos, nuestro día a día y les conté con detalle el proyecto en un seminario. Fue una experiencia maravillosa, para mí y también para ellos”.

María Cuevas visitó también el  CNIO. Aunque en la actualidad no trabaja en un laboratorio, María reconoce que es un tema al que le hubiera gustado dedicarse. Sus expectativas se cumplieron en el CNIO y salió muy contenta de su visita. “La opinión general es que en España no se investiga mucho por falta de medios, pero creo que es patente que las nuevas generaciones de titulados e investigadores están sobradamente preparados”, destaca la ingeniera.

 

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En algunos casos se ofrece a las personas que participan la posibilidad de visitar el laboratorio, para ver de primera mano cómo se investiga y en qué se invierte su ayuda. Imagen de Michal Jarmoluk en Pixabay.

 

Precipitar tiene repercusiones en la ciencia

El objetivo de Precipita es unir ciencia y sociedad para producir proyectos de investigación o divulgación. Hemos preguntado a los investigadores cuáles han sido las repercusiones directas del éxito de sus proyectos en Precipita y hemos descubierto que, si bien es cierto que la primera repercusión obvia es el apoyo económico para poder realizar un proyecto, existen también otros efectos muy positivos.

Gracias a Precipita, José Martín Nieto, investigador en la Universidad de Alicante, ha abierto una nueva línea de su investigación sobre la relación entre genes que causan enfermedades raras (concretamente, distrofias musculares congénitas) y tumores cerebrales.  En los últimos 7 meses, desde que su proyecto fue precipitado, el equipo de José ha obtenido ya resultados interesantes y planean nuevos experimentos. Además, confían en enviar sus resultados a alguna revista científica a finales de este año o principios del siguiente.

En el laboratorio de Irene Martínez, la inyección económica que ha supuesto la precipitación de su proyecto, uno de los más exitosos, ha hecho posible el desarrollo de arrays de expresión, componentes muy costosos, para sus experimentos sobre metástasis y trombosis de tumores digestivos. Además, han podido contratar a una estudiante de doctorado a tiempo parcial para que pueda sacar su tesis adelante.

Por otra parte, la participación en Precipita ha hecho posible que el proyecto de María Salazar, enfocado en demostrar la utilidad de un micro-ARNs para inducir la muerte de las células madre tumorales, no se vaya a detener. “De no haber sido por esta campaña de crowdfunding era muy posible que el proyecto se hubiera congelado a la espera de nueva financiación”, nos indica la investigadora.

Como hemos mencionado, las repercusiones de Precipita van más allá de los proyectos. Por ejemplo, Verónica Ramos, investigadora en el Genyo (entro Pfizer – Universidad de Granada – Junta de Andalucía de Genómica e Investigación Oncológica) y directora de un proyecto destinado a estudiar la leucemia mieloide infantil nos comenta que, además de cofinanciar el contrato predoctoral de un estudiante, a partir de la campaña en los medios han obtenido mucha visibilidad en el laboratorio y tres asociaciones de pacientes o altruistas han contactado con su laboratorio para colaborar económicamente en el proyecto.

Una situación similar es la de Daniel García Ovejero, quien informa que gracias a su proyecto de Precipita se han podido poner en contacto con muchos pacientes y afectados. “El hecho de publicitar el proyecto ha supuesto una buena noticia para ellos y nos lo han hecho saber así,” indica el investigador. “Para nosotros esto supone una motivación muy importante y nos alegra poder interactuar con la comunidad de afectados”. Daniel nos cuenta que también han contactado con asociaciones de apoyo a la investigación contra el cáncer, algunas de las cuales han podido ver cómo funcionan y han cultivado contactos que quizás en el futuro se transformen en colaboraciones.

Por último, desarrollar un proyecto destinado a acercar la ciencia a la sociedad obliga a los investigadores a mejorar su capacidad para transmitir su conocimiento a otras personas y sus habilidades comunicativas. “No se trata de cambiar el lenguaje y hacerlo más comprensible. Se trata de saber comunicar, y eso es algo que se aprende con práctica. Las charlas que he dado estos meses en colegios, las entrevistas en medios de comunicación, mis conversaciones con donantes, etc… Todo esto me ha hecho aprender a comunicar, más allá de las charlas que damos en congresos o seminarios a colegas de la profesión”, comenta María Salazar.

 

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Una de las repercusiones más directas de Precipita es el apoyo económico para poder realizar un proyecto. Imagen de Brenda Geisse en Pixabay.

 

 

Las claves para precipitar

En cada proyecto de Precipita se concentra la ilusión de los investigadores por sacar una pieza de ciencia adelante. Sin embargo, alcanzar los objetivos mínimos u óptimos depende de muchos factores y no siempre se cumplen las expectativas.

La participación de la ciudadanía en la ciencia es uno de los pilares de Precipita. De hecho el éxito de un proyecto depende de este factor. Por esta razón, una de las primeras cuestiones que surgen es si existe suficiente interés por la ciencia por parte de la sociedad. “Este es un país de letras, y no de ciencias”, afirma José Martín Nieto. “Al público general no le interesa la ciencia y la falta de cultura en general domina nuestro país, en ciencia y en todo. La gente tiene presente en su cabeza, no sé si inconscientemente, la máxima de Unamuno: ‘Que investiguen otros’. Y solo se acuerdan de los investigadores cuando algún familiar o amigo comienza a sufrir una enfermedad grave”.

