En 2025, múltiples ensayos clínicos exploran la seguridad y eficacia de diferentes terapias basadas en CRISPR para tratar desde enfermedades genéticas raras hasta cáncer, diabetes o infecciones crónicas.
En poco tiempo CRISPR ha pasado de ser una curiosidad molecular descubierta en bacterias a convertirse en una herramienta de edición genética dirigida a tratar enfermedades genéticas. Apenas han transcurrido 12 años desde los primeros experimentos en modelos celulares y animales, a la diversificación de herramientas CRISPR para modificar genomas y, finalmente, su aplicación en pacientes.
De momento, la única terapia basada en CRISPR aprobada es Casgevy, dirigida a dos enfermedades genéticas, la anemia falciforme y la beta talasemia. Este hito para el tratamiento de las dos enfermedades sanguíneas, conseguido en 2023, representó un punto de inflexión para el desarrollo de otras nuevas terapias basadas en CRISPR.
En 2025 el panorama de ensayos clínicos en marcha es similar al de 2024. Existen más de 65 ensayos clínicos donde se utilizan herramientas basadas en CRISPR o editores de bases como tratamientos para diferentes enfermedades genéticas, cáncer o incluso enfermedades infecciosas. Y en paralelo, diferentes ensayos están investigando la utilidad de CRISPR en la detección o diagnóstico de enfermedades.

Ensayos CRISPR en enfermedades hematológicas
Las enfermedades de la sangre se mantienen como el terreno más maduro y exitoso para la edición genética con CRISPR. En octubre de 2025 se contabilizan más de una decena de ensayos clínicos activos donde se evalúan terapias de edición genética para enfermedades hematológicas no oncológicas.
Anemia falciforme y beta talasemia: primeras enfermedades con terapia CRISPR aprobada
El ejemplo más emblemático de terapia CRISPR es la mencionada Casgevy (exagamglogene autotemcel), desarrollada por CRISPR Therapeutics y Vertex Pharmaceuticals. Casgevy está dirigida al tratamiento de la anemia falciforme y la beta talasemia dependiente de transfusiones. Los dos trastornos están causados por mutaciones en el gen HBB, responsable de la producción de la cadena beta de la hemoglobina, por lo que la misma estrategia de recuperar la expresión de la globina fetal (reemplazada después del nacimiento por la beta globina) resulta efectiva para ambos.
En la actualidad, los prometedores resultados obtenidos en 16 pacientes con anemia falciforme y 25 pacientes con beta talasemia, (de un total de 17 y 27 pacientes tratados respectivamente) han impulsado la aprobación de Casgevy en diferentes países. En este escenario tan prometedor de una terapia efectiva, hay que tener en cuenta sin embargo que el acceso al tratamiento se ve limitado por la dificultad de producir una terapia tan especializada que requiere modificar y cultivar las células de los pacientes. A esto se suma el precio, de más de dos millones de dólares, lo que abre importantes cuestiones sobre cómo se va a gestionar este tipo de terapias en los sistemas de salud públicos y privados.
– Avance de las terapias basadas en editores de bases para anemia falciforme y la beta talasemia
En paralelo al avance de Casgevy, varias compañías biotecnológicas están desarrollando terapias basadas en editores de bases para la anemia falciforme y la beta talasemia. Los editores de bases, que derivan de la tecnología CRISPR, permiten modificar letras concretas del ADN sin cortar la doble cadena, lo que supone una estrategia más precisa y potencialmente menos agresiva que la edición con CRISPR-Cas.
Entre los programas más avanzados se encuentra BEAM-101, de Beam Therapeutics, que utiliza un editor de adenina (ABE) para reactivar la hemoglobina fetal en células madre hematopoyéticas. Interesantemente, además de BEAM-101, que se trata de una terapia ex vivo que requiere extraer y cultivar las células de los pacientes, Beam Therapeutics también tiene en desarrollo, aunque en fase mucho más inicial, una terapia in vivo dirigida a modificar las células en el propio paciente.
