Resonancia magnética y genética para el diagnóstico de precisión en cáncer de mama

Amparo Tolosa, Genotipia

 

Un estudio internacional apunta a que la realización de resonancias magnética como estrategia de  cribado del cáncer de mama en mujeres portadoras de mutaciones de riesgo en los genes ATM, CHEK2 y PALB2 podría reducir en un 50% su mortalidad por este tipo de cáncer.

El trabajo, publicado en JAMA Oncology muestra cómo la combinación de dos herramientas de relativo reciente desarrollo, como son la resonancia magnética de mama y las pruebas genéticas, pueden derivar en estrategias de prevención y diagnóstico temprano.

Los investigadores han utilizado diferentes modelos predictivos para estimar los riesgos y beneficios de realizar resonancias magnéticas de mama y ecografías en mujeres portadoras de mutaciones patogénicas en los genes ATM, CHEK2 y PALB2. Su objetivo era poder evaluar diferentes estrategias de cribado y estimar cuál es la más adecuada reducir la mortalidad por cáncer en estas mujeres.

 

diagnóstico cáncer de mama
Imagen por resonancia magnética de un pecho. Imagen: Dr. Steven Harmes. Baylor University Medical Center (National Institute of Cancer).

 

De las variantes genéticas a la predicción del riesgo de cáncer

Si bien la mayor parte de los casos de cáncer de mama son no hereditarios, alrededor del 5% se producen en mujeres portadoras de ciertas mutaciones de alto riesgo en ciertos genes. Los más conocidos son BRCA1 y BRCA2, para los que sí existen recomendaciones de realizar seguimiento radiológico a través de resonancia magnética de mama o mamografía.

En el caso de otros genes de riesgo como  ATM, CHEK2 y PALB2, sin embargo, no hay estrategias que indiquen cuándo o cómo iniciar el seguimiento radiológico, debido en gran medida a la ausencia de ensayos clínicos que hayan evaluado esta cuestión.

“La gente entiende muy bien el valor de hacer pruebas para las variantes en BRCA1 y BRCA2, los genes de predisposición al cáncer más comunes”, indica Mark Robson, director del Servicio de Medicina de Mama en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center y uno de los directores del trabajo. “Estos resultados muestran que hacer pruebas para otros genes como ATM, CHEK2 y PALB2 también puede llevar a resultados mejorados”.

Los investigadores han utilizado información de más de 32 000 casos de cáncer de mama y 32 000 controles, así como datos de eficacia de las mamografías y resonancias magnéticas de mama y los han combinado para crear predicciones sobre cuántos años de vida se podían ganar o cuántas muertes por cáncer de mama se podían reducir, en función de cuándo se realizara la mamografía o resonancia.

El equipo estima que la realización de mamografías anuales en las portadoras de mutaciones patogénicas en ATM, CHEK2 o PALB2 reduce la mortalidad por cáncer de mama en alrededor de un 37%, respecto a no realizar el cribado. Además, realizar cribados con resonancia magnética desde los 30 o 35 años resultaba en  una reducción de la mortalidad por cáncer entre un 54 y un 60%.

A partir de los resultados, los investigadores apuntan como mejor opción para las portadoras de mutaciones en los genes ATM, CHEK2 y PALB2 empezar con seguimiento de resonancia magnética entre los 30 y los 35 años y continuar con resonancia magnética y mamografía a partir de los 40 años, ya que la mamografía antes de esa edad no conlleva una reducción en la mortalidad y supone un aumento en los falsos positivos.

Hacia la medicina de precisión en cáncer de mama

La estrategia que proponen los investigadores representa un ejemplo de medicina de precisión en oncología, que adapta intervenciones clínicas y/o diagnósticas a las características de cada persona, en este caso su perfil genético. En el contexto de los cribados radiológicos que se proponen sería necesario que las candidatas conocieran primero si son portadoras de mutaciones en un gen de riesgo para el cáncer de mama. Esto no suele ser lo habitual y la detección suele realizarse cuando ya hay un diagnóstico de cáncer. No obstante, sí podría ayudar en la prevención y detección temprana del cáncer de mama en otros miembros de la familia que hayan decidido hacerse pruebas para detectar el riesgo genético y hayan dado positivo.

“En general, lo que proponemos es realizar rastreos más tempranos de lo que sugieren las guías de recomendaciones actuales para algunas mujeres con estas variantes”, destaca Allison Kurian, profesora en la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford y codirectora del trabajo. “Por ejemplo, las recomendaciones de NCCN (National Comprehensive Cancer Network) recomiendan empezar a la edad de 30 años para las mujeres con PALB2 y a los 40 para las mujeres con ATM y CHEK2. Nuestros resultados sugieren que empezar la resonancia magnética entre los 30 y los 35 parece beneficioso para las mujeres con variantes para cualquiera de los tres genes”

En el trabajo, han colaborado la Red de Modelado de Intervenciones y Vigilancia del Cáncer, el consorcio de Estimaciones de riesgo de cáncer relacionado con la susceptibilidad y el consorcio de monitorización del cáncer de mama. Los autores confían en que los resultados puedan ser de utilidad para las organizaciones responsables de emitir recomendaciones oficiales para los oncólogos, como son la Red Nacional De Cáncer al Completo (National Comprehensive Cancer Network o NCCN) o la Sociedad Americana del Cáncer.

Referencia: Lowry KP, et al. Breast Cancer Screening Strategies for Women With ATM, CHEK2, and PALB2 Pathogenic VariantsA Comparative Modeling Analysis. JAMA Oncology. 2022. DOI: http://dx.doi.org/10.1001/jamaoncol.2021.6204

Fuente: MRI may lower breast cancer death from variants in 3 genes. https://newsroom.uw.edu/news/mri-may-lower-breast-cancer-deaths-variants-3-genes

 

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