Para interesarse en algo, es necesario conocerlo un poco. En este punto la divulgación tiene un papel clave en acercar la ciencia a la sociedad. “Es importante que la gente entienda y conozca que estamos haciendo en investigación. La divulgación no solo es importante, es necesaria para que la sociedad pueda exigir que el estado siga invirtiendo en investigación”, destaca Irene Martínez.

Más allá de los conceptos teóricos de la ciencia, ¿conoce el público en general en qué consiste el trabajo de un investigador científico? María Salazar señala que con la experiencia de Precipita ha observado que la sociedad sabe muy poco de lo que hacen realmente y ha aprendido la importancia de la buena divulgación.  Una de las ventajas de la plataforma de mecenazgo es precisamente mejorar esta situación. Tal y como nos indica Daniel Ovejero “Precipita les permite atisbar un poco la complicación y la situación real de la investigación científica y les ayuda a dimensionar las dificultades y a conocer mejor el trabajo y la manera de abordar experimentalmente las patologías por parte de los científicos”.

Visitar un laboratorio permite aprender cómo se trabaja en ciencia y facilita entender a qué se destina la aportación privada y pública. Imagen: Trust Tru Katsande, vía Unsplash.

En España la financiación privada o colectiva no está tan arraigada como en otros países. Aquí, predomina la idea de que la financiación de la investigación es responsabilidad del estado y se asume que es la única forma de conseguir apoyo económico para investigar.  Ciertamente, tal y como Daniel manifiesta “La financiación de la investigación en España debe garantizarse por parte de los Presupuestos Generales”. La existencia de otros mecanismos como las plataformas de micromecenazgo no está destinada a comprometer esa garantía ni debe en ningún caso utilizarse como una excusa para reducir la inversión del gobierno. El objetivo de estas estrategias es ofrecer opciones adicionales y favorecer y promover la participación de la sociedad en la ciencia de forma activa. “Cuando se produce un descubrimiento importante es evidente que nos beneficiamos todos en general y no una persona en concreto”, destaca María Cuevas para defender la financiación privada. “Sin embargo sin antes haber invertido recursos  en tratar de descubrir, en investigar, no se tendrá nada para nadie”.

Otro de los factores más determinantes en la precipitación de un proyecto es, posiblemente, su difusión. Cuanto mayor es la difusión del proyecto y más gente lo conoce, mayor es la probabilidad de que alguien se interese y decida formar parte de él. Aquí, las redes sociales, y medios de comunicación juegan un papel vital, al que obviamente, se añade la capacidad de los investigadores para generar interés en su proyecto. Así, en muchos casos, la aparición en un medio de comunicación o una acción concreta en redes puede marcar un punto de inflexión en la cantidad de donaciones. En otros casos, sin embargo, los proyectos no alcanzan el objetivo mínimo o las expectaciones de los investigadores que han invertido tiempo y esfuerzo en acercar su proyecto a otras personas. “Recaudamos poco más de la mitad de lo que indicamos como óptimo” señala José Martín Nieto, sobre su proyecto de genes causantes de enfermedades raras en tumores cerebrales. José destaca que la mayoría de la gente que colaboró en su caso eran amigos, colegas, parientes y allegados, a los que les está infinitamente agradecido. “Pero todos ellos juntos constituyen una pequeña minoría de todas las personas a los que les llegó el mensaje del proyecto”, se lamenta.

¿El que prueba repite?

Desde que arrancó Precipita, la implicación de ciudadanos y empresas en los proyectos de Precipita no ha dejado de crecer, nos comunican desde Precipita. De hecho, este año se espera llegar al millón de euros recaudados en total.

La creciente participación de la sociedad ha llevado a que el porcentaje de éxito de los proyectos ya sea mayor del 73%. Y más del 10%  de los donantes han donado más de una vez, como María Cuevas. De hecho, algunos de ellos han donado más de 30 veces.

En paralelo, cada vez más investigadores y proyectos se dan de alta en la plataforma, dónde de momento se publican 20 proyectos al año, que reciben una atención personalizada por parte del equipo de Precipita. Porque detrás de Precipita, la plataforma que pone en contacto investigadores y ciudadanos, también hay personas, un equipo que se encarga de guiar a los investigadores durante el proceso y cuida de que todo en Precipita funcione de forma correcta. “Siempre estaré en deuda con las chicas de Precipita, Mónica e Isabel especialmente, que trabajan muy duro para hacer esto posible, para mí y para tantos otros proyectos que llevan en la plataforma”, destaca María Salazar. ”Es una gran iniciativa con una repercusión enorme, que va más allá de la financiación per se. No descarto en absoluto volver a pasar por ello, si es posible, en el futuro”. El equipo de Daniel Ovejero también está muy satisfecho y agradecido con el personal de Precipita. “Impecables desde el punto de vista profesional nos han facilitado mucho todo el proceso”, destaca.

Todo punto de encuentro entre investigadores y otras personas interesadas en la ciencia debería ser celebrado e impulsado, dado que favorece el conocimiento y tiene la capacidad para mejorar la sociedad. ¿Interesado en el desarrollo de terapias para la distrofia miótica? ¿En cómo la impresión 3D puede ayudar en ortopedia o cirugía infantil? ¿En si algunos microorganismos pueden influir en el desarrollo del cáncer? ¿En nuevas tecnologías para el manejo del paciente pediátrico? Descubre y aprende sobre estos proyectos en Precipita.

 

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