Hemofilia B
Tras la aprobación de una terapia génica y una terapia basada en ARN para la hemofilia B, el desarrollo de tratamientos para esta enfermedad se ha abierto a la posibilidad de utilizar también herramientas de edición génica. El pasado julio Be Biopharma anunció el inicio efectivo de un ensayo clínico en esta dirección, con el tratamiento de un primer paciente de hemofilia B con una terapia basada en CRISPR. La terapia, denominada BE-101 consiste en células B del propio paciente modificadas mediante CRISPR para insertar el gen que codifica el factor IX. En los pacientes, este gen está alterado, lo que compromete la coagulación sanguínea y produce la enfermedad.

Ensayos CRISPR en enfermedades oncológicas
Las enfermedades oncológicas representan una de las áreas más activas del campo terapéutico de CRISPR. No obstante, la mayoría de los ensayos clínicos se encuentran todavía en fases tempranas. Estos ensayos abarcan tumores hematológicos, como la leucemia linfoblástica aguda, el linfoma no Hodgkin o el mieloma múltiple, así como tumores sólidos, como el melanoma metastásico, el carcinoma hepatocelular, el cáncer de pulmón o el de ovario. En ambos casos, el objetivo principal suele ser el mismo: reforzar o facilitar la acción del sistema inmunitario frente al cáncer.
CRISPR para modificar linfocitos
Dentro de las aproximaciones de mayor interés en cuanto a la utilización de CRISPR destacan las terapias CAR-T basadas en linfocitos modificados. Estas terapias pueden ser autólogas, cuando las células T modificadas proceden del propio paciente o alogénicas, cuando se utilizan células de otro origen.
– Terapias autólogas
En la actualidad existen diversos ensayos clínicos dirigidos al desarrollo o mejora de terapias CAR-T autólogas en tumores sólidos, como el melanoma metastásico, el carcinoma hepatocelular o los tumores de pulmón y gastrointestinales. Dentro de estas mejoras se incluye la edición de múltiples genes para aumentar la persistencia de las células T y el reconocimiento de marcadores específicos de cáncer.
Por ejemplo, ensayos como los desarrollados por el Hospital General PLA y la Universidad Central del Sur en China emplean células T editadas para eliminar puntos de control inmunitario (PD-1, CISH) y mejorar su capacidad para infiltrarse en el tumor. En otro ejemplo, la biotecnológica Intima Bioscience mantiene varias investigaciones abiertas sobre la edición del gen CISH en linfocitos infiltrantes de tumor (TILs). Estas terapias, buscan aumentar la actividad antitumoral en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico metastásico y tumores gastrointestinales avanzados, donde las inmunoterapias convencionales han mostrado eficacia limitada. Los resultados preliminares para cáncer de colon metastásico son prometedores. Una estrategia similar es la que están siguiendo en el Hospital de Dinamarca para el melanoma metastásico.
– Terapias alogénicas
Por otra parte, las terapias CAR-T alogénicas, desarrolladas a partir de células donadas, representan un cambio de paradigma con gran potencial. En lugar de diseñarse y personalizarse para cada paciente, estas terapias tienen la ventaja de que se producen en lotes estandarizados. Esta característica lleva a que puedan ser administradas de forma inmediata a cualquier persona compatible, y a que en el futuro puedan llegar a crearse células CAR-T universales. En este escenario de terapia alogénica, la versatilidad de CRISPR para editar el genoma permite eliminar los genes responsables del rechazo inmunitario para reducir el riesgo de que las células sean rechazadas, uno de los principales desafíos de las terapias alogénicas.
Empresas como CRISPR Therapeutics y Caribou Biosciences están investigando terapias alogénicas como CTX112, CTX131 y CB-010, que combinan la eliminación de genes como TRAC o PD-1 con la introducción de receptores antitumorales específicos frente a CD19 o BCMA. Estas terapias, todavía en fase I, se dirigen principalmente a pacientes con leucemias y linfomas B refractarios.
Terapias oncológicas dirigidas a otros tipos celulares o tejidos diana
Si bien la mayoría de ensayos clínicos oncológicos con terapias CRISPR están dirigidas a generar linfocitos modificados, también hay ensayos donde la modificación del genoma no está dirigida a células inmunitarias directamente.
Por ejemplo, un ensayo del Centro Alemán de Investigación del Cáncer utiliza CRISPR para eliminar el gen CD33 en células madre hematopoyéticas antes del transplante para protegerlas de la toxicidad de terapias anti-CD33 en leucemia mieloide aguda. Otros ensayos del Instituto Americano de Investigación sobre Trasplantes y Cáncer están investigando la edición de genes en órganos de donantes (hígado y riñón) y para reducir el riesgo de rechazo en pacientes oncológicos.

Ensayos CRISPR para el tratamiento de la diabetes
El desarrollo de terapias basadas en CRISPR para la diabetes tipo 1 tiene como objetivo proteger las células productoras de insulina del ataque del sistema inmunitario. En este contexto, CRISPR se aplica no tanto para corregir un gen defectuoso, sino para crear células inmunoevasivas capaces de sobrevivir y funcionar en el organismo del paciente.
Uno de los proyectos más avanzados en este ámbito es VCTX211, una terapia en investigación desarrollada por CRISPR Therapeutics, actualmente en ensayo clínico de fase 1/2. Este tratamiento combina células derivadas de células madre pancreáticas (PEC211) modificadas con CRISPR/Cas9 para evadir la respuesta inmune y un dispositivo implantable diseñado para alojar y proteger dichas células. Este sistema busca que las células injertadas puedan detectar los niveles de glucosa y producir insulina endógena, restaurando así el control fisiológico de la glucemia sin necesidad de inmunosupresión permanente.
En paralelo, Sana Biotechnology ha presentado recientemente la primera prueba clínica en humanos de que es posible trasplantar islotes pancreáticos editados genéticamente para evadir el sistema inmune, sin inmunosupresión. A los seis meses de introducir las células en un paciente, encontraron evidencias de que las células permanecían viables, funcionales y no rechazadas, reforzando la viabilidad de este enfoque de reemplazo celular editado. Estos resultados serán contrastados en un futuro ensayo clínico con más pacientes.
Ensayos CRISPR para el tratamiento de enfermedades oculares
Las enfermedades oculares se han convertido en un nuevo frente para las terapias basadas en edición genética. Gracias al acceso directo al ojo y a su relativa facilidad para monitorizar los efectos del tratamiento, este tipo de enfermedades son muy atractivas para el desarrollo de terapias CRISPR o con editores de bases. No en vano, una de las primeras terapias génicas aprobadas en el mundo, Luxturna, estaba dirigida a una enfermedad ocular.
En este ámbito, el ensayo NCT06465537, promovido por Shanghai BDgene, está evaluando un tratamiento de edición CRISPR/Cas9 dirigida a pacientes con glaucoma primario de ángulo abierto y mutaciones en el gen MYOC.
HuidaGene Therapeutics, está estudiando la eficacia de HG202 en pacientes con degeneración macular asociada a la edad neovascular. En este caso se trata de una terapia basada en CRISPR/Cas13, diseñada para editar el ARN en lugar del ADN. Su objetivo es reducir la expresión de VEGFA, el principal impulsor del crecimiento anómalo de vasos sanguíneos en la retina, para evitar las inyecciones intravítreas repetidas de los fármacos anti-VEGF convencionales.
Otro ensayo de interés es el coordinado por la Tercera Universidad Médica de Pekín, que investiga la utilización del fármaco ZVS203e en pacientes con retinosis pigmentaria causada por mutaciones en el gen RHO. Esta terapia experimental, utiliza CRISPR/Cas9 para silenciar la expresión del gen RHO mutante.
Ensayos CRISPR en enfermedades inmunitarias
Diversos ensayos clínicos están evaluando el potencial de la edición génica como una herramienta capaz de reparar y reprogramar las defensas inmunitarias.
Inmunodeficiencias hereditarias
En inmunodeficiencias hereditarias las terapias de edición buscan restaurar la función perdida y devolver al sistema inmunitario su capacidad para eliminar infecciones. En esta dirección un ensayo a considerar es el que ha iniciado el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de EE.UU, para evaluar un tratamiento para la enfermedad granulomatosa ligada al cromosoma X. Esta patología, causada por mutaciones en el gen CYBB, provoca defectos en la función de los fagocitos. Los investigadores utilizarán edición de bases en células madre hematopoyéticas de los pacientes , para intentar recuperar la actividad del gen y prevenir las infecciones recurrentes que caracterizan a la enfermedad. Una estrategia similar será evaluada, en otro ensayo del mismo instituto para la inmunodeficiencia severa combinada asociada al cromosoma X. En este caso el gen a editar es IL2RG.
Enfermedades Autoinmunes
En cambio, en las enfermedades autoinmunes, el objetivo se invierte y lo que se busca es silenciar o reiniciar un sistema inmunitario hiperactivo que ha perdido el reconocimiento de lo propio. En este terreno, la enfermedad con mayor perspectiva de obtener un tratamiento a corto plazo es el lupus eritematoso.
Desde que en 2019 un estudio demostrara que es posible reiniciar el sistema inmunitario mediante una terapia CART con linfocitos modificados, se han iniciado diversos ensayos, entre los que destaca el promovido por CRISPR Therapeutics. El ensayo, iniciado en marzo de 2025, evalúa la seguridad y eficacia de CTX112, una terapia CAR-T alogénica editada con CRISPR/Cas9 dirigida contra CD19, el mismo marcador diana utilizado en terapias oncológicas. En este caso, las células T proceden de donantes sanos, y se modifican ex vivo mediante CRISPR-Cas9 para introducir el receptor CAR y eliminar los genes implicados en el rechazo inmunitario. El estudio, de fase 1, prevé reclutar hasta 80 pacientes adultos con lupus eritematoso sistémico activo, esclerosis sistémica o miopatías inflamatorias idiopáticas. El objetivo es evaluar si una única infusión de células editadas puede eliminar los linfocitos B autorreactivos y lograr una remisión prolongada.
Angioedema hereditario
Otro trastorno de la regulación inflamatoria en el que se están produciendo avances es el angioedema hereditario. Intellia Therapeutics avanza en el desarrollo de una terapia de edición genética in vivo basada en CRISPR/Cas9, diseñada para inactivar el gen KLKB1 y prevenir la producción excesiva de bradiquinina responsable de las crisis de angioedema hereditario.
Los resultados de la fase 1 del ensayo NCT05120830, presentados en el Congreso de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica muestran una reducción media del 98 % en la frecuencia de ataques tras una sola infusión intravenosa, con los diez pacientes tratados. Estos datos impulsaron la fase 3 del ensayo HAELO (NCT06634420), actualmente activa aunque sin reclutamiento, que compara su terapia frente a placebo en unos 60 participantes distribuidos en centros internacionales. Con esta investigación, Intellia aspira a conseguir la primera terapia de una sola administración para el angioedema hereditario. La empresa prevé presentar la solicitud de autorización biológica en 2026 y, de confirmarse los resultados, lanzar la terapia en 2027.

Ensayos CRISPR en otras enfermedades hereditarias
Más allá de los trastornos sanguíneos, las terapias CRISPR siguen expandiéndose a otras enfermedades de base genética. En la mayoría de los casos se dirigen hacia enfermedades raras con pocas opciones terapéuticas. Este es el caso de uno de los avances más notables del año: el tratamiento de una terapia CRISPR personalizada para un niño con una enfermedad metabólica que afecta a 1 de cada 1.300.000 recién nacidos.
Distrofia Muscular de Duchenne
Por ejemplo, en la actualidad Huida Therapeutics está investigando HG302, una terapia en investigación dirigida a pacientes con distrofia muscular de Duchenne. En este caso, la terapia consiste en una versión optimizada de Cas12 (hfCas12Max) para restaurar la lectura del exón 51 del gen DMD, responsable de la ausencia de distrofina en los pacientes. La terapia busca ofrecer una solución más duradera que otras aproximaciones previas.
En paralelo, el Hospital del Colegio Médico de Pekín está evaluando GEN6050X , una terapia basada en edición de bases ABE para inducir el salto del exón 50 y producir una forma funcional de distrofina. El estudio, actualmente en fase inicial, evalúa la seguridad y tolerabilidad de una dosis única intravenosa en pacientes pediátricos.
Ensayos de terapias CRISPR en enfermedades hepáticas
En el ámbito de las enfermedades metabólicas hepáticas, Beam Therapeutics ha iniciado el ensayo BEAM-301, destinado a pacientes con enfermedad de almacenamiento de glucógeno tipo Ia (GSDIa), causada por mutaciones en el gen G6PC1. Esta terapia de edición in vivo utiliza editores de bases de citosina (CBE) para corregir la mutación p.R83C directamente en los hepatocitos mediante una única administración intravenosa. El objetivo es restaurar la función enzimática y la capacidad del organismo para metabolizar la glucosa.
A esta línea de terapias dirigidas al hígado se suma ECUR-506, desarrollada por iECURE una de las primeras estrategias de edición genética en neonatos. El estudio recluta a niños menores de 9 meses con deficiencia de ornitina transcarbamilasa (OTC), una enfermedad metabólica grave del ciclo de la urea que causa acumulación de amoníaco y daño neurológico. La terapia utiliza un vector AAV que transporta una copia funcional del gen OTC, así como el enzima de edición encargado de insertar el gen en el ADN de las células hepáticas. Se trata de una aproximación in vivo que busca intervenir antes de que se produzca el daño metabólico irreversible. Se trata por lo tanto, de uno de los ensayos más pioneros en medicina de precisión pediátrica.
Enfermedades del sistema nervioso central
Las aplicaciones de CRISPR también han llegado al sistema nervioso central. Con el ensayo HERO, HuidaGene Therapeutics, evaluará por primera vez en humanos una terapia para el síndrome por duplicación de MECP2, enfermedad neurológica rara que afecta principalmente a varones. La terapia HG204 utiliza Cas13Y, una versión de edición del ARN de alta fidelidad, para reducir la sobreexpresión del gen MECP2 directamente en el cerebro mediante una inyección intracerebroventricular. Según ha comunicado la empresa, en modelos preclínicos, la estrategia logró revertir los déficits motores y sociales y prolongar la supervivencia.
Ensayos CRISPR para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares
En el campo de las enfermedades cardiovasculares, tradicionalmente dominado por los tratamientos farmacológicos a largo plazo o incluso de por vida, la posibilidad de modificar el genoma ha supuesto una oportunidad para buscar soluciones más permanentes. En esta dirección, existen diferentes ensayos en fase avanzada para evaluar el potencial de las herramientas derivadas de CRISPR en diversas condiciones.
La compañía Verve Therapeutics ha desarrollado diferentes terapias con editores de bases, cuyo objetivo es modificar de forma permanente genes clave implicados en la regulación del colesterol. Entre los programas clínicos más avanzados destaca VERVE-102, actualmente en fase 1b, que evalúa la seguridad y el efecto de la edición del gen PCSK9 en pacientes con hipercolesterolemia familiar. En paralelo, la terapia VERVE-201 se centra en la inactivación del gen ANGPTL3, una estrategia dirigida a reducir de manera aún más profunda los niveles de LDL y triglicéridos en sangre. Ambas terapias se administran mediante nanopartículas lipídicas (LNP) que transportan el complejo de edición directamente a las células hepáticas, evitando el uso de vectores virales.
Los pacientes tratados en los primeros estudios han mostrado reducciones prolongadas en los niveles de PCSK9 y LDL-C, sin necesidad de medicación adicional. Estos avances están siendo complementados por el estudio de seguimiento a largo plazo LTF-001, que hará un seguimiento de los participantes durante 15 años para evaluar la seguridad y persistencia del efecto de estas terapias.
Ensayos CRISPR para el tratamiento de enfermedades infecciosas
La utilidad terapéutica de las herramientas CRISPR no se limita a la modificación de genes humanos. También puede utilizarse para atacar directamente a patógenos que causan enfermedades.
Herramientas CRISPR para eliminar el VIH desde su genoma
Una de las investigaciones más ambiciosas del área es la terapia EBT-101 desarrollada por Escision BioTherapeutics para actuar frente al VIH. EBT-101 está diseñada para eliminar las secuencias del virus integradas en el ADN de las células afectadas. Para ello combina varias guías CRISPR dirigidas a que corten simultáneamente distintos fragmentos del genoma del VIH. El objetivo es impedir la replicación del virus y conseguir una remisión funcional sin necesidad de tratamiento antirretroviral de por vida. Actualmente hay en marcha un ensayo para hacer seguimiento a largo plazo, que evaluará durante 15 años la seguridad y la persistencia del efecto antiviral.
Herramientas CRISPR para eliminar el virus de la hepatitis B
En paralelo, Precision BioSciences ha iniciado un ensayo clínico con una terapia de edición génica dirigida a eliminar el ADN del virus de la hepatitis B (VHB) presente en el hígado. El estudio, actualmente en fase 1, evalúa una tecnología basada en nucleasas específicas derivadas de CRISPR, con el objetivo de reducir de forma permanente la carga viral en pacientes con hepatitis B crónica, una de las infecciones que más muertes causa en el mundo por enfermedad hepática.
Bacteriófagos con CRISPR para infecciones resistentes
Otra estrategia interesante basada en CRISPR es la que ha adoptado Locus Biosciences, al combinar la utilización de bacteriófagos modificados con CRISPR-Cas3 con antibióticos convencionales. Su terapia, LBP-EC01, está diseñada para infectar y destruir selectivamente bacterias de Escherichia coli resistentes a antibióticos, degradando su ADN desde dentro. El ensayo clínico ELIMINATE (NCT05488340), actualmente en fase 2, evalúa esta terapia en pacientes con infecciones urinarias no complicadas. Los resultados intermedios, publicados en The Lancet Infectious Diseases en 2024, mostraron que el tratamiento fue seguro, bien tolerado y capaz de reducir significativamente la carga bacteriana sin eventos adversos graves.

El futuro de CRISPR
El panorama de ensayos clínicos con herramientas CRISPR en 2025 indica que esta tecnología empieza a consolidarse como potencial estrategia terapéutica para múltiples y diversas enfermedades. Su impacto está claro: se trata de una forma de intervenir directamente en la causa molecular de las enfermedades.
Se espera que en los próximos años, estas herramientas se integren con otras terapias avanzadas y la inteligencia artificial para diseñar tratamientos cada vez más personalizados y duraderos. Este escenario tan prometedor abre también un importante reto: cómo garantizar que estos avances lleguen a quienes los necesitan. Los costes, la complejidad técnica y las infraestructuras y personal especializado necesarios para aplicar estas terapias suponen una importante barrera para que lleguen a todos los pacientes. Por lo tanto, el verdadero éxito de las terapias derivadas de CRISPR dependerá no solo de su eficacia sino de la capacidad para hacer que sea una herramienta accesible y equitativa.